Buenos Aires (AT) – La violencia de género continúa siendo un flagelo mundial. Según datos recientes de la ONU, más de 51.100 mujeres y niñas fueron asesinadas por sus parejas o familiares en 2023. En Alemania, las cifras de violencia doméstica y femicidios han aumentado de manera preocupante, con 938 casos de intentos y asesinatos consumados registrados este año. El Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, conmemorado el 25 de noviembre, busca visibilizar este problema y promover acciones concretas para proteger a las víctimas.
Acciones en Berlín: “Zapatos Rojos” y más
En Berlín, la acción “Zapatos Rojos” fue el epicentro de las actividades conmemorativas. Inspirada en la obra de la artista mexicana Elina Chauvet, la instalación de 30 pares de zapatos frente al Rathaus Tiergarten simbolizó a las mujeres víctimas de femicidio. La iniciativa, impulsada por el distrito de Mitte y el AWO Kreisverband, buscó sensibilizar a la sociedad sobre los riesgos que enfrentan las mujeres en situaciones de violencia doméstica.
El distrito de Mitte encabeza las estadísticas de violencia contra la mujer en Berlín, con 2.132 casos registrados en 2023, superando ampliamente a otros distritos. Este año, 28 mujeres han sido asesinadas en la ciudad, una cifra que evidencia la urgencia de reforzar las medidas de prevención. Stefanie Remlinger, alcaldesa de Mitte, destacó que la instalación y las actividades relacionadas tienen como objetivo “dar voz a las víctimas y exigir respuestas contundentes de las autoridades”.
Crisis de violencia en Alemania
A nivel nacional, los datos presentados por la ministra de la Mujer, Lisa Paus, y la ministra del Interior, Nancy Faeser, reflejan un panorama preocupante. En 2023, 360 mujeres y niñas murieron como resultado de femicidios, mientras que diariamente 140 sufren agresiones sexuales. Además, cada tres minutos, una mujer o niña es víctima de violencia en su propio hogar. Estas cifras, que incluyen solo los casos denunciados, muestran un incremento respecto a años anteriores, según el informe del Bundeskriminalamt (Oficina Federal de Investigación Criminal).
Lisa Paus enfatizó la necesidad de un cambio urgente: “Es imperativo contar con un fuerte marco legal que garantice protección y asesoramiento para todas las afectadas por violencia de género y doméstica”. El gobierno alemán se encuentra debatiendo un nuevo proyecto de ley de ayuda contra la violencia, pero su aprobación en el Bundestag aún es incierta.
El problema de los femicidios a nivel mundial
El informe de la ONU revela que el problema trasciende fronteras. África presenta la mayor tasa de femicidios relacionados con relaciones íntimas o familiares, con 2,9 víctimas por cada 100.000 mujeres, mientras que Europa, aunque con una tasa más baja (0,6 por cada 100.000), sigue reportando casos alarmantes.
Muchas de las víctimas, según el informe, habían alertado previamente sobre la violencia en sus relaciones. Sin embargo, las medidas preventivas fueron insuficientes. Los especialistas destacan que prohibiciones de contacto para agresores podrían prevenir muchas muertes.
Casos recientes que estremecen a Europa
En España, otro país que lucha contra la violencia de género, 40 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en 2024. Un caso reciente conmocionó a la sociedad: un joven de 17 años mató a su exnovia de 15 años en Alicante, lo que reavivó el debate sobre cómo proteger a las adolescentes en relaciones abusivas.
Por su parte, en Turquía, las autoridades prohibieron manifestaciones en el centro de Estambul para conmemorar este día, reflejando un panorama de restricciones y desafíos en la lucha contra los feminicidios. Según la organización “Detendremos los feminicidios”, al menos 315 mujeres fueron asesinadas en Turquía en 2023.
Iniciativas internacionales: concienciación y acción
El Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, impulsado por la ONU desde 1991, forma parte de la campaña “Orange the World”. Este año, la iniciativa incluye 16 días de actividades globales que combinan manifestaciones, intervenciones artísticas y actos simbólicos, como iluminar edificios en color naranja. Estas acciones buscan generar conciencia y presión para que los gobiernos adopten políticas eficaces contra la violencia de género.
Situación de la violencia de género en la Argentina
En Argentina, el problema de la violencia de género también es crítico. Según el Registro Nacional de Femicidios, una mujer es asesinada cada 36 horas. El movimiento “Ni Una Menos” ha sido fundamental para visibilizar la situación y exigir justicia, pero los desafíos persisten.
También se han escuchado voces críticas sobre este movimiento feminista que ha sorprendido por sus silencios y actitudes pasivas ante los asesinatos de mujeres y las denuncias de violencia sufridas por mujeres que no comulgaban con sus ideas políticas. El ejemplo más sonado de esta situación fue la denuncia de la ex primera dama, Fabiola Yañez, contra el expresidente Alberto Fernández.
Al igual que en Alemania, la Argentina necesita reforzar la asistencia a las víctimas y mejorar la capacidad de respuesta del sistema judicial para proteger a las mujeres en situaciones de riesgo.
Las acciones simbólicas como “Zapatos Rojos” resuenan profundamente en Argentina, un país donde la expresión artística y las intervenciones públicas han sido herramientas clave para la denuncia social. Integrar estas experiencias a un enfoque integral podría fortalecer la lucha contra la violencia de género en ambos países.
