Buenos Aires (AT) – El gobierno federal de Alemania, liderado por la coalición CDU-SPD, decidió no avanzar con la reducción del impuesto a la electricidad para hogares y pequeñas empresas. La medida, anunciada como una de las principales promesas de campaña antes de las elecciones de febrero de 2025, buscaba aliviar el impacto del costo energético en los sectores más vulnerables. Sin embargo, en las últimas semanas se confirmó que solo las grandes empresas se beneficiarán con una rebaja fiscal.
La decisión generó una fuerte reacción social y política. La reversión de la promesa fue comunicada a fines de junio y generó rechazo incluso dentro de la propia CDU. A pesar de las presiones, el Ejecutivo se mantiene firme y argumenta limitaciones presupuestarias. Según estimaciones oficiales, aplicar el recorte del impuesto para todos los consumidores hubiese implicado un gasto de EUR 5.400 millones en 2025. Frente a ese escenario, se priorizó a los grandes consumidores industriales.
Los datos más recientes de Statista indican que los hogares alemanes pagan, en promedio, EUR 0,34 por kilovatio hora. Una familia tipo de tres personas desembolsa cerca de EUR 116,08 por mes en electricidad. Con estos números, Alemania se ubica como el tercer país con la tarifa residencial más alta del mundo, igualando a Reino Unido y Bélgica. En países vecinos como Dinamarca, Francia o los Países Bajos, los precios son levemente inferiores.
Divisiones dentro de la CDU y reclamos del sector productivo

La marcha atrás del Ejecutivo desató una discusión interna dentro del oficialismo. Jens Spahn, jefe del bloque parlamentario de la CDU, intentó justificar la decisión. En declaraciones al canal ARD, explicó que la meta de fondo sigue siendo bajar los precios de la electricidad, pero de forma gradual y con equilibrio fiscal. “Después de tres años de recesión, esto solo puede hacerse paso a paso”, afirmó. Según Spahn, los hogares recién verán alivios en 2026.
Pero no todos dentro del partido comparten esa postura. Hendrik Wüst, líder regional de Renania del Norte-Westfalia, criticó públicamente la decisión. En una entrevista con el diario Bild, pidió reexaminar todas las alternativas posibles para aplicar el recorte a corto plazo. “Este proyecto no puede quedar archivado sin más”, advirtió.
Las críticas también llegaron desde el ámbito empresarial. Jörg Dittrich, presidente de la Asociación Central de Oficios y Pequeñas Empresas (ZDH), cuestionó con dureza el giro del gobierno. En diálogo con la emisora SWR, recordó que la rebaja impositiva había sido establecida en múltiples instancias: el acuerdo de coalición, los documentos del comité de coordinación y el paquete de alivio económico presentado por el Ejecutivo. “No era una idea lanzada al aire, estaba comprometida de forma concreta y repetida”, subrayó.
El impacto en los hogares y las pequeñas empresas

El retroceso en la política fiscal se produce en un contexto económico delicado. Alemania experimentó tres años consecutivos de bajo crecimiento o recesión. La inflación energética jugó un rol clave, sobre todo tras el inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania, que encareció el gas natural y presionó sobre toda la matriz energética europea.
Mientras tanto, las pequeñas y medianas empresas —que representan más del 99% del total de firmas en Alemania y emplean al 55% de la fuerza laboral— enfrentan dificultades crecientes para sostener sus operaciones. Muchas dependen del consumo eléctrico intensivo: talleres, carpinterías, panaderías, peluquerías y firmas de servicios técnicos. Para este segmento, el impacto de la tarifa energética es directo y constante.
La decisión del gobierno podría tener consecuencias en términos de competitividad y empleo. Si bien la industria pesada se verá beneficiada con la reducción del impuesto, el resto del tejido productivo quedará al margen. Además, muchos hogares de clase media que confiaron en la promesa electoral ahora se sienten decepcionados.
En 2024, un informe del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW) advertía que los costos de la energía eran uno de los principales factores detrás del estancamiento del consumo interno. El mismo estudio planteaba que una reducción generalizada del impuesto a la electricidad tendría un efecto positivo en la demanda y en el clima económico general.
Una decisión con efectos políticos

Más allá de las cifras, la cancelación del recorte impositivo plantea interrogantes políticos. ¿Cómo afectará esta marcha atrás a la imagen del gobierno? La CDU había usado la promesa de alivio fiscal como un eje central de su campaña. Cumplido apenas medio año de gestión, el giro se percibe como un quiebre en la confianza de los votantes.
Varios analistas advierten que este podría ser el primer traspié serio del gobierno de coalición. Las encuestas de junio reflejaron una caída de tres puntos en la imagen positiva de la CDU, mientras que el Partido Verde y el SPD mantienen números estables. El descontento ciudadano podría reflejarse en las elecciones regionales de otoño, donde Renania del Norte-Westfalia y Baviera renuevan autoridades.



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