Wolfgang Porsche, presidente del Consejo de Supervisión de Porsche AG y nieto del fundador de la mítica marca automotriz, inició la construcción de un túnel privado de 500 metros que conectará su residencia en el monte Kapuzinerberg con un estacionamiento urbano en el centro de Salzburgo. El proyecto, estimado en EUR 10 millones (US$ 11,6 millones), fue autorizado por el municipio pese a las críticas de vecinos, ambientalistas y partidos políticos.
La obra se desarrolló en terrenos parcialmente protegidos por la UNESCO, aunque las autoridades aseguran que el túnel no vulnera la normativa porque discurre bajo propiedad privada. El permiso de acceso a tierra pública costó a Porsche unos EUR 48 mil (US$ 55.700), cifra que reavivó el debate sobre los tratos preferenciales a grandes fortunas.

¿Quién es Wolfgang Porsche?
Wolfgang Heinz Porsche, de 82 años, es una figura central en la industria automotriz europea. Es presidente del Consejo de Supervisión de Porsche Automobil Holding SE y de Porsche AG, además de miembro de los consejos de supervisión de Volkswagen AG y Audi AG.
Es nieto de Ferdinand Porsche, fundador de la legendaria firma alemana, y uno de los herederos directos del imperio automotor. Con una fortuna estimada en EUR 20.000 millones (US$ 23.200 millones), también se desempeña como cónsul honorario de Noruega y participa activamente en iniciativas culturales y científicas en Austria y Alemania.

Una villa con historia, entre Zweig y Mozart
La propiedad en cuestión es la villa Paschinger Schlössl, también conocida como villa Stefan Zweig, adquirida por Porsche en 2020 por 8,4 millones de euros. El edificio, de estilo barroco rural, data del siglo XVII y albergó a personajes como la aristócrata Anna Helene Hermes von Fürstenhof, Nannerl Mozart y el propio Stefan Zweig, quien residió allí entre 1918 y 1937.
El acceso al palacio, ubicado en una ladera boscosa con fuerte pendiente, siempre fue complicado. El propio Zweig describió en sus memorias que solo se podía llegar subiendo más de cien escalones. Hoy, esa dificultad se traduce en una angosta carretera de un solo carril que, según el entorno del empresario, resulta impráctica y peligrosa para alguien de 82 años.
Legal, pero desigual
La autorización municipal fue respaldada por la administración saliente de Salzburgo. Aunque el Partido Verde solicitó una investigación parlamentaria, el proyecto fue aprobado por el Comité de Planificación Urbana. Desde ese espacio se aclaró que el permiso respetó la normativa vigente y que la obra no afecta directamente al casco histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1996.
La oposición, sin embargo, no se hizo esperar. El Partido Verde calificó la medida como “trato especial para los súper ricos” y denunció el escaso valor abonado por Porsche para intervenir una zona sensible. En respuesta, el municipio exigió un ajuste del canon inicial de EUR 40.000 a EUR 48.000 (de US$ 46.400 a US$ 55.700) , tras revisar el uso de suelo involucrado.

Un festival como protesta
La resistencia ciudadana encontró formas creativas de expresarse. En febrero de este año se realizó el llamado “Festival del Túnel Porsche” en el centro de Salzburgo, organizado por activistas y vecinos para visibilizar el descontento. La iniciativa fue comparada con protestas similares en Venecia, donde se rechazó el uso privado de espacios históricos por parte de millonarios.
A nivel técnico, el proyecto no infringe la legislación austríaca. Según el notario Christian Gerd Kotz, la llamada Kellerrecht (derecho de bodega) permite construir bajo el subsuelo de una propiedad privada incluso hasta el núcleo terrestre, siempre que se respeten las normas urbanísticas y de patrimonio.

Un símbolo de la brecha social
El caso Porsche revela tensiones entre legalidad, poder económico y justicia social. Si bien la obra cuenta con respaldo legal, ha sido señalada como un ejemplo más del privilegio con que se mueven los ultrarricos en ciudades históricas.
Para muchos habitantes de Salzburgo, el episodio reabre un viejo debate: ¿hasta qué punto las grandes fortunas pueden reconfigurar espacios comunes para su conveniencia? En una ciudad que conserva intacto su perfil clásico y patrimonial, el túnel privado de Wolfgang Porsche se convirtió en el nuevo punto de fricción entre la tradición y los privilegios modernos.




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