Una encuesta del Instituto Forsa reveló una contradicción que atraviesa a la sociedad alemana: mientras el 72% de los ciudadanos apoya duplicar el gasto en defensa durante la próxima década, el 61% rechaza que Alemania asuma una posición de liderazgo militar en Europa.
El sondeo, realizado por encargo de la Fundación Körber entre el 15 y el 26 de septiembre, incluyó a 1.503 electores en todo el territorio alemán y mostró profundas diferencias regionales en temas de política exterior y seguridad.
La paradoja del rearme alemán
La oposición al protagonismo militar alemán alcanzó su punto máximo en el este del país, donde el 75% de los encuestados se manifestó en contra, frente al 58% en el oeste. Esta división geográfica se repite en otras cuestiones vinculadas al papel internacional de Alemania, reflejando percepciones distintas sobre el rol que debería desempeñar la primera economía europea en el escenario global.
Diplomacia sí, intervención militar no
Cuando se les preguntó a los alemanes si su país debería comprometerse más activamente en crisis internacionales, las respuestas fueron ambivalentes: 48% consideró que Alemania debería aumentar su participación, mientras que el 43% prefirió mayor prudencia.

Sin embargo, la forma de ese compromiso genera consenso: el 71% en el oeste y el 84% en el este favorecieron una mayor acción diplomática, mientras que apenas el 19% en el oeste y el 7% en el este respaldaron un incremento del compromiso militar.
“Los datos muestran que los alemanes quieren un país influyente pero no belicoso”, señaló la Fundación Körber al presentar los resultados. Esta preferencia por las herramientas diplomáticas sobre las militares contrasta con el ambicioso plan de modernización de las Fuerzas Armadas que impulsa Berlín, destinado a convertir al Bundeswehr en el ejército más potente del continente. Incluso crece la posibilidad del regreso del servicio militar obligatorio, otro punto de controversia social, sobre todo en la juventud.
El factor Trump deteriora la relación transatlántica
La percepción alemana sobre Estados Unidos experimentó un giro dramático desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. El 73% de los encuestados calificó como malas las relaciones con Washington, una inversión casi exacta respecto al año anterior, cuando el 75% las consideraba buenas bajo la presidencia de Joe Biden.

Francia desplazó ampliamente a Estados Unidos como el principal socio de política exterior de Alemania, con el 46% de las preferencias frente al 26% estadounidense. La desconfianza hacia Washington se manifestó en ámbitos específicos: solo el 38% ve a Estados Unidos como un aliado confiable en el manejo de la guerra en Ucrania, el 31% en la relación con China y apenas el 21% en la promoción del libre comercio.
Rechazo unánime a las armas nucleares
Pese al apoyo mayoritario al aumento del presupuesto militar —con un 75% de respaldo en el oeste y 56% en el este—, el 82% de los alemanes rechazó de manera contundente que su país desarrolle armamento nuclear propio. En este punto, la oposición fue prácticamente idéntica en ambas mitades del país, evidenciando un límite claro a la militarización que la sociedad alemana está dispuesta a tolerar.

El relevamiento mostró además un alto interés ciudadano en temas de política exterior: el 76% de los participantes afirmó seguir con atención estos asuntos, un indicador que contrasta con la percepción habitual de que los alemanes priorizan las cuestiones domésticas sobre los asuntos internacionales.




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