Buenos Aires (AT) – Un reciente informe de la Unión de Pilotos Alemanes revela que casi todos los pilotos del país admiten haberse dormido durante vuelos, una práctica derivada del exceso de trabajo y la escasez de personal. La situación plantea serias preguntas sobre la seguridad aérea y la presión que enfrenta la industria en tiempos de alta demanda.
El sondeo, realizado por la asociación sindical Vereinigung Cockpit, incluyó a más de 900 pilotos de distintas aerolíneas alemanas. Los resultados muestran que un 93% de los encuestados ha tomado siestas durante sus vuelos en los últimos meses. Según la distribución del sondeo, un 12% reconoció hacerlo en cada vuelo, un 44% de manera regular, un 33% ocasionalmente, y un 7% no podía precisar la frecuencia. Solo un 3% indicó que fue un hecho aislado.
Fatiga estructural y riesgos para la seguridad
Katharina Dieseldorff, vicepresidenta de la asociación, señaló que los pilotos completan sus misiones pese a estar extremadamente cansados. “Las causas son los horarios estrictos, la falta de personal y la presión operacional creciente”, afirmó. La dirigente agregó que lo que inicialmente se concebía como una medida de recuperación temporal se transformó en una práctica recurrente para lidiar con la sobrecarga estructural.

El sondeo se centró principalmente en pilotos de Lufthansa, aunque también incluyó 64 participantes de Ryanair Irlanda y tres de easyJet Reino Unido. La mayoría de los encuestados informaron que las siestas ocurren tanto en vuelos cortos como largos, con un 44% en trayectos breves y un 56% en rutas de larga distancia. La unión precisó que el término “dormir” se refiere a descansos controlados en cabina, nunca durante el despegue o el aterrizaje.
El sindicato denunció que los pilotos trabajan en una cultura corporativa que ha ignorado el cansancio del personal, un problema que se intensifica durante los meses de verano. Dieseldorff advirtió que, aunque una siesta breve no implica un riesgo inmediato, un equipo de cabina permanentemente agotado representa un peligro real para la seguridad de los vuelos.
Respuesta de las aerolíneas y medidas preventivas

Lufthansa emitió un comunicado defendiendo sus protocolos: “La compañía posee un conjunto de normas para planificar turnos y descansos, asegurando preparación suficiente para la tripulación de cabina y de vuelo. Además, el descanso controlado en cabina es una medida preventiva con políticas claras y regulaciones estrictas, destinada a mantener la alerta y el desempeño de la tripulación en beneficio de la seguridad”.
Pese a ello, la unión insiste en que las aerolíneas deben reconocer la fatiga como un factor de riesgo y adoptar sistemas de gestión del cansancio basados en evidencia científica, conocidos como FRMS, que no estén guiados únicamente por intereses comerciales.
Un problema común en la aviación europea

Joji Waites, jefe de seguridad de vuelo en la Asociación Británica de Pilotos (BALPA), comentó que en el contexto post-Covid los pilotos trabajan más horas y con mayor intensidad que nunca, por lo que no resulta sorprendente que sus colegas alemanes denuncien problemas de fatiga. Waites remarcó que el agotamiento de la tripulación constituye un riesgo tangible para la seguridad aérea, y que se requieren acciones concretas por parte de aerolíneas, autoridades y gobiernos.
El informe subraya la urgencia de políticas claras sobre descansos, supervisión estricta del tiempo de vuelo y la implementación de medidas preventivas de manera uniforme en toda la industria. La presión por cumplir con horarios ajustados y cubrir vuelos en condiciones de escasez de personal genera una tensión constante entre la operación eficiente y la seguridad de los pasajeros.
El napping en cabina se consolidó como un síntoma de un problema mayor. La falta de personal y los horarios intensos obligan a los pilotos a recurrir a descansos controlados durante el vuelo. Mientras las aerolíneas aseguran seguir protocolos estrictos, los sindicatos reclaman mayor atención a la fatiga.



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