Buenos Aires (AT) – En la ciudad de Halle an der Saale, situada en el estado de Sajonia-Anhalt en el este de Alemania, se construirá el “Centro del Futuro para la Unidad Alemana y la Transformación Europea” que se espera esté finalizado en 2028. Su objetivo es estudiar el proceso de transformación de Alemania Oriental y hacer visibles las experiencias y los logros de los alemanes orientales, pertenecientes a la vieja República Democrática Alemana (RDA). Pero, al mismo tiempo, se trata de mirar hacia el futuro, por lo que, según la concepción del gobierno alemán, el centro debe “contribuir de forma importante al fortalecimiento de la democracia y la cohesión en Alemania y en Europa.” Sus orgenizadores aspiran a repetir en la ciudad alemana, el efecto “Guggenheim” que transformó a la ciudad de Bilbao, en España.
Según lo consigna la decisión del Gabinete del Canciller Olaf Scholz, el jurado eligió la ciudad de Halle an der Saale porque este lugar simboliza de manera sobresaliente las experiencias transformadoras de las ciudades y regiones del este de Alemania. El Consejo Federal había aprobado la decisión el 1 de marzo de 2023. “Buenas noticias para Halle an der Saale e importantes para nuestro país”, comentó el Canciller Olaf Scholz y, al referirse a los motivos de la construcción del centro de Halle, dijo: “Se trata de honrar las importantes experiencias de los alemanes orientales durante la revolución pacífica en la RDA y los movimientos de reforma en Europa del Este.” El Ministerio de Vivienda, Urbanismo y Construcción aporta un total de 200 millones de euros que se invertirán en la construcción del edificio.
Un punto de encuentro entre la experiencia y la innovación
El “Centro del Futuro para la Unidad Alemana y la Transformación Europea” es un lugar donde se harán visibles las experiencias y logros de las personas de y en Alemania Oriental durante los últimos 30 años. La creación del Centro del Futuro es una propuesta de la Comisión “30 años de revolución pacífica y unidad alemana” en el año de aniversario 2020.
El Centro del Futuro llenará un vacío que aún puede sentirse a más de 33 años de la reunificación. La unidad alemana es completa, pero aún no es perfecta, según la visión de muchos alemanes. Por ello, el centro se consolida como uno de los proyectos más importantes para consolidar la unidad de Alemania en los próximos años.
Cuando, en 1990, Alemania pudo superar sus cuatro décadas de división y se convirtió en un país unido a partir de dos Estados alemanes, las consecuencias fueron muy diferentes. En el oeste, poco cambió al principio. En el este, en cambio, la unificación trajo consigo una convulsión sistémica, una transformación importante y duradera de todos los ámbitos de la vida. Para reconocer adecuadamente la contribución del este a la Alemania actual, el Centro del Futuro se está construyendo deliberadamente en el este de Alemania.
El efecto Guggenheim
El Centro del Futuro ofrecerá un espacio para la investigación, el diálogo y los encuentros socialmente relevantes, así como para el arte y la cultura. Debe convertirse, según los objetivos planteados por la Comisión, en el eje de una red europea e incluir la perspectiva de transformación de los vecinos de Europa Central y Oriental. Especialmente tras el ataque ruso a Ucrania, esta estrecha conexión con nuestros vecinos de Europa Central y Oriental es especialmente importante.
El Comisario del Gobierno Federal para Alemania Oriental, Carsten Schneider (SPD), lo califica como uno de los “proyectos más importantes para la consolidación de la unidad alemana y la cohesión en Europa en los próximos años”.
Tras un concurso de arquitectura, se construirá de aquí a 2028 un “edificio de arquitectura moderna excepcional, tomando como modelo el Guggenheim de Bilbao”, informó Schneider. Se destinarán 40 millones de euros anuales a su funcionamiento. Se espera que el centro atraiga hasta un millón de personas al año. Se crearán 200 puestos de trabajo permanentes. Las bases y detalles del proyecto pueden descargase aquí.
El alcalde de la ciudad de Halle, Egbert Geier (SPD), anunció que el centro debería convertirse en un “lugar vivo en una ciudad en el corazón de Alemania y Europa”. “Treinta años después de la reunificación es más necesario que nunca”, recordó Geier.
En su solicitud, Halle se había presentado como ciudad de la ciencia y la cultura. Además de buenas conexiones por ICE (InterCityExpress, Nota d. Red.: el sistema alemán de trenes de alta velocidad) y autopista y el aeropuerto de Leipzig-Halle, puede ofrecer un terreno edificable amplio en las inmediaciones del centro de la ciudad.
Halle se impuso sobre el resto de las ciudades postulantes: Eisenach, Jena, Fráncfort (Oder) y el tándem Leipzig-Plauen.
I+D: una brecha que la reunificación no logró cerrar
La reunificación estuvo asociada a una mayor actividad innovadora tanto en Alemania Oriental como Occidental. Sin embargo, los “antiguos” estados federados occidentales se beneficiaron mucho más de la reunificación que las regiones de la antigua RDA. Este es el resultado de un reciente estudio realizado por economistas de la Universidad Friedrich Schiller de Jena y las universidades de Groningen y Utrecht, Países Bajos. Los análisis dejan especialmente claro que la intensidad de las actividades de innovación en Occidente ha evolucionado mucho mejor que en el este desde mediados de los años noventa, es decir, que el este se está quedando cada vez más rezagado en el sector de la innovación.
Los investigadores ven dos razones principales de esta evolución: “Por un lado, nuestro estudio es el primero que demuestra empíricamente el efecto de la llamada concentración parcelaria”, explica el Prof. Dr. Michael Fritsch, de la Universidad de Jena. Esto se refiere al hecho de que, tras la reunificación, las estructuras duplicadas en investigación y desarrollo se eliminaron principalmente a expensas del Este, ya que la investigación correspondiente en Alemania Occidental era por lo general más avanzada. “Los investigadores de Alemania Occidental desplazaron así a los de Alemania Oriental”, afirma Fritsch. Este efecto también fue relativamente pronunciado porque el perfil tecnológico de los dos Estados alemanes era muy similar.
Otro factor fue que muchos investigadores y desarrolladores alemanes orientales altamente cualificados emigraron a Occidente y se implicaron allí en procesos de innovación. También hay que señalar que ya en los primeros años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, muchas empresas innovadoras emigraron de Alemania Oriental a Occidente para escapar de la nacionalización.
“Con resultados de investigación como el que tenemos ahora, queremos concienciar de que hasta la fecha no ha habido convergencia entre el este y el oeste en materia de innovación y que esto también tiene que ver con los procesos posteriores a la reunificación”, afirma la investigadora Maria Greve, de la Universidad de Utrecht. “Pero para que el este se ponga al día económicamente, tiene que crecer más deprisa que el oeste, y eso requiere innovación”.
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