Buenos Aires (AT) – El gasto militar de los países europeos ha cobrado protagonismo en los últimos meses, impulsado por el conflicto en Ucrania y la presión de Estados Unidos para que sus aliados asuman una mayor responsabilidad en defensa. En la Conferencia de Seguridad de Múnich realizada en febrero, las cifras y estrategias de financiamiento dominaron la discusión, con Alemania en el centro del debate. Las consecuencias de la fuerte discusión que protagonizaron Donald Trump, su vicepresidente J.D. Vance, y el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, frente a las cámaras del mundo pero también las negociaciones que tratan de acelerar la CDU / CSU y el SPD de Alemania para formar un nuevo gobierno, le imponen aún más peso al debate por la Seguridad global.
Según un informe reciente de un centro de estudios en Londres, Rusia destina actualmente el 6,7% de su producto bruto interno (PBI) a gastos militares, una cifra muy superior a la de otros países de la OTAN. Estados Unidos, por ejemplo, invierte el 3,5% de su PBI, Polonia el 3,9%, Alemania el 2,1% y España el 1,3%.
Bajo esta realidad, el gobierno saliente de Alemania -bajo el liderazgo de Olaf Scholz- alcanzó en 2023 por primera vez la meta de la OTAN de destinar al menos el 2% de su PBI a defensa. Esto fue posible gracias a un fondo extraordinario aprobado en 2022 de EUR 100.000 millones (US$ 108.000 millones), destinado a modernizar las Fuerzas Armadas. Sin embargo, este fondo se agotará en 2027 y, a partir de 2028, el financiamiento de la defensa dependerá exclusivamente del presupuesto ordinario.

La presión de Trump y el llamado a incrementar el gasto
Donald Trump, ya había advertido aún antes de volver a la Casa Blanca que los aliados europeos deben aumentar significativamente su gasto en defensa o, de lo contrario, podrían perder el respaldo militar estadounidense. Trump ha planteado la posibilidad de que los países de la OTAN destinen hasta el 5% de su PBI a defensa, una meta que resulta inalcanzable para muchos de ellos bajo la estructura fiscal actual. Desde su asunción en enero, Trump no dejó pasar ocasión para reforzar su advertencia.
En Alemania, el incremento que exige el presidente estadounidense implicaría elevar el presupuesto militar desde los EUR 50.000 millones (US$ 53.950 millones) actuales hasta aproximadamente EUR 215.000 millones (US$ 231.985 millones). Si bien la cifra era debatida en el espectro político, donde hay posiciones divergentes sobre la viabilidad y necesidad de tal aumento, la discusión de TRump con Zelensky marcó un antes y un después.

Debate político en Alemania: entre el pragmatismo y la presión
El canciller Olaf Scholz hahabía expresado la necesidad de reformar la “regla del freno a la deuda” (Schuldenbremse, en alemán), que limita el endeudamiento del país, para permitir mayores inversiones en seguridad y defensa. Por su parte, el ministro de Defensa, Boris Pistorius, sugerió revisar los criterios de Maastricht en la Unión Europea para flexibilizar el financiamiento de los gastos militares.
Cuando aún era parte de la oposición, la Unión Social Cristiana (CSU) proponía elevar el gasto militar al 3% del PBI en un plazo de diez años, mientras que el entonces candidato de Los Verdes, Robert Habeck, planteaba incluso un objetivo del 3,5%. Sin embargo, ninguna de estas propuestas especificaba cómo se financiará el incremento en defensa sin comprometer otras áreas del presupuesto público.

