El martes por la noche, la Embajada de Alemania en Buenos Aires abrió sus puertas para celebrar el 35º aniversario de la reunificación alemana y, al mismo tiempo, conmemorar los 200 años de inmigración alemana en la Argentina. Más de 800 personas asistieron al evento, que se realizó en la residencia oficial ubicada en el barrio de Belgrano y se extendió desde las 18 hasta pasadas las 23 horas.

El festejo reunió a representantes del cuerpo diplomático europeo y regional, agregados militares, funcionarios del gobierno nacional, referentes políticos, empresarios y destacadas figuras de la comunidad germanoparlante del país. También se destacaron las numerosas delegaciones provenientes de las colonias alemanas del interior, especialmente de Misiones, Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe. Y entre los invitados estuvo presente Juan Carlos Schroeder, Presidente del Argentinisches Tageblatt y cónsul honorario de Neuquén.

Embajador Dieter Lamlé: “Fue un milagro”
Luego de los himnos —interpretados por el joven tenor Martín Savi, quien emocionó al público con una versión de Wind of Change de Scorpions— tomó la palabra el Embajador Dieter Lamlé. Su discurso combinó emoción, memoria y una clara toma de posición frente al presente.

“La reunificación pacífica de Alemania fue un milagro”, expresó. Y amplió: “Lo que pareció imposible durante casi tres décadas, cambió en pocos meses”, recordó. El Embajador hizo un repaso histórico del proceso que comenzó con la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989 y culminó el 3 de octubre de 1990 con el tratado 2+4. También resaltó el rol de la ciudadanía de Alemania Oriental, que “salió a la calle con velas, sin saber cuál sería el final, pero empujados por la esperanza”.

No faltó una autocrítica sobre los efectos desiguales del proceso de reunificación. Lamlé reconoció que “muchas personas del Este sintieron que sus voces no fueron escuchadas” y que aún hoy “la unidad sigue siendo un proceso inacabado”.
Rehenes liberados y un momento de silencio
Uno de los pasajes más emotivos del discurso fue el dedicado a la liberación de tres rehenes argentinos que permanecieron 738 días secuestrados por el grupo terrorista Hamas en la Franja de Gaza. “Ariel y David Cunio, y Eitan Horn están finalmente de regreso. ¡Una noticia que celebramos con el corazón!”, dijo el Embajador, visiblemente conmovido.
200 años de inmigración alemana
El evento también sirvió para lanzar formalmente la iniciativa de la Embajada “200 años de inmigración alemana en Argentina – 200 años de amistad”. Lamlé recordó que en 1825 el gobierno argentino ofreció tierras y trabajo para atraer inmigrantes alemanes. Desde entonces, más de un millón de personas con raíces germánicas han dejado huellas en la cultura, la industria, la educación y la vida cotidiana del país.

“En Misiones, de cada tres personas, una tiene sangre alemana”, afirmó. Mencionó también a Crespo, en Entre Ríos, donde la mitad de la población tiene ascendencia germana, y saludó a localidades como La Cumbrecita, Villa General Belgrano, Colonia Liebig o Valle María.

Política y comercio: acuerdo UE-Mercosur en la mira
En la parte más política de su intervención, el Embajador se refirió al tratado entre la Unión Europea y el Mercosur, cuyas negociaciones llevan ya 25 años. Lamlé sostuvo que el acuerdo debe firmarse antes de fin de año y que representa “el mercado libre más grande del mundo, con 750 millones de personas”. Además, criticó el aumento de aranceles en otros bloques comerciales y defendió “un comercio basado en reglas claras y justas”.
Sobre la relación bilateral con Argentina, destacó que “es excelente en todos los ámbitos” y remarcó la importancia estratégica de recursos argentinos como el litio, el cobre y el hidrógeno verde para la transición energética alemana.

Mollejas, Spätzle y techno berlinés
El espíritu festivo se mantuvo durante toda la velada. Los invitados disfrutaron de un generoso menú que combinó lo mejor de ambas gastronomías: empanadas, mollejas, goulash con Spätzle, salchichas y bretzels de Extrawurst, además de strudel y tortas típicas. La cerveza Warsteiner fluyó sin pausa.
Luego del discurso hubo un set de música electrónica curada especialmente desde Berlín. Para el cierre de la noche se habilitó una pista de baile con música electrónica de los años 80 y 90 donde se destacaron clásicos del techno alemán y música bailable para todas las generaciones.

“La mejor embajadora es la calidad”
En su mensaje final, Lamlé también agradeció a las más de 180 empresas alemanas que operan en Argentina y que “son responsables de la buena reputación que tiene Alemania en el país”. Dijo que, aunque uno quisiera, es casi imposible vivir un día en la Argentina sin cruzarse con algún producto alemán, desde un celular hasta una botella de agua o un ascensor. “Esa calidad es la mejor embajadora que tenemos”, concluyó.


Fotos: Amilcar Orfali

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