Buenos Aires (AT) – Tras semanas de negociaciones para conformar una nueva coalición de gobierno, el líder de la Unión Social Cristiana (CSU) y primer ministro del Estado federado de Baviera, Markus Söder, confirmó que su partido renuncia oficialmente a impulsar la vuelta de la energía nuclear en Alemania. Aunque el tema había sido parte central de su agenda electoral, la falta de consenso entre las fuerzas que integran el nuevo gobierno federal tornó inviable su proyecto.
“La energía nuclear ya no es viable, ni desde lo político ni desde lo económico”, sostuvo Söder tras firmar el acuerdo de coalición junto a la CDU y el SPD. “Nuestra propuesta no tuvo mayoría y, con el paso del tiempo, tampoco es razonable en términos de costos”, agregó. Así, la CSU desiste de su plan para extender por “al menos diez años más” la vida útil de tres centrales nucleares: Isar 2 (Baviera), Emsland (Baja Sajonia) y Neckarwestheim 2 (Baden-Württemberg), que fueron cerradas en abril de 2023.
El nuevo acuerdo de coalición no menciona en ningún punto la energía nuclear ni su posible reactivación. En cambio, promueve el desarrollo de tecnologías de fusión como horizonte de largo plazo. En palabras de Söder, “en cuatro años sería muy difícil y casi inviable retomar la operación de las plantas”.

Los costos del regreso nuclear
Según expertos en energía, un eventual regreso de Alemania a la energía nuclear requeriría reformar nuevamente la Ley de Energía Atómica, frenar los procesos de desmantelamiento en marcha y renegociar con las empresas propietarias, que en su mayoría ya iniciaron los trabajos de cierre definitivo. Solo la central de Isar 2, operada por PreussenElektra, tiene aprobados fondos y permisos para su desactivación total.
A esto se suma un complejo entramado técnico: haría falta reemplazar componentes retirados o destruidos, adquirir nuevos elementos combustibles, recontratar o formar personal especializado, adecuarse a las normativas de seguridad vigentes y, sobre todo, resolver el problema del almacenamiento de residuos nucleares. Todo ese proceso podría tardar varios años y costar miles de millones de euros.

Giro en el tablero político
El anuncio de Söder fue recibido con alivio por sus socios de coalición. Florian von Brunn, experto en energía del SPD, calificó la decisión como “un triunfo de la sensatez”. En su opinión, es un paso clave hacia una política energética sustentable basada en fuentes renovables como el viento y el sol, acompañada por inversiones en sistemas de almacenamiento.
Martin Stümpfig, referente del Partido Verde en el parlamento de Baviera, fue más crítico: “Söder engañó a la gente con promesas de reactivación que nunca estuvieron respaldadas por datos técnicos ni por expertos”, afirmó. También remarcó que el acuerdo de coalición omite cualquier mención a la gestión de residuos nucleares, un tema que sigue sin resolverse en Alemania.

El legado del Atomausstieg
El cierre de la era nuclear en Alemania comenzó formalmente el 30 de junio de 2011, cuando el Bundestag aprobó por amplia mayoría la salida definitiva de la energía atómica tras el desastre de Fukushima. Las últimas plantas fueron desconectadas de la red en abril de 2023.
Cualquier intención de revertir esa decisión requiere no solo voluntad política sino también condiciones legales, empresariales y técnicas que hoy parecen imposibles de reunir. Incluso entre los sectores más conservadores existe consenso en que el margen para volver atrás se ha cerrado.

Un nuevo foco en el gas y las renovables
Como alternativa, el nuevo gobierno federal apuesta a expandir la infraestructura de energía a gas, con plantas de generación que actúen como “puente” hasta lograr un sistema 100 % renovable. “La desaparición de la nuclear debe ser compensada por gas”, remarcó Söder, aunque reconoció que el modelo tiene sus propios desafíos, entre ellos la escasez de gas ruso y el creciente consumo eléctrico del país.
El acuerdo de coalición también prioriza la inversión en tecnologías de fusión, con la ambiciosa meta de construir en Alemania el primer reactor operativo del mundo.

Impacto regional y mirada desde Argentina
La decisión de dar por concluido el capítulo nuclear en Alemania sienta un precedente importante en Europa. Mientras países como Francia refuerzan su apuesta atómica, Alemania reafirma su camino hacia una matriz 100 % renovable, a pesar de los costos de transición.
Desde la Argentina, donde el debate sobre energía nuclear reaparece periódicamente, el caso alemán ofrece una lección sobre las complejidades de ese cambio. La planificación a largo plazo, la inversión en nuevas tecnologías y el consenso político son factores clave para encarar cualquier transición estructural en el sector energético.

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