Un cambio repentino y una apuesta por el “all in“
El martes, Friedrich Merz (CDU), el probable próximo canciller alemán, y Lars Klingbeil, flamante presidente del SPD, anunciaron en el marco de sus conversaciones exploratorias para formar gobierno, reformar el freno de la deuda consagrado en la Ley Fundamental para aumentar el gasto en defensa. En el futuro, los préstamos para todos los gastos de defensa que superen el uno por ciento del producto interior bruto (PIB) quedarán excluidos de la regla, lo que, calculado con el PIB de 2024, supondría todos los gastos que superen la marca de unos EUR 43.000 millones.
La iniciativa debe ser aprobada aún por el Bundestag (Parlamento) con mayoría de dos tercios. Conservadores y socialdemócratas quieren que la reforma sea aprobada por el Parlamento en funciones. De lo contrario, esta moción podría ser bloqueada por la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) o por el Partido La Izquierda, que tendrán mayor peso en el nuevo Parlamento elegido el 23 de febrero, que debe constituirse a más tardar el 25 de marzo.
Alemania quiere volver a liderar
Para el aun canciller Scholz, el acuerdo de la iniciativa significa que no tendrá que asistir hoy (jueves) a la cumbre de la Unión Europea con las manos vacías. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, había presentado a principios de la semana un plan para aumentar masivamente los gastos militares en Europa, que asciende a casi EUR 800.000 millones (US$ 857.000 millones). Scholz podrá ofrecer la promesa de que Alemania podrá contribuir a este paquete.
Sin embargo, más que el importe a contribuir para garantizar la Seguridad europea, la decisión a la que llegaron la CDU / CSU y su posible nuevo socio de gobierno, el SPD, cobran un peso mucho mayor desde su dimensión de política internacional. Con el hecho, Alemania anuncia que se pretende volver a ser parte del liderazgo paneuropeo. Tras la suspensión de los suministros de armas estadounidenses a Ucrania, muchas miradas se dirigen a Alemania, el segundo mayor proveedor de apoyo militar después de Estados Unidos.
Berlín no ha desempeñado un papel de liderazgo en Europa en los últimos esfuerzos diplomáticos para lograr una solución pacífica en Ucrania. La iniciativa de un plan de paz como respuesta al enfrentamiento entre el presidente estadounidense Donald Trump y el presidente ucraniano Volodímir Zelenski provino del Reino Unido y Francia.
Según los participantes en las consultas, la regla del uno por ciento en el gasto de defensa también debe servir para prepararse ante posibles decisiones del presidente estadounidense Trump. El gasto en defensa podría escalar libremente en el futuro, ya que estaría por encima del uno por ciento del PIB fuera del freno de deuda.
Además, argumentan que la disposición de un futuro gobierno federal a gastar en defensa no sería predecible para Rusia, a diferencia de lo que ocurre con un fondo especial, ya que siempre hay un límite máximo.
Paralelamente a la modificación del freno de la deuda, también se creará un fondo especial con 500.000 millones de euros financiados mediante crédito para infraestructuras, es decir, para la rehabilitación de carreteras, ferrocarriles, puentes, redes de energía y otros.
Entre la fuerte crítica y el elogio
El plan de reformar el freno de la deuda recibió críticas y elogios. El propio Friedrich Merz (CDU) había dicho hace tan solo una semana: “En un futuro próximo es imposible que reformemos el freno al endeudamiento”. Tras su repentino cambio de oponión y el acuerdo con la SPD, la economista Veronika Grimm expresó el temor de que el próximo Gobierno federal sienta mucha menos presión para llevar a cabo reformas al disponer de más dinero. Posponer cada vez más la necesidad de reformas mediante el endeudamiento es una “apuesta extremadamente arriesgada”, dijo a dpa. .
Otros economistas, por el contrario, elogiaron las propuestas. “El paquete cambia verdaderamente las reglas de juego”, escribió el economista Jens Südekum en X. Por su parte, el presidente del Instituto de Economía Mundial de Kiel, Moritz Schularick, escribió que la iniciativa es un “paso extremadamente importante para la seguridad en Alemania y Europa”.
Los planes también han sido bien recibidos por los sindicatos y los municipios. La presidenta del sindicato IG Metall, Christiane Benner, opinó que parece que la política ha entendido que ahora hay que actuar con rapidez y decisión.
El director general de la Federación Alemana de Ciudades y Municipios, André Berghegger, declaró a los periódicos del grupo Funke-Mediengruppe que hace tiempo que se debería haber lanzado una ofensiva de inversión. Solo en los municipios, el déficit de inversión asciende a unos EUR 186.000 millones.

Consecuencias para la seguridad europea
El debate sobre el gasto en defensa no es solo una cuestión económica, sino también estratégica. La expansión militar de Rusia y la incertidumbre sobre el compromiso de Estados Unidos con la OTAN obligan a Europa a replantear su seguridad a largo plazo. Si bien Alemania ha dado pasos significativos para modernizar su ejército, la falta de un plan claro de financiamiento para los próximos años genera dudas sobre la viabilidad de sus compromisos. Mientras tanto, otros países europeos también se enfrentan a dilemas similares sobre cómo equilibrar seguridad y estabilidad económica en un contexto global incierto.

Hacé tu comentario