Buenos Aires (AT) – En 2024, Alemania logró un avance destacable en el ámbito de la energía eólica, consolidando su liderazgo en la producción de energía eléctrica a partir de fuentes limpias. Según datos más recientes de la industria, que reproduce DW, los reguladores alemanes aprobaron la instalación de más de 2.400 nuevos aerogeneradores terrestres con una capacidad total de 14 gigavatios, una cifra récord que reafirma el compromiso del país con la transición energética.
A pesar de estos avances, la oposición de sectores políticos y económicos pone en duda la eficacia de las políticas energéticas del gobierno, especialmente en lo relacionado con la energía eólica.
El viento a favor de las energías renovables
En un informe reciente de la Asociación Alemana de Energía Eólica (BWE) y VDMA Power Systems, que representa a la ingeniería de plantas de energía, se destacó el fuerte crecimiento que ha experimentado la energía eólica en Alemania. Dennis Rendschmidt, director general de VDMA, celebró la aprobación de más de 2.400 turbinas eólicas terrestres, subrayando que esta decisión marca un paso crucial en la dirección correcta para alcanzar los objetivos climáticos y energéticos del país. Rendschmidt instó al gobierno a mantener este impulso, independientemente de los resultados de las próximas elecciones federales programadas para el 23 de febrero.
Este logro fue posible gracias a un proceso de simplificación y aceleración de los permisos para la instalación de parques eólicos y solares, impulsado por la coalición gobernante compuesta por el SPD, los Verdes y el FDP. Los datos más recientes muestran que, en 2024, el 59% de la electricidad generada en Alemania provino de fuentes renovables, un aumento respecto al 56% registrado en 2023. De este total, más de la mitad se originó en el viento.
El debate político y la oposición al viento
A pesar de los resultados positivos, la energía eólica sigue siendo un tema polémico en la arena política alemana. El partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) ha intensificado su oposición a las políticas energéticas del gobierno, especialmente a la energía eólica. En su reciente congreso, Alice Weidel, candidata a canciller por el AfD, criticó duramente las energías renovables, especialmente el viento, afirmando que no funcionan “cuando el viento no sopla y el sol no brilla”. Además, prometió desmantelar todos los “molinos de viento de la vergüenza” en Alemania, y propuso un regreso al uso de combustibles fósiles, incluidos el gas ruso, y la reactivación de la energía nuclear como parte de un “mix energético serio y sostenible”, una propuesta que la mayoría de los expertos considera inviable.
La propuesta de la AfD de reducir el uso de la energía eólica y, en su lugar, aumentar el consumo de combustibles fósiles, causó rechazo entre muchos especialistas del sector. Según Wolf-Peter Schill, experto en energía del Instituto Alemán de Investigación Económica, el retorno a la energía nuclear no es una opción viable ni útil para la protección del clima ni económicamente. Schill señala que las últimas tres plantas nucleares de Alemania se cerraron hace casi dos años, y los reactores fueron desmantelados de tal manera que no pueden ser reutilizados fácilmente.
Los retos del futuro energético de Alemania
Según Schill, la falta de soluciones para almacenar y distribuir la energía generada por los aerogeneradores representa un obstáculo importante. Los días sin viento y la necesidad de adaptarse a la variabilidad climática son problemas inherentes a la energía eólica, por lo que se hace imprescindible complementar esta fuente con otras energías renovables, como la solar, para asegurar la estabilidad del suministro eléctrico.
Según un estudio realizado en julio de 2024 por el Instituto Fraunhofer, los costos de generación de electricidad de fuentes renovables, como la energía eólica y solar, son considerablemente más bajos que los de las plantas de energía convencionales. La energía eólica, en particular, se destaca como una de las más económicas, con un costo de entre EUR 0,225 y EUR 0,41 por kilovatio hora, mientras que los combustibles fósiles y la energía nuclear tienen un costo mayor, alcanzando hasta EUR 0,49 por kilovatio hora.
La transición energética hacia las renovables ha sido impulsada, entre otros factores, por el hecho de que muchos de los fabricantes de turbinas eólicas están ubicados en Alemania y Europa, lo que otorga a este sector una ventaja estratégica frente a otras tecnologías, como los paneles fotovoltaicos, de los cuales Alemania depende en gran medida de importaciones de China. La capacidad de producción interna y la creciente demanda de empleos relacionados con las energías renovables fortalecen aún más la posición de Alemania en la industria energética global.
El futuro de la energía eólica en Alemania: ¿un camino irreversible?
Con el avance continuo de la energía eólica y solar, Alemania está en una buena posición para alcanzar su objetivo de 115 gigavatios de capacidad instalada para la energía eólica terrestre en 2030. Los aerogeneradores más grandes y avanzados están sustituyendo a las plantas más antiguas, lo que permitirá que las energías renovables representen hasta el 80% de la demanda energética del país. Los expertos insisten en que la clave para lograr la neutralidad climática será aprovechar al máximo las energías renovables, como el viento, que es una de las fuentes más baratas y accesibles para generar electricidad en el país.
El nuevo gobierno que surja tras las elecciones federales deberá decidir si mantiene o retrocede en sus políticas energéticas. Schill señala que sería un “absurdo” no aprovechar el impulso que las energías renovables han recibido, especialmente la eólica, que ha demostrado ser esencial no solo para la protección del clima, sino también para la estabilidad económica. En este sentido, la oposición de la AfD podría llevar a una regresión energética que afectaría tanto la economía como los objetivos climáticos a largo plazo.
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