Buenos Aires (AT) – Volkswagen, uno de los fabricantes de automóviles más emblemáticos de Alemania, ha cerrado un 2024 particularmente desafiante. A medida que la industria automotriz enfrenta tensiones globales por la transición hacia vehículos eléctricos, altos costos operativos y mercados en contracción, VW se encuentra en el centro de una tormenta que incluye ajustes masivos en su estructura interna, pérdidas significativas en China y cuestionamientos éticos. Este panorama obliga a la empresa a tomar decisiones críticas que impactarán tanto a sus trabajadores como a su competitividad futura.
En medio de un agresivo plan de reducción de costos, Volkswagen intensificó su programa de ahorro, pasando de los EUR 10 mil millones (US$ 10.404 mil millones) previstos inicialmente a EUR 17 mil millones (US$ 16.688 mil millones) su marca principal hasta 2026. La compañía no solo canceló su acuerdo de seguridad laboral vigente hasta 2029, sino que también dejó abierta la posibilidad de cierres de plantas y despidos forzosos, una postura que desató un fuerte enfrentamiento con el sindicato IG Metall.
Tras meses de arduas negociaciones, que incluyeron una última ronda de 70 horas ininterrumpidas, Volkswagen y el sindicato lograron un acuerdo que evita medidas extremas como los despidos forzosos y las clausuras de fábricas. Este pacto garantiza la estabilidad laboral hasta 2030, aunque a un alto costo: la empresa reducirá 35.000 puestos de trabajo y disminuirá su capacidad de producción en Alemania en más de 700.000 vehículos.
“Estas son decisiones difíciles, pero fundamentales para asegurar el futuro de nuestra empresa,” afirmó Thomas Schäfer, jefe de la marca VW. Sin embargo, este acuerdo no elimina las tensiones internas, ya que algunos trabajadores consideran que los sacrificios son excesivos frente a los beneficios prometidos.
La caída en el mercado chino
China, que representa el mercado más grande para Volkswagen, ha sido una fuente de constantes problemas en los últimos años. La participación de mercado del grupo ha caído drásticamente, pasando del 19% en 2019 al 9% en 2024, según datos de WirtschaftsWoche. Este descenso es aún más alarmante en el segmento de vehículos eléctricos (E-Autos), donde la cuota de mercado se redujo a la mitad, del 3% en enero al 1.5% en octubre.
El crecimiento acelerado del mercado chino de vehículos eléctricos, impulsado por fabricantes locales que ofrecen modelos más accesibles y adaptados a los consumidores, ha dejado a Volkswagen rezagado. En respuesta, la compañía anunció el cierre de su planta en Nanjing y está evaluando la viabilidad de otras instalaciones en colaboración con su socio local, SAIC.
A pesar de estos problemas, expertos consideran que Volkswagen podría recuperarse en el mediano plazo si logra lanzar modelos eléctricos más competitivos y ajustar su estrategia de precios.
Estados Unidos: oportunidades y desafíos
Con la intención de compensar las pérdidas en China, Volkswagen ha redoblado su apuesta en el mercado estadounidense, donde espera aumentar su cuota de mercado mediante una ofensiva de vehículos eléctricos. Aunque las ventas crecieron un 7% en los primeros nueve meses de 2024, estas cifras se lograron gracias a descuentos significativos que redujeron los márgenes de ganancia.
El impacto de esta estrategia llevó a un cambio de liderazgo en diciembre, cuando Kjell Gruner asumió la dirección de operaciones en Estados Unidos. Gruner tendrá la tarea de redefinir el enfoque comercial de Volkswagen en ese país, adaptando su oferta de productos a un contexto donde las políticas hacia los vehículos eléctricos podrían cambiar tras la reelección de Donald Trump.
Acusaciones de trabajo forzoso en China
A los desafíos comerciales de Volkswagen se suma la controversia ética por su vinculación con actividades laborales en Xinjiang, una región de China donde el gobierno ha sido acusado de violaciones a los derechos humanos contra la minoría uigur. Según informes de WirtschaftsWoche, el fabricante alemán se separó en noviembre de una planta en esa región después de meses de escrutinio internacional.
Estas acusaciones no solo dañan la reputación de la compañía, sino que también exponen su vulnerabilidad ante los estándares éticos crecientes que los consumidores y los mercados exigen de las empresas globales.
Conflictos internos en Alemania
En el frente interno, Volkswagen también ha enfrentado demandas de un grupo de gerentes y exdirectivos que buscan revertir los recortes salariales implementados en 2023 como parte del plan de ahorro. Las demandas, presentadas ante el Tribunal Laboral de Braunschweig, exigen el pago de un bono por inflación de 1,000 euros y un aumento salarial correspondiente al último convenio colectivo.
Aunque el tribunal falló inicialmente a favor de Volkswagen, el conflicto subraya las tensiones internas en la compañía, donde los sacrificios económicos no han sido bien recibidos por todos los niveles de la organización.
Perspectivas inciertas para 2025
Volkswagen ha calificado 2024 como un “año de transición”, mientras se prepara para lanzar nuevos modelos que espera revitalicen sus ventas en 2025. Sin embargo, el panorama sigue siendo incierto. La empresa enfrenta preguntas clave sobre si las medidas de ahorro serán suficientes para reducir los costos, y cómo se posicionará en mercados clave como China y Estados Unidos.
En el aspecto tecnológico, la paridad de precios entre vehículos eléctricos y de combustión interna, que se espera lograr en los próximos años, podría ser una ventaja para Volkswagen, especialmente en Europa, donde lidera en innovación en este segmento. Modelos como el ID.3, cuyo precio se redujo recientemente a EUR 29.800 (US$ 31.000), muestran un compromiso por hacer los vehículos eléctricos más accesibles a los consumidores.
A pesar de los múltiples desafíos, Volkswagen todavía cuenta con oportunidades para recuperar terreno. La colaboración con socios como Xpeng y Rivian en el desarrollo de vehículos eléctricos específicos para mercados clave podría ser una estrategia crucial para el éxito futuro.
Volkswagen enfrenta un momento de redefinición en su historia. Los retos financieros, éticos y comerciales son inmensos, pero también lo son las posibilidades de transformación en una industria en rápida evolución. El éxito de la compañía dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas demandas del mercado global, mientras navega los impactos de sus decisiones internas.
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