Buenos Aires / Fráncfort – El banco alemán de desarrollo KfW creó un instrumento de financiación para la creación de la red local de hidrógeno, con un préstamo de EUR 24.000 millones (US$ 25.240 millones) para compensar las pérdidas iniciales de los inversores privados. La red de hidrógeno es un componente central de la transición energética para el suministro de energía producida de forma sostenible, como informó el Argentinisches Tageblatt en reiteradas ocasiones. “El éxito de la transición al hidrógeno es un factor crítico, especialmente para la industria de alto consumo energético”, afirmó Stefan Wintels, director general del estatal KfW.
Según los planes del Gobierno alemán, de aquí a 2032 se creará una red con una longitud total de 9.040 kilómetros. Para ello, se rehabilitarán los gasoductos de gas natural existentes y se construirán nuevas tuberías de hidrógeno.
La financiación será privada, pero subvencionada por el Gobierno federal. Los financiadores tienen que hacer grandes inversiones al principio, mientras que los ingresos de la tarifa de red están limitados por la Agencia Federal de Redes. Aquí es donde entra en juego el mecanismo de compensación a través de la cuenta financiada por el KfW. Si los ingresos aumentan más adelante, los fondos volverán a esta cuenta.
Una red que se amplía
Un ejemplo del impulso y el protagonismo que está tomando la infraestructura de hidrógeno en Alemania y Europa son los proyectos previstos para el año 2031, que impulsa la Unión Europea (UE) en su conjunto. De acuerdo a un informe de European Hydrogen Backbone (EHB), existen 40 proyectos de hidrógeno verde que estarán listos antes de 2031 en el ámbito comunitario. Se trata en particular de la red de hidroductos que atraviesa el continente. Entre ellos, destaca la conexión CelZa en Zamora como eje central del corredor H2Med, como informó el Argentinisches Tageblatt hace unos días en referencia a informaciones de la periodista Carla Barbuto de La Mañana de Neuquén.
EHB, la organización para el desarrollo del hidrógeno verde en Europa, ha dividido el territorio comunitario en cinco grandes ejes. El Corredor A involucra al norte de África con el sur de Europa; el Corredor B, centrado en el suroeste de Europa y el Norte de África; el Corredor C, por su parte, nutrirá a los centros de producción de Reino Unido, Países Bajos, Bélgica y Alemania; el Corredor D transportará el hidrógeno verde desde el Báltico hacia el centro del continente, con destino Polonia y Alemania principalmente. Por último, el Corredor E está diseñado para llevar energía desde Grecia a los países de Europa Central como Bulgaria, Rumanía, Hungría, Eslovaquia y Austria.
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