La muerte de Kerstin Gurtner en el Grossglockner, el pico más alto de Austria, sigue generando conmoción y debate. La joven, de 33 años, perdió la vida en enero durante un ascenso nocturno en condiciones extremas junto a su pareja, Thomas Plamberger, un montañista experimentado. La investigación se extendió durante varios meses y concluyó con una acusación formal por homicidio culposo grave.
El proceso judicial, que comenzará en febrero, expone un recorrido lleno de decisiones controvertidas, omisiones y un dramático contraste entre la experiencia del guía y la vulnerabilidad de su compañera. El caso se convirtió en una de las tragedias alpinas más discutidas de los últimos años.
Una travesía mal planificada
Plamberger, reconocido en el ambiente de montaña por su trayectoria, organizó la travesía invernal hacia la cumbre del Grossglockner, que supera los 3.800 metros de altura. La salida se realizó el 19 de enero, en un horario que los investigadores consideran inadecuado. La pareja inició el ascenso más tarde de lo previsto. La fiscalía sostiene que esa decisión resultó decisiva, ya que la noche avanzó rápido y dejó a ambos expuestos a un clima hostil sin margen de maniobra.

Según los análisis técnicos, la sensación térmica descendió a niveles extremos. El viento alcanzó ráfagas cercanas a los 70 kilómetros por hora y la temperatura estimada para el cuerpo humano se ubicó por debajo de los -20°C. La combinación de frío, oscuridad y agotamiento determinó una situación crítica para Gurtner, quien no tenía experiencia en travesías alpinas de alta dificultad.
El Ministerio Público afirma que la mujer utilizó equipo inadecuado para una ascensión de esas características. Llevaba botas de snowboard y un splitboard, sin elementos de emergencia como manta térmica o saco vivac. Plamberger, en cambio, sí contaba con conocimiento avanzado de este tipo de expediciones. Por ese motivo, los investigadores consideran que él funcionaba como el “responsable técnico” del ascenso.
En el tramo final, aproximadamente 160 pies por debajo de la cruz de la cumbre, la joven perdió fuerzas. Quedó desorientada y en estado de hipotermia. Esa fue la última vez que ambos permanecieron juntos en condiciones mínimas de resguardo, según la fiscalía.
Las horas críticas: llamadas tardías y decisiones confusas
La secuencia posterior es uno de los puntos centrales de la acusación. Distintos registros muestran que la pareja quedó detenida en la montaña antes de las 21:00. A las 22:50, un helicóptero policial sobrevoló la zona. Las autoridades sostienen que Plamberger no emitió ninguna señal de auxilio, a pesar de ver la aeronave. Fotografías tomadas por webcams muestran las luces de los alpinistas inmóviles durante varios minutos.

La primera comunicación formal ocurrió recién a la 1:35. Plamberger se puso en contacto con la policía alpina. Minutos después, silenció su teléfono y dejó a su pareja en el mismo punto, expuesta al viento y sin protección térmica suficiente. A las 02:30, una cámara lo registró descendiendo en busca de ayuda, aunque sin encaminarse hacia un refugio inmediato.
La mujer quedó sola en un entorno con temperaturas que perforaban cualquier barrera física. El viento, la altitud y la falta de abrigo redujeron sus chances de sobrevivir. Cuando al amanecer los equipos de rescate alcanzaron el lugar, Gurtner ya había fallecido por congelamiento.
Para la fiscalía, el comportamiento del montañista muestra una serie de errores graves: ausencia de una llamada temprana, falta de equipamiento adecuado y abandono de su compañera sin un método de protección mínimo. “El acusado dejó a su novia desprotegida, exhausta, con hipotermia y totalmente desorientada”, afirmaron los investigadores.
El abogado de Plamberger planteó otra versión. Aseguró que su cliente se vio obligado a buscar ayuda debido a la falta de conexión telefónica y al deterioro acelerado del clima. Argumentó que la tragedia fue un episodio “fatal e imposible de prever”. Según su postura, el montañista regresó por el camino más seguro y actuó presionado por el entorno extremo.
Un caso que conmovió al montañismo austríaco
La muerte de Gurtner generó un profundo impacto en la comunidad del deporte alpino. La mujer, originaria de Salzburgo, se definía como “persona de montaña” y “niña de invierno”. Amaba la nieve y las travesías, pero no tenía formación en ascensos de alta dificultad. Su familia, devastada, publicó un aviso fúnebre que circuló en medios internacionales. Mensajes de condolencias se multiplicaron y destacaron la tragedia como una advertencia sobre los riesgos de subestimar las condiciones invernales en la alta montaña.
La fiscalía sostiene que Plamberger asumió un rol que exigía otro nivel de responsabilidad. Considera probado que él diseñó la ruta y decidió continuar con un ascenso nocturno pese a la inexperiencia de su compañera. También señaló que la pareja partió tarde y sin los elementos necesarios para un eventual cambio drástico del clima.



Hacé tu comentario