Buenos Aires (AT) – En un mundo cada vez más preocupado por la sostenibilidad, la empresa Green Hydrogen Technology (GHT) se ha posicionado como una de las iniciativas más innovadoras. Ubicada en Baden-Württemberg, esta start-up busca resolver dos de los grandes problemas de la transición energética: el reciclaje limitado de plásticos y la necesidad de energía asequible, especialmente hidrógeno, para impulsar la descarbonización de la economía alemana.
A pesar de los esfuerzos globales por reciclar plásticos, en Alemania aún se incineran aproximadamente la mitad de los envases. Estos residuos, en lugar de reutilizarse, se convierten en energía mediante la quema, lo que genera un importante impacto ambiental. Es en este contexto que GHT ha desarrollado una tecnología capaz de convertir residuos plásticos en hidrógeno, una fuente de energía limpia que es clave para el futuro energético de muchos países.
Hidrógeno a partir de residuos: ¿cómo funciona?
La tecnología de GHT se basa en la conversión de residuos plásticos no reciclables, como aquellos contaminados o recubiertos de otros materiales, en gases de síntesis a través de un proceso de gasificación a altas temperaturas. En la planta de Ebersbach, los residuos serán calentados a 1600 grados Celsius, lo que permitirá la descomposición del material y la producción de hidrógeno y dióxido de carbono en estado líquido. Aunque el proceso aún genera CO2, este puede ser almacenado bajo tierra, evitando así su liberación a la atmósfera.
“El dióxido de carbono no va a parar a la atmósfera”, afirma Robert Nave, director de GHT, explicando que este proceso es más limpio en comparación con la incineración tradicional. Se espera que el hidrógeno producido represente el 40% del gas total generado en la planta, mientras que el CO2 se almacenará o reutilizará como materia prima.
Un combustible limpio a bajo costo
El hidrógeno ha sido aclamado como el combustible del futuro, gracias a su capacidad para generar energía limpia al combinarse con oxígeno, produciendo únicamente agua como subproducto. Sin embargo, uno de los principales obstáculos para su adopción ha sido el alto costo de producción, especialmente cuando se utiliza energía renovable en el proceso de electrólisis.
La propuesta de GHT busca cambiar esta realidad, con un modelo de producción de hidrógeno a partir de residuos plásticos que reduce significativamente los costos. Según las estimaciones de la empresa, el hidrógeno producido en su planta de Ebersbach tendrá un costo de alrededor de EUR 1,50 (US$ 1,67) por kilogramo, mucho más barato que los EUR 8 (US$ 8,91) que suele costar el hidrógeno verde producido mediante energía solar o eólica.
“Este tipo de iniciativas son importantes para seguir desarrollando los exitosos modelos de negocio de la industria alemana,” señala Bernhard Kluttig, del Ministerio Federal de Economía y Protección del Clima (Bundesministerium für Wirtschaft und Klimaschutz – BMWK), quien apoya el proyecto de GHT. Este respaldo gubernamental es clave para el éxito de la tecnología, que busca expandirse en los próximos años con la apertura de al menos cinco plantas adicionales.
Colaboración con grandes empresas
El proyecto de GHT no estaría completo sin la colaboración de importantes actores del sector energético y logístico. La empresa RheinEnergie, una de las principales compañías energéticas de Alemania, y Hylane, una compañía de transporte que ya opera camiones impulsados por hidrógeno, se han sumado a la iniciativa. Esta sinergia es fundamental para garantizar que el hidrógeno producido encuentre un mercado de consumo amplio y sostenible.
La materia prima para este proceso provendrá de la empresa local de reciclaje ETG, que suministrará los residuos plásticos necesarios para la producción de hidrógeno. De esta manera, se cierra el ciclo entre residuos y energía limpia, contribuyendo al objetivo de descarbonizar sectores industriales clave.
Hidrógeno: la clave para la transición energética
El hidrógeno es visto como un pilar fundamental en la transición energética global, especialmente en sectores difíciles de descarbonizar, como la industria pesada y el transporte. En la industria siderúrgica, por ejemplo, el hidrógeno verde está llamado a reemplazar el carbón como agente reductor en la producción de acero, mientras que en el sector del transporte, vehículos pesados y barcos ya utilizan este gas como combustible limpio.
La flexibilidad del hidrógeno lo convierte en un vector energético crucial, capaz de almacenar energía y ser utilizado cuando la oferta de fuentes renovables, como la eólica y solar, es insuficiente. Además, su capacidad para generar electricidad a través de pilas de combustible ya está siendo aprovechada en diversos sectores.
Un futuro prometedor
El éxito de GHT y su modelo de producción de hidrógeno a bajo costo a partir de residuos plásticos podría tener un impacto global. Nave, el director de la start-up, señala que esta tecnología tiene un gran potencial en regiones como Asia, África y América, donde los residuos plásticos representan un problema ambiental importante y la demanda de hidrógeno para la transición energética está en auge.
“Por desgracia, ni siquiera en Alemania nos libraremos completamente de los envases de plástico dentro de diez o veinte años,” admite Nave, reconociendo que su modelo de negocio podría ser una solución temporal, pero efectiva, para aprovechar los residuos existentes de manera más sostenible.
El papel del hidrógeno en la descarbonización global
El hidrógeno se ha convertido en el centro de atención de muchos países que buscan cumplir con sus metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. En Alemania, el gobierno ha puesto al hidrógeno en el centro de su estrategia para alcanzar la neutralidad climática en 2045. Para ello, se espera que las plantas de producción de hidrógeno verde se multipliquen en los próximos años, aprovechando la energía renovable disponible en el país.
El modelo de GHT representa una alternativa intermedia en este camino hacia la descarbonización, utilizando un recurso que, de otro modo, acabaría incinerado. Si bien no es una solución completamente verde, es una alternativa más limpia y económica para producir hidrógeno y contribuir a la lucha contra el cambio climático. La apuesta de Green Hydrogen Technology por convertir residuos plásticos en hidrógeno barato y limpio representa una solución innovadora y necesaria para la transición energética en Alemania. Con el respaldo del gobierno y grandes empresas, esta tecnología tiene el potencial de transformar sectores clave, desde el transporte hasta la industria pesada, mientras se avanza hacia un futuro más sostenible.
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