Buenos Aires (AT) – BMW comienza a incorporar combustibles renovables en la producción de vehículos diésel fabricados en Alemania. En colaboración con Neste, una empresa finlandesa, utiliza aceite vegetal hidrotratado (HVO 100), un combustible elaborado a partir de residuos como aceite de cocina usado y grasas industriales. Este combustible reduce en un 90 % las emisiones de gases de efecto invernadero a lo largo de su ciclo de vida, sin necesidad de utilizar aceite de palma en el proceso.
El proyecto se implementa en las plantas de Múnich, Dingolfing, Regensburg y Leipzig. Cada vehículo nuevo recibe entre cinco y ocho litros de este combustible antes de ser entregado a concesionarios. Desde marzo de 2023, BMW utiliza HVO 100 en varios camiones logísticos. A partir de enero de 2025, todos los modelos diésel fabricados en Alemania se entregarán con este combustible en sus tanques.
Características y producción del HVO 100
El aceite vegetal hidrotratado, conocido como HVO 100, se produce mediante un proceso químico que transforma aceites usados y grasas residuales en un combustible limpio y apto para motores diésel convencionales. No se requieren modificaciones en los vehículos que lo utilizan, lo que facilita su implementación masiva.
A diferencia de otros biocombustibles de primera generación, el HVO 100 utiliza residuos y materias primas no comestibles. Esto evita conflictos relacionados con el uso de tierras agrícolas. En el proceso de producción no se emplea aceite de palma, lo que responde a las preocupaciones ambientales sobre la deforestación asociada con este cultivo.
En Alemania, cada vez más estaciones de servicio incluyen HVO 100 en su oferta. Este combustible se presenta como una solución viable para flotas de transporte pesado, donde la electrificación enfrenta limitaciones técnicas.
La estrategia de sostenibilidad de BMW
El uso de HVO 100 se alinea con la estrategia de BMW para reducir el impacto ambiental de sus operaciones.. A pesar de que la electrificación es el enfoque principal de la industria, el fabricante explora alternativas como los biocombustibles para abordar sectores específicos. Esto incluye vehículos diésel existentes y camiones utilizados en logística.
Además del HVO 100, BMW participa en iniciativas para integrar materiales reciclados en sus vehículos y reducir el consumo de energía en sus plantas de producción. Dicho enfoque busca cumplir con los objetivos europeos de neutralidad climática, que exigen reducciones rápidas en las emisiones de gases de efecto invernadero.
El transporte pesado y las flotas comerciales representan un desafío importante para la descarbonización. Los biocombustibles permiten abordar este segmento sin requerir inversiones significativas en infraestructura nueva, lo que los convierte en una opción inmediata para reducir emisiones.
El rol de los biocombustibles en el transporte europeo
En Europa circulan más de 250 millones de vehículos diésel. Muchos de estos modelos seguirán en uso durante años, incluso con el avance de la electrificación. La incorporación de combustibles como el HVO 100 puede mejorar la huella ambiental de estos vehículos, además de extender su utilidad mientras se desarrollan soluciones tecnológicas a largo plazo.
Políticas públicas como el Pacto Verde Europeo impulsan la adopción de alternativas renovables en el transporte terrestre. Estas medidas buscan reducir la dependencia de combustibles fósiles y fomentar tecnologías que utilicen recursos renovables. El HVO 100, al ser compatible con la infraestructura existente, se posiciona como una herramienta para cumplir con estas metas.
BMW y la alianza por los combustibles sintéticos
BMW forma parte de la eFuel Alliance, una organización que reúne a más de 170 empresas dedicadas a desarrollar combustibles sintéticos como alternativa a los fósiles. Estos combustibles, conocidos como eFuels, se producen utilizando energía renovable y permiten reducir emisiones en vehículos con motores de combustión interna.
La combinación de biocombustibles avanzados como el HVO 100 y eFuels podría transformar el sector del transporte en Europa. Estas tecnologías complementan la electrificación y ofrecen soluciones para segmentos donde las baterías no son viables, como el transporte marítimo o aéreo.
Desafíos y futuro de los combustibles renovables
Aunque el HVO 100 presenta ventajas claras, su adopción enfrenta desafíos relacionados con costos de producción y disponibilidad. La producción a gran escala requiere inversiones significativas en plantas procesadoras. Además, la demanda global de biocombustibles aumenta la competencia por las materias primas necesarias.
Por otro lado, los eFuels enfrentan retos similares. Su fabricación depende de electricidad renovable, lo que genera preocupaciones sobre la capacidad de satisfacer una demanda creciente mientras se expanden las fuentes de energía limpia.
A pesar de estos obstáculos, la adopción de combustibles renovables permite a fabricantes como BMW ofrecer soluciones inmediatas para reducir emisiones. Estas iniciativas complementan los avances en electrificación, con un enfoque integral para la transición energética en el transporte.
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