Un reciente informe de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO) confirma que Suiza mantiene su posición como la economía más innovadora del mundo en tecnología. El Índice de Innovación 2025 ofrece un panorama detallado sobre cómo se distribuyen la investigación y el desarrollo en distintos países, y revela un fenómeno relevante: la innovación se concentra cada vez más en un grupo reducido de naciones y empresas.
Suiza encabeza el ranking seguido por Estados Unidos, Suecia, Reino Unido y Singapur. Esta tendencia se repite desde hace años, pero el informe muestra que la brecha entre los líderes y el resto de los países se amplía. Mientras muchas economías de ingresos medios intentan potenciar su inversión en educación e infraestructura, pocas logran traducir esos recursos en resultados medibles de innovación.
China se mantiene como la única economía de ingresos medios dentro de los primeros quince puestos del índice. Su posición se explica por la escala de sus patentes y su capacidad de manufactura, que le permite competir con los líderes tradicionales. En contraste, otras naciones de tamaño similar enfrentan dificultades para transformar la inversión en avances tecnológicos concretos.
Inversión concentrada y riesgos para economías pequeñas
Uno de los hallazgos más llamativos del informe es la concentración de la inversión privada. Las cien compañías que más gastan en investigación y desarrollo representan más de dos tercios del total mundial. Las grandes empresas tecnológicas, principalmente de Estados Unidos y Asia oriental, dominan estas cifras.

Esta concentración genera preocupaciones sobre la resiliencia y la equidad del sistema. Las economías más pequeñas y las empresas emergentes enfrentan barreras de entrada altas, especialmente en sectores como inteligencia artificial, semiconductores y farmacéutica. La concentración de recursos en pocas manos puede limitar la diversidad de innovaciones y profundizar desigualdades.
Impactos recientes y el auge de la inteligencia artificial
El informe también refleja cómo eventos recientes afectaron la innovación. La pandemia de COVID-19, la crisis energética y las tensiones geopolíticas modificaron estrategias nacionales. Algunos gobiernos incrementaron la inversión en I+D para reforzar la resiliencia, mientras otros redujeron su gasto por restricciones fiscales. Estados Unidos y varias economías asiáticas muestran presupuestos en aumento, mientras que gran parte de Europa mantiene cifras estables y África y Latinoamérica siguen invirtiendo poco respecto al PBI.

La investigación y el desarrollo en inteligencia artificial muestran un crecimiento acelerado. China, Estados Unidos y Corea del Sur lideran la cantidad de patentes y publicaciones. Las ciudades de Shenzhen, San Francisco, Seúl y Bengaluru se consolidan como hubs de atracción de talento e inversión, generando un ciclo positivo de concentración de recursos y crecimiento económico. Sin embargo, WIPO advierte sobre los riesgos de gobernanza, ética y accesibilidad de estas tecnologías a países más pequeños.
Europa continúa destacando en ciencia básica y educación superior, aunque enfrenta desafíos para convertir la investigación en productos y servicios comercializables. Algunos países europeos caen en el ranking frente a Estados Unidos y ciertas regiones de Asia, donde la actividad de startups y el financiamiento de riesgo crecen con fuerza.
En el Golfo, naciones como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Qatar suben posiciones gracias a inversiones estratégicas en investigación, energías renovables e infraestructura digital. África permanece como el continente menos representado, aunque países como Kenia, Sudáfrica y Ruanda muestran avances en tecnologías móviles y fintech.
Financiamiento y desarrollo de talento
El acceso al financiamiento sigue siendo un desafío. El índice refleja que el flujo de capital de riesgo disminuyó en 2024 después de un período de expansión en los primeros años de la década. Las startups fuera de la inteligencia artificial y la energía limpia enfrentan dificultades para captar fondos. En contraste, la inversión en IA generativa más que se duplicó, demostrando cómo el capital sigue tendencias tecnológicas específicas.

El informe también subraya la importancia del capital humano. Los países que mantienen inversiones consistentes en educación superior y habilidades técnicas presentan mejor desempeño. Finlandia, Dinamarca y Países Bajos destacan por sus insumos educativos, mientras Singapur y Corea del Sur lideran la formación de graduados en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. La concentración del talento global puede generar escasez en economías emergentes, dificultando retener profesionales capacitados.
El informe concluye con sugerencias claras: fortalecer la colaboración entre universidades y empresas, diversificar fuentes de financiamiento e invertir en el desarrollo de habilidades a largo plazo. Asimismo, resalta la importancia de la cooperación científica y tecnológica internacional.
Suiza mantiene su liderazgo, pero el panorama muestra que la innovación se concentra en pocos actores. Las decisiones de inversión, la formación de talento y la apertura al intercambio internacional definirán qué países logran mantenerse en la primera línea durante la próxima década.



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