Un documento medieval hallado en Erfurt reavivó una disputa que combina historia, gastronomía y orgullo local en Alemania: ¿Dónde se cocinó la primera bratwurst? El hallazgo podría cambiar un título que durante décadas ostentó un tradicional local de Ratisbona.

Un hallazgo que adelanta la historia
Investigadores en la capital del estado de Turingia encontraron, por azar, una referencia a un puesto de venta de alimentos en un documento fechado en 1269. El texto, descubierto durante un estudio sobre la historia de la famosa Krämerbrücke (Puente de los Comerciantes), menciona una “hütte” (cabaña) y un “bräter” (asador) instalados en el lugar.
El proyecto estuvo a cargo de Martin Sladeczek, responsable del programa Patrimonio Mundial de Erfurt, y del historiador emérito Karl Heinemeyer. Ambos coinciden en que el hallazgo es relevante, aunque admiten que la mención no especifica qué tipo de alimentos se asaban allí. “Sabemos qué comían las personas en la Edad Media: salchichas y carne asada”, explicó Sladeczek.

Salchicha alemana: el título en juego
Hasta ahora, el local “Wurstkuchl” de Ratisbona se presentaba como la “bratwurststube” (casa de bratwurst) más antigua del mundo. Su primer registro escrito data de 1378, más de cien años posterior a la referencia encontrada en Erfurt. No es la primera vez que el título genera controversia: hace unos 25 años, el local bávaro tuvo un cruce similar con Núremberg.
En Turingia, la bratwurst es también parte del patrimonio cultural. Un registro de 1404 en la ciudad de Arnstadt menciona la compra de “tripas para bratwurst” por un valor de un groschen, lo que Thomas Mäuer, director del Museo Alemán de la Bratwurst en Mühlhausen, considera la primera referencia inequívoca a este embutido. Para Mäuer, la cita de 1269 no alcanza para confirmar que se tratara de bratwurst: “Es muy arriesgado suponer que en ese puesto se cocinaban bratwursts. No hay que reescribir la historia todavía”.

Reacciones dispares
Desde la “Wurstkuchl” respondieron sin dramatismo. Alexandra Meier, actual dueña, aseguró que la noticia no afecta al negocio: “No nos molesta en absoluto. Ni siquiera nos gusta tanto la etiqueta de ‘más antigua’. Nos enorgullece más que la gente venga por la calidad de nuestras salchichas. No creo que alguien deje de visitarnos porque ahora seamos la segunda más antigua”.
En Erfurt, en cambio, no hay hasta el momento un restaurante que reclame el nuevo título. El lugar exacto donde estaba el asador de 1269 sigue bajo investigación. Una irregularidad constructiva en la pared externa de un local podría ser el vestigio de una antigua chimenea, pero la confirmación llevará tiempo. En la carta del restaurante figuran, previsiblemente, bratwursts.

Más que un plato típico
La bratwurst no es solo una salchicha alemana: es un elemento de identidad regional. Su preparación y consumo se han mantenido durante siglos, adaptándose a la disponibilidad de ingredientes y a las preferencias locales. La discusión sobre su origen es, en parte, una discusión sobre la memoria cultural y el valor simbólico de la gastronomía.
Para Sladeczek, el hallazgo no es un intento de “lucha localista” con Baviera o Franconia, sino un paso en la investigación histórica: “Nuestro interés fue entender qué se vendía en la Krämerbrücke en la Edad Media. Si además se reaviva la curiosidad por la historia de la bratwurst, bienvenido sea”.







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