Buenos Aires (AT) – En la evaluación global, Alemania se mantiene como uno de los países con menor corrupción, según el Índice de Percepción de la Corrupción 2023 publicado por Transparency International (TI). Dinamarca encabeza la lista, seguida por Finlandia, Nueva Zelanda y Noruega. Alemania ocupa el noveno lugar en la clasificación internacional, según las evaluaciones de líderes empresariales, expertos y 12 instituciones independientes.
A pesar de su relativo control sobre la corrupción, Alemania no está exenta de vulnerabilidades, según Margarete Bause, vicepresidenta de Transparency Alemania. La organización destaca la necesidad de abordar “lagunas legales”, en especial en casos de soborno a parlamentarios. También se insta a mejorar el registro de lobbies para mostrar la influencia de los lobbistas en la legislación.
Los últimos lugares en la lista lo ocupan los Estados de Sudán del Sur, Siria, Venezuela y Somalia. Alexandra Herzog, directora de Transparency, destaca que florece la corrupción allí donde se debilitan el Estado de derecho, los medios de comunicación independientes y los grupos de la sociedad civil. Señaló a Hungría como ejemplo, ubicándose en la posición más baja de todos los Estados de la Unión Europea (UE).
El caso de Austria
El informe de TI es desfavorable para Austria. Aunque el país logró mejorar dos posiciones en comparación con el año anterior, ubicándose en el puesto 20, Austria no tiene mucho para celebrar. La organización incluso califica el resultado como un “verdadero fracaso”. Según Alexander Picker, presidente de TI Austria, en una entrevista con ORF.at, el resultado es “desalentador” para un país del Primer Mundo.
La percepción de la corrupción se elabora anualmente desde 1995. Mide la percepción de la prevalencia de la corrupción y de los mecanismos para combatirla en el sector público. Los resultados se presentan en una escala del 0 (alto grado de corrupción percibida) al 100 (ninguna corrupción percibida).
Desde 2019, Austria experimenta una tendencia negativa. En ese año, el país tenía 77 puntos, pero ahora tiene 71. Las acusaciones de corrupción, numerosas investigaciones y la respuesta de la política y la justicia agudizaron la percepción de la corrupción por parte de la población.
Desde la oposición, el SPÖ y los NEOS criticaron el rendimiento de Austria. Según ellos, la “mala posición” es “consecuencia de escándalos, desde Ibiza hasta los chats del ÖVP, que han dañado gravemente la reputación de Austria”, según Selma Yildirim, portavoz del SPÖ.
¿Y dónde se ubica Argentina?
El año pasado, Argentina mantuvo el mismo puntaje de transparencia de 38 sobre 100 en el Índice entre 2021 y 2022. Ocupa el puesto 94 de 180 países. Con ese puntaje, Argentina se une a un grupo de países, incluidos Brasil, Etiopía, Marruecos y Tanzania. Algunos de los vecinos argentino obtuvieron puntajes mucho más altos, como Uruguay, que alcanzó 74, y Chile 67.
En América Latina, TI mostró altos niveles de corrupción y resaltó la falta de medidas para combatirla. La organización advirtió en su informe que estos niveles de corrupción contribuyen a la propagación de redes criminales y exacerban la violencia en una región con tasas de homicidios ya elevadas.
El resto de los países latinoamericanos tienen puntajes por debajo de 50, incluyendo a Cuba (45), Colombia (39), Argentina (38), Brasil (38), Ecuador (36), Guatemala (24), Perú (36), El Salvador (33), República Dominicana (33), Bolivia y México (31) y Paraguay (28).
Venezuela (14), Haití (17), Nicaragua (19) y Honduras (23) tienen los peores puntajes en América Latina, donde las líneas entre las instituciones públicas y las redes criminales se han difuminado, según señala TI. El índice para estos últimos tres ha disminuido con fuerza desde 2017.
Entre los declives más pronunciados del Índice se encuentra Qatar, que enfrentó acusaciones de soborno europeo y quejas sobre malas condiciones laborales como anfitriones de la Copa Mundial de la FIFA 2022. Descendió nueve lugares al puesto 40.
La corrupción y el crimen organizado
En una entrevista con la agencia AFP, Luciana Torchuaro, asesora regional de TI para América Latina, dijo que la falta de progreso en la lucha contra la corrupción “ha llevado en la región a un debilitamiento de las instituciones democráticas, un aumento de la violencia y un avance del crimen organizado en las instituciones públicas”.
“Los gobiernos frágiles no logran frenar las redes criminales, el conflicto social y la violencia”, agregó Delia Ferreira Rubio, presidenta de la organización, en un comunicado.
En su análisis, TI menciona la inestabilidad en Perú, con seis cambios de gobierno en seis años y cinco expresidentes bajo investigación por corrupción, incluido Pedro Castillo. La represión de las manifestaciones provocadas por su destitución en diciembre dejó más de 50 muertos hasta ahora.
En otros países de América Latina, se advierte que los organismos públicos fueron cooptados por “élites y crimen organizado”, y las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley hacen la vista a un lado a actividades ilegales o abusos de derechos humanos a cambio de dinero.
En Venezuela, grupos criminales mantienen sus actividades en el sector minero a cambio de pagos irregulares a militares, según informa TI. Las actividades económicas ilegales representaron el 21% de su producto interno bruto en 2021.
El informe también menciona a Guatemala y Honduras, donde hay “evidencia que sugiere” la influencia del crimen organizado en la política. En Guatemala, esta situación afecta a periodistas, activistas y fiscales, algunos de los cuales fueron obligados al exilio.
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