Violencia y silencio: el 7 de octubre y la inacción internacional
El 7 de octubre de 2023, se rompió el cese al fuego vigente desde 2021 con una invasión masiva de aproximadamente 3.000 miembros de Hamás, junto con otros grupos menores y civiles de la Franja de Gaza, al sur de Israel. Este ataque devastador, dirigido contra kibutzim, aldeas y ciudades, resultó en el mayor pogromo contra judíos desde el Holocausto perpetrado por la Alemania Nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
El saldo de víctimas fue desgarrador: más de 1.200 personas asesinadas, en su mayoría israelíes, incluyendo niños, ancianos y familias enteras. Las atrocidades cometidas por los atacantes incluyeron decapitaciones de bebés, violaciones, incendios de viviendas con sus habitantes dentro y brutales asesinatos, todo documentado en gran parte por los propios agresores.
Uno de los testimonios más impactantes proviene de Yoni Saadon, sobreviviente del ataque al festival de música Supernova. En una entrevista con The Sunday Times, relató: “Vi a esta hermosa mujer con cara de ángel y a ocho o diez terroristas golpeándola y violándola”. Este testimonio es solo una muestra de los crímenes sexuales cometidos por los integrantes del grupo islamista palestino Hamás durante el ataque.
La respuesta tardía de ONU Mujeres y el silencio feminista
A pesar de la magnitud de los crímenes de guerra, incluidos actos de violencia sexual definidos como tales por el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, ONU Mujeres no emitió una declaración inmediata. Su pronunciamiento llegó 60 días después, y solo tras una intensa presión internacional. Este prolongado silencio ha sido criticado como una clara muestra de sesgo, especialmente al contrastarlo con la reacción rápida y enérgica que ha caracterizado al movimiento #MeToo y otras iniciativas contra la violencia sexual.
La omisión de ONU Mujeres y de otros movimientos feministas internacionales ha sido interpretada como un sesgo antisemita. Este silencio, calificado de imperdonable, ha llevado a acusaciones de complicidad hacia su directora ejecutiva, Sima Bahous, y la organización en general, por ignorar crímenes premeditados de humillación y barbarie contra mujeres judías.
Hechos que cuestionan la imparcialidad de ONU Mujeres
Durante el ataque, cientos de mujeres israelíes fueron brutalmente asesinadas, violadas, secuestradas y decapitadas. Sin embargo, la organización no hizo mención de estos actos en sus informes. En cambio, sus publicaciones se enfocaron en destacar la situación de las mujeres en Gaza, sin abordar la tragedia de las víctimas israelíes.
Además, ONU Mujeres no realizó ningún llamamiento por la liberación de mujeres israelíes secuestradas, incluidas niñas y ancianas, ni pidió la intervención de organismos internacionales como la Cruz Roja para verificar su estado. Este contraste entre la atención dada a unas víctimas y el silencio sobre otras ha generado indignación y cuestionamientos sobre su compromiso con los derechos humanos universales.
Crímenes de guerra y responsabilidad internacional
El Estatuto de Roma define la violencia sexual en conflictos armados como un crimen de guerra. Al no abordar los actos cometidos por Hamás, ONU Mujeres y otras organizaciones han sido acusadas de “hacer la vista gorda” ante estas atrocidades. Este vacío en la defensa de las mujeres israelíes es percibido como un retroceso en la lucha por los derechos humanos y la igualdad de género.
Hamás, reconocido como grupo terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, ejecutó lo que algunos informes califican como una masacre, no solo un “ataque”. No obstante, la narrativa empleada por algunos organismos internacionales ha sido criticada por suavizar los hechos y legitimar indirectamente estos actos de barbarie.
La deuda moral del feminismo global
El movimiento feminista internacional, que ha alzado la voz en múltiples ocasiones frente a la violencia sexual, ha sido señalado por su falta de respuesta contundente ante la tragedia de las mujeres israelíes el 7 de octubre. Mientras que campañas como #MeToo movilizaron a millones para denunciar abusos, el silencio ante las mujeres judías ultrajadas es visto como un doble estándar que perpetúa la discriminación.
El ataque del 7 de octubre no solo reveló la brutalidad de Hamás, sino también la necesidad de un feminismo verdaderamente inclusivo y universal que no discrimine a las víctimas por su origen o contexto político.
La inacción de ONU Mujeres y de los movimientos feministas ante los crímenes del 7 de octubre plantea preguntas difíciles sobre su compromiso con la justicia y la defensa de las víctimas. Más allá de las declaraciones tardías, es fundamental que las organizaciones internacionales cumplan con su mandato de proteger a todas las mujeres, sin excepciones ni sesgos.
La tragedia vivida ese día exige no solo memoria, sino también acciones concretas para garantizar que los responsables sean juzgados y que las víctimas reciban la justicia que merecen.
El Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer es un recordatorio de la magnitud del problema y de la responsabilidad compartida para erradicarlo. Iniciativas como “Zapatos Rojos” son poderosas herramientas de concienciación, pero deben ir acompañadas de políticas públicas efectivas y una mayor inversión en protección y educación. Solo a través de esfuerzos conjuntos se podrá avanzar hacia una sociedad libre de violencia de género.
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