Buenos Aires (AT) – En la lucha contra el cambio climático, un grupo de científicos está explorando una posible solución para la movilidad sostenible. En Lindau, Alemania, una empresa está convirtiendo el aire en un combustible verde. Johannes Brock, químico y director de tecnología de Obrist Group, una empresa austriaca con más de 20 años de experiencia en sistemas de propulsión para automóviles, explica que el CO2 no es simplemente un residuo, sino un recurso potencial para diversos productos. Utilizan este CO2 para producir metanol verde, un compuesto químico considerado una alternativa sostenible a los combustibles fósiles en varias industrias.
Para lograrlo, Brock y su equipo implementan la “captura directa de aire” (Direct Air Capture – DAC), una tecnología que filtra el CO2 de la atmósfera y lo convierte en un recurso apto para fines industriales. Aunque esta tecnología existe desde hace más de 10 años, aún no se ha implementado a gran escala. Según Brock, la mayor dificultad técnica radica en construir instalaciones de gran tamaño y garantizar la eficiencia del proceso.
¿Es viable el uso del metanol verde como solución?
La ingeniera bioquímica Anna Mas Herrador, quien investiga esta tecnología en la Universidad Rovira i Virgili de Cataluña, considera que el mayor obstáculo para implementar la DAC a gran escala son los altos costos de producción.
Mas Herrador señala que otras tecnologías bajas en carbono, como la energía solar fotovoltaica o las baterías, han experimentado recientemente reducciones significativas en sus costos. Se espera que lo mismo ocurra pronto con la DAC.
Brock y su equipo están experimentando con autos Tesla modificados para convertirlos en híbridos, combinando una batería eléctrica más pequeña con un motor de metanol. Según Frank Obrist, CEO y fundador de Obrist Group, los vehículos eléctricos suelen tener baterías costosas y pesadas. Sin embargo, con sus modelos híbridos, los costos de fabricación se reducen aproximadamente a la mitad. La idea es ofrecer vehículos de este tipo por EUR 25.000 (US$ 26.600) para el ciudadano promedio.
El desafío que implica descarbonizar el transporte
Carlos Bravo, consultor medioambiental de la plataforma europea Transport and Environment, considera que permitir el uso de combustibles sintéticos podría ser contraproducente en el contexto de la descarbonización del transporte. Según un estudio presentado en 2023 por Transport and Environment y otras organizaciones climáticas europeas, impulsar el uso de combustibles sintéticos en el transporte por carretera requeriría generar una gran cantidad adicional de energía renovable.
Esto implicaría la instalación de un número significativo de plantas adicionales de energía renovable. Por otro lado, Bravo señala que si se utiliza energía renovable directamente en la batería de un automóvil, se obtiene hasta cinco veces más eficiencia energética que si se emplea esa electricidad para producir combustible verde.
Sin embargo, los vehículos eléctricos podrían seguir siendo inaccesibles para muchos. Obrist Group argumenta que aún son demasiado costosos y sugiere que los modelos híbridos podrían acelerar la transición hacia una movilidad más sostenible. “No podemos cambiar toda la industria automotriz a autos eléctricos. Por lo tanto, necesitamos una solución diferente y respetuosa con el medio ambiente para abordar este problema”, afirma Brock.
A pesar del aumento constante en las ventas de autos eléctricos en los últimos años, podríamos estar llegando a un punto de inflexión. La consultora BloombergNEF prevé una desaceleración en 2024, aunque espera que las ventas mundiales de vehículos eléctricos alcancen los 16,7 millones este año.
Otros posibles usos y escalas de esta tecnología
El uso de tecnologías a escala global tiene implicaciones significativas. Por ejemplo, el metanol verde puede servir como materia prima en la industria química y como combustible para barcos, según lo afirmado por Brock. Además, Carlos Bravo destaca que el metanol verde podría ser una excelente opción para el transporte marítimo, especialmente considerando las limitaciones actuales en el uso de baterías similares a las de los automóviles.
Por otro lado, la tecnología de DAC también muestra un potencial prometedor. Permite capturar CO2 directamente del aire, sin importar la ubicación geográfica. Esta tecnología podría complementar otras medidas de mitigación del cambio climático, como la reducción de emisiones y el uso de energías renovables, según lo señalado por Mas Herrador.
Aunque aún no hemos alcanzado una solución definitiva, estamos avanzando hacia un futuro de movilidad más sostenible. Sin embargo, lograrlo requerirá más que simplemente aire.
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