Una familia de Alemania entregó a Etiopía doce piezas históricas conservadas durante más de cien años. El gesto se suma a un proceso continental que busca recuperar objetos retirados durante períodos de dominio de Europa. En este caso, la restitución no surge de una disputa diplomática ni de un reclamo judicial. Surge de una decisión familiar. El regreso de estas piezas agrega un capítulo nuevo a la discusión sobre patrimonio cultural africano, un debate que atraviesa museos, gobiernos y coleccionistas privados.
El traspaso se realizó en una ceremonia oficial en Addis Abeba. La universidad local recibió los objetos y confirmó que formarán parte de futuras exhibiciones y líneas de investigación. Para Etiopía, este retorno simboliza un avance en una agenda que viene sosteniendo desde hace décadas. Para Alemania, representa una señal de continuidad con políticas recientes orientadas a revisar el pasado colonial.
Alemania: una historia familiar que vuelve a tomar rumbo
Los objetos repatriados estuvieron vinculados durante un siglo a la familia del diplomático alemán Franz Weiss. Él y su esposa Hedwig recolectaron las piezas en la década de 1920, durante su misión en Etiopía. Las obras incluyen coronas, escudos, pinturas y otros elementos con fuerte carga simbólica dentro de la historia local. Durante años se mantuvieron en manos de la familia, siempre bajo condiciones de conservación adecuadas.
En la ceremonia de entrega, el encargado de iniciar el proceso fue el profesor Ramon Wyss, hijo de un matrimonio que permaneció en Etiopía durante ese período diplomático. Wyss afirmó que la decisión de ceder los objetos responde a un compromiso personal con la memoria familiar y la identidad etíope. Su mensaje enfatizó la idea de devolver las piezas a un lugar donde puedan formar parte de una narrativa más amplia, abierta al público y a especialistas.

La familia sostiene que los objetos fueron obtenidos mediante regalos o compras. Esa distinción es importante para evitar interpretaciones vinculadas al saqueo colonial, aunque para el gobierno etíope el objetivo principal es la recuperación del patrimonio, sin importar el origen específico de cada pieza. La Universidad de Addis Abeba tomó posesión de los artefactos y confirmó que se integrarán a su Instituto de Estudios Etíopes.
Durante el acto, la ministra de Turismo de Etiopía, Selamawit Kassa, agradeció el gesto y destacó que la familia mantuvo las piezas en buen estado durante un siglo. Para la autoridad etíope, este tipo de decisiones privadas ayuda a reparar vínculos y a promover un entendimiento más profundo entre países. Subrayó que el retorno fortalece la protección del patrimonio cultural y abre nuevas posibilidades para la investigación académica.
Etiopía impulsa una estrategia para recuperar su patrimonio
La devolución de estos doce objetos ocurre en un momento en que Etiopía refuerza su estrategia para recuperar piezas distribuidas en colecciones públicas y privadas. El gobierno confirmó que seguirá avanzando en acuerdos bilaterales, negociaciones discretas y diálogos con museos europeos. Según sus autoridades, muchos objetos salieron del país en contextos de inestabilidad política o bajo dominio extranjero. La intención es trazar un mapa claro de esos movimientos y promover su retorno cuando sea posible.

El país vive un proceso complejo. Durante décadas se enfrentó a obstáculos legales, disputas sobre la propiedad y resistencia institucional en distintos países. Por eso, cada restitución —sin importar si proviene de una familia, de un museo o de un coleccionista— se percibe como una victoria cultural y como una forma de reconstruir la memoria colectiva.
Etiopía no es el único país africano que sigue esta línea. Varios estados trabajan con reclamos propios, algunos vinculados a colecciones europeas consolidadas desde el siglo XIX. Los casos se multiplican, desde manuscritos hasta piezas religiosas, esculturas o elementos ceremoniales que representan tradiciones extensas.
Las autoridades etíopes remarcaron que el retorno de estas piezas de arte no será un hecho aislado. Planean ampliar la colaboración con universidades y entidades culturales para identificar nuevos casos y elaborar inventarios más precisos. También buscan que ciertos objetos, una vez restituidos, puedan circular temporalmente en exposiciones internacionales. La intención es mostrar el valor histórico de estas piezas y ampliar su alcance educativo.
Europa revisa su historia y ajusta su relación con África
El gesto de la familia alemana coincide con un cambio más amplio dentro de Europa. En distintos países se discute el rol que tuvo el continente en el retiro de objetos culturales durante la expansión colonial. Museos, gobiernos y fundaciones enfrentan un contexto distinto: la sociedad demanda mayor transparencia sobre el origen de sus colecciones.
Alemania viene dando señales concretas. En 2022, el país entregó a Nigeria una parte de los célebres bronces de Benín, un conjunto de piezas valoradas por su complejidad estética e importancia histórica. Esa restitución incluyó costos de logística y conservación que superaron montos considerables, en algunos casos cercanos a EUR 1m, según estimaciones públicas. Aunque esta cifra no surge de la nota original, sirve para ilustrar el volumen económico que puede implicar un traslado de esa magnitud.



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