Buenos Aires (AT) – La tarde del lunes posterior a las elecciones en Alemania, la Embajada de Alemania en Buenos Aires, ubicada en el barrio de Belgrano, se convirtió en el epicentro de un debate de alta relevancia. El evento que formó parte de las celebraciones por los 200 años de inmigración alemana en la Argentina, reunió a periodistas, diplomáticos, políticos y empresarios de la comunidad germano-argentina, quienes, bajo un cielo lluvioso y una temperatura sofocante, llegaron a la sede diplomática para analizar el nuevo escenario político alemán y su impacto en el mundo.
El embajador Dieter Lamlé, quien abrió y cerró el evento, destacó la trascendencia de estas elecciones y la necesidad de una discusión abierta y argumentativa en tiempos de polarización política. La periodista y escritora Hinde Pomeraniec moderó la conversación con su característico dinamismo, dando la palabra a los panelistas y a los asistentes que participaron con preguntas incisivas.
El auditorio estuvo colmado, con la presencia de personalidades como la ex diputada Cornelia Schmidt-Liermann, el embajador de la Unión Europea en Argentina, Amador Sánchez Rico, así como empresarios y representantes de la Cámara de Comercio Argentino-Alemana (AHK). También se encontraban destacados miembros de la comunidad germano parlante de la Argentina, como el presidente de la FAAG, German Lehrke, la vicepresidenta Victoria von Neufforge, Brigitte von der Fecht de la AGDS, Tomás y Federico Leonhardt de la DWG. Entre ellos, se respiraba una mezcla de expectación y preocupación ante un panorama político alemán que se vuelve cada vez más incierto.
El panel que debatió y analizó los resultados de las elecciones estuvo integrado por representantes de seis fundaciones políticas alemanas con representación en la Argentina:
- Svenja Blanke (Fundación Friedrich Ebert) – Doctora en Historia
- Torge Löding (Fundación Rosa Luxemburg) – Máster en Ciencias de la Comunicación, Sociología y Ciencias Políticas, con experiencia como periodista
- Susanne Käss (Fundación Konrad Adenauer) – Especialista en Lenguas, Economía y Ciencias Políticas
- Klaus Beorg Binder (Fundación Hans Seidel) – Economista y académico
- Hans Dieter Holtzmann (Fundación Friedrich Naumann) – Doctor en Economía, con trayectoria en diversas organizaciones
- Michael Álvarez Kalverkamp (Fundación Heinrich Böll) – Periodista, con experiencia en Chile y Argentina.
Un nuevo escenario político: la fragmentación del centro y el avance de los extremos
Desde el inicio del debate, se hizo evidente que el gran tema de la noche era la fragmentación del sistema político alemán y el crecimiento de los extremos. Hinde Pomeraniec señaló un dato clave: en décadas anteriores, los dos principales partidos, la CDU/CSU y el SPD, concentraban más del 70% de los votos. Hoy, apenas superan el 45%.
“Por un lado, continuó Pomeraniec, la extrema derecha de la AfD logró un crecimiento sin precedentes, especialmente en el este del país, mientras que Die Linke (La Izquierda) también experimentó un avance significativo, en particular entre los votantes jóvenes. En contraste, la socialdemocracia y los liberales sufrieron retrocesos importantes, lo que puso en jaque las coaliciones tradicionales.”
Desde la Fundación Konrad Adenauer, ligada a la CDU/CSU, Susanne Käss subrayó que, aunque la unión conservadora resultó ganadora, los números obtenidos no garantizan una gobernabilidad estable sin alianzas estratégicas. Destacó la necesidad de una rápida conformación del gobierno para evitar un periodo prolongado de incertidumbre política y económica.
Svenja Blanke, de la Fundación Friedrich Ebert (vinculada al SPD), destacó que el voto a la extrema derecha, con la AfD alcanzando el 20,8% de los votos, es una señal de descontento profundo. “Es un partido abiertamente racista y excluyente, que quiere reducir derechos en lugar de ampliarlos”, advirtió. A la vez, señaló que el crecimiento de Die Linke (La Izquierda), que alcanzó casi el 9%, muestra que la polarización no es solo hacia la derecha.
Michael Álvarez Kalverkamp, de la Fundación Heinrich Böll (Los Verdes), analizó el rol de los jóvenes en esta transformación política. “Hace cuatro años, el cambio climático era una prioridad para los jóvenes. Hoy, la inseguridad económica y la incertidumbre personal han tomado la delantera”, señaló. Según los datos analizados, un 25% de los votantes primerizos eligieron a Die Linke, mientras que un 21% se inclinó por la AfD. “Esto nos muestra que el centro político está perdiendo su capacidad de atracción”, concluyó.
Intervención extranjera en las elecciones alemanas
Hinde Pomeraniec destaca que en esta elección se vio una injerencia externa como nunca antes. El dueño de una de las principales plataformas digitales, en clara referencia a Elon Musk, dueño de X, hizo campaña abiertamente por la AfD, algo inédito en la política alemana. Además, hubo una amenaza explícita de que, si Alemania no cambia su “modelo de democracia autoritaria”, se le retiraría la garantía de seguridad internacional.
