Buenos Aires (AT) – Alemania cuenta con más de 1,7 millones de vacantes laborales, según datos de la Agencia Federal de Empleo. Sin embargo, el mercado no parece abierto a todos. Empresas medianas y grandes congelaron contrataciones durante los últimos trimestres. Incluso hubo despidos en firmas tecnológicas y startups.
El desempleo, que se mantenía estable desde 2021, empezó a subir de forma gradual. En junio de 2025, el número de desocupados superó los 2,7 millones. La cifra más alta en dos años.
A pesar de este contexto, muchas personas extranjeras que residen en Alemania aseguran que no es fácil siquiera conseguir una entrevista laboral. Especialistas con títulos universitarios y experiencia quedan fuera de procesos de selección por causas que no siempre se explican de forma transparente.
El problema no parece ser solo la falta de empleo. Es una combinación de factores estructurales, culturales y burocráticos que desalientan a quienes buscan oportunidades desde fuera o ya radicados en el país.
Red de contactos, idioma y prejuicios

Una encuesta realizada entre personas extranjeras que consiguieron empleo en Alemania arrojó varios puntos comunes. Casi todos mencionaron la dificultad del proceso. También coincidieron en que las chances aumentan si se tiene una red de contactos en el país.
John Doe, asistente de investigación en Berlín, opinó que el nepotismo influye más de lo que se admite. “Importa más a quién conocés que lo que sabés”, explicó. Según su experiencia, hay personas sin experiencia técnica que llegan a cargos de gestión solo por conocer a alguien en la empresa.
Lisa Quatmann, ingeniera estadounidense, notó una dinámica similar en startups. “Muchas están dirigidas por varones blancos alemanes que fueron a la misma universidad. Casi ninguno tiene experiencia real como fundador ni como líder de equipos”.
Otro punto clave es el idioma. Aunque muchas empresas dicen operar en inglés, exigen dominio del alemán incluso para tareas que no lo requieren directamente. Komal Vaghamshi, quien busca trabajo con la tarjeta de oportunidades (Chancenkarte), señaló que “hasta en multinacionales con inglés como idioma oficial, piden alemán avanzado”.
Sourav Dey, gerente de productos de software, lo llamó “el filtro del idioma”. Roshni Dlomen, de Mumbai, agregó que las empresas no están dispuestas a invertir en personas que aún están aprendiendo alemán. “Quieren a alguien que ya hable fluido y tenga experiencia laboral local”.
También se reportaron abusos. Victorina Francis Walter, trabajadora en el aeropuerto de Frankfurt, denunció diferencias en el trato. Según contó, los empleados asiáticos deben hacer horas extra sin protestar y reciben amenazas de despido si no lo hacen. “A los colegas alemanes o europeos no les pasa, aunque tengan el mismo jefe”.
Además del idioma y la cultura empresarial, muchos deben validar sus títulos de estudios. En sectores regulados como salud o educación, el proceso lleva meses o incluso años. Cansu, docente turca en Leipzig, confirmó que recién pudo trabajar una vez que logró el reconocimiento oficial de su diploma.
Consejos de quienes lo lograron
La misma encuesta incluyó consejos prácticos de personas que sí lograron insertarse. El más repetido fue “hacer networking”. Lisa Quatmann resumió: “No alcanza con LinkedIn. Hay que ir a eventos, conferencias, encuentros. Conocer gente, contar qué buscás y mantener el contacto”.
Stephen Nock, coach estadounidense en Berlín, destacó el valor de los “vínculos débiles”: conocidos que uno no ve seguido, pero que pueden ayudar. “Las conexiones más valiosas muchas veces vienen de ahí”, dijo.

También se recomienda actuar rápido. Stefano Piccinelli, encargado de selección en Düsseldorf, explicó que recibe más de 70 postulaciones por cada aviso. “Leo las primeras 20, que son las que llegan en la primera semana”, detalló. Esa velocidad puede marcar la diferencia.
Sarah, empleada de Recursos Humanos en Stuttgart, remarcó que el currículum es clave. “Tiene que ser claro, concreto y adaptado al puesto”. También recomendó usar el formato alemán, con foto incluida. Aunque no es obligatorio, aumenta las chances.
Otra sugerencia fue definir bien el objetivo laboral. “Si sabés lo que querés, podés buscar mejor. Es más frustrante al principio, pero más efectivo a largo plazo”, comentó Kelly, una gerente de proyectos sueca.
Algunos incluso aconsejan entregar CVs en persona. Harini, residente en Siegen, consiguió trabajo acercándose directamente a una empresa que le interesaba.
Persistir sin perder el equilibrio
Minna, finlandesa residente en el norte del país, insistió en no bajar los brazos. “El proceso puede durar mucho, pero si no te rendís, llega”, dijo.
Stephen Nock subrayó que el verdadero desafío es saber cuánto destacar y cuánto adaptarse. “Querés sobresalir, pero también parecer encajado en el modelo alemán. Ese equilibrio es difícil de lograr”.
Conseguir trabajo en Alemania no es imposible. El contexto económico no ayuda, pero quienes persisten y se adaptan pueden encontrar oportunidades concretas.



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