Buenos Aires / Wolfsburg – Volkswagen retoma la ruta y sube un cambio en materia de software. Tras la salida en falso con el intento de desarrollar un sistema operativo propietario para la nueva generación de autos eléctricos, la automotriz se apuesta por la innovación abierta (open innovation). Y lo hace con fuerza: El grupo con sede en Wolfsburg anunció que se asocia con una inversión de hasta US$ 5.000 millones en una cooperación tecnológica (joint venture) con la automotriz estadounidense Rivian para acelerar su desarrollo de coches eléctricos.
Para Rivian, competidora de Tesla, se trata de una inyección de liquidez más que oportuna, ya que la empresa sigue en números rojos y actualmente lucha contra el decreciente interés por los coches eléctricos en Estados Unidos. Las acciones de Rivian, que se habían debilitado en los últimos tiempos, subieron hoy casi un 60 % en las operaciones post-cierre en la plataforma Tradegate. Sin embargo, las acciones de Volkswagen cayeron ligeramente por la mañana en la plataforma bursátil Xetra de Fráncfort.
Cómo es el joint venture VW-Rivian
La cooperación está limitada a software, ordenador de control y arquitectura de red. Un punto clave es que Volkswagen incorporará la tecnología y el software de Rivian para los coches nuevos en la segunda mitad de la década. Esto podría ahorrar al gigante alemán del automóvil mucho dinero en comparación con el desarrollo propio de la tecnología. Por su parte, el presidente de Rivian, RJ Scaringe, subrayó que otros ámbitos, como las baterías o la tecnología de propulsión, no forman parte de la asociación.
Para que los fabricantes puedan ofrecer cada vez más funciones nuevas, en los coches se acumulan desde hace años cada vez más unidades de control y mazos de cables más largos. Con el avance de los coches eléctricos, también se puso en marcha una competición por las nuevas arquitecturas de los vehículos. Las tendencias apuntan a menos complejidad y a centrarse en el software. Tesla fue pionero al desarrollar prácticamente una computadora sobre ruedas.
Desde el principio, Rivian desarrolló su propia arquitectura, en la que la electrónica del coche se divide en varias zonas con sus propias computadoras. En la primera generación de la plataforma Rivian, aún se necesitaban 17 de estas unidades de control, explicó Scaringe a la agencia dpa. Ahora, para la segunda generación, el número fue reducido a siete.
El vía crucis de Volkswagen con el software
Volkswagen lleva años lidiando con problemas en su desarrollo de software para coches eléctricos, lo que ya ha retrasado el lanzamiento de modelos. Scaringe ve la razón de las dificultades a las que se enfrentan los fabricantes tradicionales en la forma en que ha funcionado su negocio durante décadas: se compraba mucha tecnología a distintos proveedores, “por lo que había un gran número de computadoras pequeñas vinculadas a funciones muy específicas”. El ejecutivo explicó que de este modo resulta difícil desarrollar una arquitectura basada en el principio de zonas, en el que una unidad de control asume funciones de varias áreas.
Rivian dispuso estas ECU (unidades de control electrónico) distribuidas por todo el vehículo para acortar la distancia de transmisión de datos. El fabricante es uno de los pocos que cuenta con una arquitectura de zonas de este tipo en la producción en serie y, por tanto, valiosa para Volkswagen, comentó Pedro Pacheco, analista de automoción de la empresa de estudios de mercado Gartner.
La presión que llega desde China
Teniendo en cuenta la cantidad de dinero que Volkswagen ya ha invertido en el desarrollo de su propia plataforma, los miles de millones por Rivian son “una auténtica ganga” para la empresa alemana, según Pacheco. El plan de Rivian y Volkswagen prevé una empresa conjunta en la que el desarrollo se lleve a cabo para ambos fabricantes. La inversión de Volkswagen irá a parar a Rivian de forma gradual.
En los últimos tiempos, Volkswagen encontró cada vez más dificultades en su ofensiva hacia la electromovilidad. La demanda es débil en Europa y la competencia es dura en China. En Estados Unidos, la automotriz alemana busca ganar una cuota de mercado significativa con coches eléctricos, para la cual anunció grandes inversiones.
Rivian, una historia ambiciosa
Rivian entregó casi 13.600 coches eléctricos en el último trimestre, con una facturación de 1.200 millones de dólares y pérdidas de 1.450 millones. La empresa opera en dos categorías de vehículos muy populares en Estados Unidos: los SUV grandes y las camionetas. Rivian también fabrica furgonetas eléctricas de reparto para Amazon, que también es inversor en la automotriz.
El ambiente entre los rivales de Tesla, que esperaban un ritmo cada vez más rápido de ventas de coches eléctricos, está apagado. En Estados Unidos, en particular, muchos compradores prefieren actualmente optar por modelos híbridos. El crecimiento de Tesla también se ralentizó repentinamente.
(AT / dpa)
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