Buenos Aires (AT) – Como cada año, la Embajada de Suiza en la Argentina organizó este viernes, 1º de Agosto, su tradicional festejo por la Fiesta Nacional, que conmemora el nacimiento de la Confederación Helvética. En esta ocasión, sin embargo, la jornada tuvo un tono especial: fue la última para el embajador Hans-Ruedi Bortis, quien se retirará de la actividad diplomática en noviembre.
El evento tuvo lugar en el Palacio San Miguel, ubicado en el corazón de Buenos Aires, y reunió desde las 12:30 hasta pasadas las 15 horas a una numerosa concurrencia compuesta por miembros del cuerpo diplomático, referentes culturales, empresarios, representantes de las colonias suizas del interior y autoridades argentinas.
Afuera, la lluvia no daba tregua. Minutos antes de comenzar, un rayo cayó sobre un edificio a pocas cuadras del lugar, sobresaltando a más de uno. Pero adentro, el clima fue otro: cálido, alegre y profundamente emotivo.

Recibimiento, tradición y sabores
Al ingresar, los invitados fueron recibidos con un prendedor con la bandera suiza, gesto que marcó el tono cálido y familiar del encuentro. El menú especialmente preparado por la chef Elizabeh Fleitas Blanco combinó clásicos de las diferentes regiones del país Helvético, así los invitados pudieron degustar: Risotto con i funghi, tipico del Ticino, Suiza italiana; Spätzli con spezzatino y Zürcher Geschnetzeltes, dos propuestas típicas de la Suiza alemana; tartines de cebolla y queso, típicos de la ciudad de Berna. De la cocina nacional se pudieron degustar empanadas y sandwichs de carne. En un espacio destacado del primer piso, el equipo de «Je suis raclette» elaboraba en el momento las típicas raclettes suizas.
Los postres fueron cuidadosamente seleccionados por la chef discípula de Auguste Escoffier, entre ellos se destacaron la Mousse de chocolate y los bizcochos famosos Basler Leckerli.

Discursos que emocionaron
La ceremonia central tuvo como protagonista al Embajador de Suiza, Hans-Ruedi Bortis, quien junto a su esposa Mónica Lofruscio ofició de anfitrión. En su discurso, Bortis repasó los orígenes de la Confederación y destacó la estabilidad política suiza como un valor central en estos tiempos complejos. “Nuestro sistema colegiado asegura más del 70 % de representación ciudadana. Eso da paz y prosperidad”, señaló.
También hubo referencias a la historia compartida con Argentina: desde la fundación del primer consulado comercial honorario en 1834 hasta la inmigración masiva del siglo XIX que dio origen a colonias agrarias en Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos. “Los suizos pusieron las bases del granero del mundo”, afirmó.
El momento más íntimo del acto llegó cuando el embajador, visiblemente conmovido, recordó que esta será su última Fiesta Nacional en el país. “Después de ocho años en dos etapas, esta será nuestra última fiesta oficial en la Argentina”, dijo. La emoción lo obligó a hacer una pausa para beber agua antes de continuar.
Se despidió agradeciendo a todos los presentes, a su equipo de trabajo y, especialmente, a su esposa Mónica. “Compartimos experiencias inolvidables y nos llevamos en el corazón todo lo vivido”, afirmó.
Anunció que no se despedirán del todo: seguirán vinculados al país a través de proyectos personales, como la fundación que lleva el nombre de su esposa, y destacó con humor que sus hijos “ya hablan porteño”.

Reconocimientos y presencia federal
Durante el acto, María Rosa Zenklusen (Federación de Asociaciones Suizas) y Mabel Gay (entidades valesianas) entregaron un reconocimiento al Embajador por su constante impulso a la colectividad suiza en la Argentina. También participó el cuerpo de cantoneras, llegadas desde San Jerónimo Norte, que entonaron el himno nacional suizo luciendo trajes típicos de Berna, Argovia y Valais.

Invitados y entidades presentes
Entre los presentes se contaron el embajador de Alemania Dieter Lamlé; la ex canciller argentina Diana Mondino; el secretario de Relaciones Económicas Internacionales y ex embajador argentino en Alemania, Fernando Brun; la presidente de la ONG “Kids on the Move” Rachel Rutherford; la gerente de la Cámara de Comercio Suizo Argentina, María Silvia Avalo; el Diputado Nacional Fernando Iglesias, presidente de la comisión de Relaciones Exteriores y Culto y Cornelia Schmidt-Liermann, Directora del Comité de Asuntos Europeos del CARI.
Participaron también directivos y representantes de más de 70 empresas suizas activas en el país, muchas de ellas con más de un siglo de trayectoria. La Cámara de Comercio Suizo Argentina contó con un espacio propio donde compartió información sobre sus actividades.

Un primer piso lleno de iniciativas
Tras los discursos, los asistentes fueron invitados a recorrer las propuestas del primer piso. Allí se destacó una experiencia de realidad virtual creada por la Escuela Cantonal de Arte de Lausanne, parte del Festival Suiza Pop realizado entre el 23 y el 27 de julio en espacios culturales como el Centro Cultural Recoleta, el Centro Cultural San Martín y la Alianza Francesa. Más de mil personas participaron de esa iniciativa que integró arte, tecnología y patrimonio.
Otra sección estuvo dedicada al Museo Internacional de la Discapacidad María Kodama, con una mención especial al vínculo de la escritora y de Jorge Luis Borges con Suiza. Rachel Rutherford, presidenta de “Kids on the Move” y galardonada con un premio Nelson Mandela, también acompañó este espacio.
Finalmente, la Federación de Asociaciones Suizas en la República Argentina (FASRA) presentó sus proyectos culturales y educativos, en el marco de los preparativos por el bicentenario de relaciones bilaterales entre ambos países.

Un cierre con sabor y gratitud
Antes de despedirse, cada invitado recibió como souvenir un chocolate suizo. Fue un cierre amable para una jornada cargada de afecto, reencuentros y proyecciones. En palabras del embajador Bortis: “Hoy es el día de Suiza, pero también es el día de la Pachamama. Una coincidencia hermosa que nos recuerda nuestras raíces y nuestro vínculo con la tierra”.







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