Buenos Aires / Berlín / Baku – La cumbre climática COP29 arrancó ayer lunes en la ciudad de Bakú, en Azerbaiyán con luces y sombras. Lo hizo con una llamada al mundo para elevar la meta de financiación climática, porque “vamos de camino a la ruina” del planeta. La COP29 se desarrollará hasta el 22 de noviembre en la ciudad de Baku, que recibirá a los delegados de más de 200 países bajo el liderazgo del presidente de la conferencia mundial, Mukhtar Babayev.
Por otro lado, los delegados ocuparon gran parte del primer día con debates sobre la agenda de trabajo. Lejos estuvo el encuentro, que depende de la ONU y es organizado anualmente, de la buena imagen que dejó la edición 2023 -la COP28- que pudo arrancar con un logro: el lanzamiento del fondo para pérdidas y daños, destinado a ayudar a los países más vulnerables a reparar los estragos causados por episodios extremos de cambio climático.
El tema será también el eje de esta nueva edición de la reunión en Bakú. Los países más afectados por el cambio climático, como los de África o las islas del Pacífico que ven amenazada su propia existencia, reclaman que sea de al menos US$ 1 billón anuales, lo que equivale a multiplicar por diez la cantidad del objetivo que se había marcado en la cumbre de 2009, mientras que un estudio de expertos independientes para la ONU eleva a US$ 2,4 billones la cantidad necesaria de aquí a 2030.
Cambio climático: ¿Un tema que no es prioritario?
La conferencia en la ciudad de Azerbaiyán llega cuando se conocen más datos que evidencias la disyuntiva entre la fuerza de la naturleza y los hábitos de los humanos. Un ejemplo es el informe que publicó el Banco Europeo de Inversiones (BEI) el lunes. Para el caso de Alemania, la mayor economía europea, más de dos tercios de las personas encuestadas reconocen que vivieron al menos una vez fenómenos climatológicos extremos, pero solo una parte considera al cambio climático un tema prioritario. El 71 % dijo haber experimentado situaciones meteorológicas extremas como calor, tormentas fuertes o inundaciones.
Casi todas las personas entrevistadas en Alemania, el 92 %, afirmaron que la adaptación al cambio climático es necesaria. Sin embargo, solo el 40 % declaró que la cuestión es prioritaria para ellos. Esto sitúa a Alemania diez puntos porcentuales por debajo de la media en la encuesta realizada en toda la Unión Europea (UE) por la empresa de estudios de mercado BVA X-Sight por encargo del banco europeo.
Efectos positivos sobre el empleo
Aunque califican la prioridad por debajo de la media de la UE, más de tres cuartas partes de los encuestados en Alemania también ven ventajas en invertir a tiempo en la adaptación al clima. El 78 % espera efectos positivos sobre el empleo y la economía local. El 77 % supone que los costos futuros pueden limitarse si se realizan inversiones con rapidez.
Los alemanes también se desvían de la media de la UE cuando se les pregunta por posibles preocupaciones ante el cambio climático. Dos tercios de los encuestados se declararon preocupados por las posibles consecuencias del cambio climático. En toda la UE, la cifra fue del 73 %.
En comparación con otras cuestiones, los alemanes clasificaron el cambio climático como el tercer mayor reto. La migración representa el principal desafío, según respondieron, seguido por el mayor coste de la vida. Seis de cada diez alemanes (63 %) estiman que el cambio climático los obligará a modificar su modo de vida.
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