Buenos Aires (AT) – La fecha basal de esta historia es el 12 de septiembre de 1848. Mientras el resto de Europa se debatía entre diferentes modelos de gobiernos y más de una revolución, en Berna, Suiza, entró en vigor una constitución que convirtió a los 22 cantones en un Estado federal democrático. Hoy, el país lidera no solo el ranking de las democracias más antiguas sino también el de la innovación por países.
El camino se inició por la decisión de sus habitantes de dejar el estado de una unión por confederación que los había reunido hasta ese mes de septiembre de 1848. En su nuevo modelo de Federación democrática, el flamante Estado suizo se concedió libertad de comercio y establecimiento. Además, se suprimieron todos los derechos de aduana internos y se estandarizaron los pesos y medidas. Y una moneda única sustituyó a los numerosos sistemas monetarios que hasta entonces habían coexistido en estrecha proximidad.
De la guerra civil al Estado compartido
Apenas un año antes había estallado una guerra civil entre los cantones liberales y los católico-conservadores, que ganaron los liberales. Las diferencias ideológicas y confesionales habían chocado. Los conservadores derrotados esperaban desde hacía tiempo que las monarquías extranjeras acudieran en su ayuda. Pero después de las revoluciones que estallaron en París, Viena, Berlín y otros lugares en 1848, las grandes potencias europeas sencillamente no tenían tiempo para ocuparse de la pequeña Suiza, por mucho que les disgustaran los acontecimientos políticos que allí se producían.
Tras ganar la guerra civil, los liberales se enfrentaron a la cuestión de cómo tratar a su adversario derrotado. Para ganarse a los conservadores a favor del nuevo Estado, se le dotó de una estructura fuertemente federalista. Esto limitó el poder del gobierno federal y otorgó a los cantones y municipios autonomía en muchos ámbitos.
La estabilidad política como fuente de prosperidad
Desde la perspectiva actual, Suiza, tal y como se fundó en 1848, tenía claros déficits democráticos: a los judíos no se les concedió la libertad de establecimiento hasta 1866, el sistema de representación proporcional no se introdujo hasta 1919 y las mujeres tuvieron que esperar hasta 1971 para tener derecho a voto. Sin embargo, sobre las bases sentadas entonces pudo desarrollarse un Estado que pronto se caracterizó por una notable estabilidad política y un alto nivel de prosperidad.
Con un PIB per cápita de US$ 103.000, Suiza es hoy uno de los países más ricos del mundo. Importante es la exportación de máquinas, relojes y productos químicos y farmacéuticos. Suiza ocupa el séptimo lugar en la lista de países que más invierten en EE.UU. El franco suizo es una moneda fuerte de gran prestigio internacional. Tradicionalmente el sector bancario es estrella, pero Suiza es también el mayor centro comercial de materias primas del mundo. Esto fue posible gracias al duro trabajo y la habilidad de sus habitantes.
Una de las bases que le permitió a Suiza convertirse en el Estado que hoy es, es la innovación. de hecho, el país lidera en 2023 el ranking de países más innovadores del mundo, según las estadisticas de la empresa de investigación Statista.
Uno de los símbolos de esta condición es el Centro Europeo para la Investigación Nuclear o Laboratorio Europeo de Física de Partículas Elementales (CERN, por sus siglas en francés). Se trata del laboratorio de investigación básica más importante del mundo, con laboratorios y otras instalaciones que ocupan una superficie de aproximadamente 600 hectáreas, cuyo centro está en la ciudad de Ginebra.
El CERN fue fundado en 1954 por 12 países europeos y hoy cuenta con 21 estados miembros, los cuales comparten la financiación y la toma de decisiones en la organización. Otros 28 países no miembros participan con científicos de 220 institutos y universidades en proyectos en el CERN, utilizando sus instalaciones. De estos países no miembros, ocho estados y organizaciones tienen calidad de observadoras, participando en las reuniones del consejo. Como instalación internacional que es, el CERN no está oficialmente bajo jurisdicción francesa ni suiza. Los estados miembros contribuyen conjunta y anualmente con US$ 1.000 millones. El centro fue premiado en 2013 con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica junto a los científicos Peter Higgs, y François Englert.
Un fecha científica e histórica
Tradicionalmente, los suizos celebran sus días festivos el 1 de agosto. Esta fecha hace referencia al mito de la fundación de Suiza en 1291, con Guillermo Tell como uno de los protagonistas. La decisión de celebrar la fiesta nacional en este día fue claramente errónea desde una perspectiva científico-histórica, pero sin embargo fue políticamente acertada: También permitía a la gente que todavía se oponía a la fundación de la Suiza moderna en 1848 unirse a las celebraciones.
Roland Aegerter
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