Svenja Blanke planteó “¿Qué hacemos si desde Estados Unidos viene un empuje o presión para formar gobierno con la AfD?” La pregunta quedó abierta para todos los panelistas, planteando una hipotética pero preocupante injerencia en la política alemana. Susanne Käss, sin dudar, tomó el micrófono y de manera firme respondió: “Decimos que NO”. El público saludó la actitud de la representante de la Fundación Konrad Adenauer con un fuerte aplauso.
Käss agregó que Alice Weidel, líder de la AfD, entró a las entrevistas tras la elección con una actitud soberbia, repitiendo insistentemente que la voluntad del pueblo era una coalición entre la CDU/CSU y la AfD. Käss rechaza completamente esta idea, recordando que en el pasado, cuando el SPD ganó con un 40% y la CDU con un 35%, nadie dijo que la voluntad del votante era una coalición entre ambos.
Sostiene que los europeos deben reafirmar su independencia y rechazar cualquier intento de influencia externa sobre la política interna.
Economía alemana: entre la recesión y la incertidumbre
La crisis económica en Alemania fue otro de los ejes de la discusión. Klaus Georg Binder, de la Fundación Hanns Seidel, ofreció cifras alarmantes: “En 2023, el PBI cayó un 0,3% y en 2024, un 0,2%. El desempleo sigue en aumento, alcanzando el 6% en 2024”. “Tenemos un problema estructural serio. Alemania se especializó demasiado en la producción de automóviles, y la demanda ha disminuido”, explicó.
Hans Dieter Holtzmann, de la Fundación Friedrich Naumann, añadió que la burocracia y la falta de digitalización son obstáculos clave para el desarrollo económico. “Las empresas alemanas enfrentan una cantidad excesiva de requisitos administrativos que ralentizan la producción y la innovación”, sostuvo. Además, destacó la frustración del sector empresarial ante la falta de reformas estructurales. La falta de modernización afecta a las empresas, que deben enfrentar regulaciones cada vez más complejas.
Klaus Georg Binder citó el caso de la Ley de la Cadena de Suministro: “Obliga a las empresas alemanas a garantizar que sus socios comerciales en el extranjero cumplan con normas europeas. La intención es buena, pero en la práctica, genera costos adicionales enormes y muchas empresas optan por no comerciar con ciertos países”.
Por otro lado, Svenja Blanke cuestionó que la burocracia sea el problema más grave y propuso una “política económica antifascista” para frenar el avance de la extrema derecha. “La gente necesita sentir que su vida mejora, que la sociedad es justa. Invertir en infraestructura, educación y empleo es la única forma de evitar que más ciudadanos se vuelquen a opciones extremas”, argumentó.
La sombra de la geopolítica: Alemania, Europa y la guerra en Ucrania
La política exterior y la seguridad fueron temas inevitables en el debate. Susanne Käss, de la Fundación Konrad Adenauer, advirtió sobre la amenaza que representa Rusia: “Muchos expertos creen que en los próximos dos a cuatro años, Rusia podría poner a prueba el Artículo 5 de la OTAN atacando un país miembro”. La posibilidad de un acuerdo entre Trump y Putin para finalizar la guerra en Ucrania también preocupa: “Si eso sucede, sería una victoria para Rusia y una derrota para Europa”.
Svenja Blanke subrayó que Europa debe actuar con rapidez para fortalecer su defensa: “El discurso de J.D. Vance en la Conferencia de Seguridad de Múnich dejó claro que EE.UU. ya no será nuestro garante de seguridad”. Blanke, remarcó que Europa debe actuar con rapidez para garantizar su autonomía en materia de defensa. “Siempre fue cómodo depender de Estados Unidos para nuestra seguridad mientras importábamos energía barata de Rusia y exportábamos a China. Ese modelo ya no existe”, afirmó.
Michael Álvarez Kalverkamp agregó que, ante este escenario, Alemania no tiene más opción que aumentar su gasto en defensa. “Estamos hablando de 150.000 millones de euros al año, solo para recuperar nuestra capacidad de respuesta”, indicó.
Sin embargo, no todos coincidieron en esta estrategia. Torge Löding, de la Fundación Rosa Luxemburg, cuestionó el enfoque militarista: “La Unión Europea ya gasta más en defensa que Rusia. No necesitamos más armas, sino una diplomacia más fuerte”. Planteó que una mejor estrategia sería reducir el gasto militar global en un 10% e invertir esos fondos en desarrollo social y económico.
América Latina en la estrategia global de Alemania
Michael Álvarez Kalverkamp, de la Fundación Heinrich Böll, planteó que Alemania debe ampliar su visión de las relaciones internacionales y reforzar alianzas con las democracias de América Latina. “Es fundamental que la cooperación con Argentina no se limite a comercio y energía. Debemos pensar en términos políticos y fortalecer lazos estratégicos con las pocas democracias que quedan en el mundo”, señaló.
Otro punto clave fue el futuro de la relación entre Alemania y Argentina. Gunther Neuwert, de la Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana, preguntó sobre el futuro de la cooperación en energías renovables y minería sostenible. Susanne Käss respondió que aún es incierto qué rumbo tomará el nuevo gobierno, pero aseguró que “el hidrógeno verde y la minería seguirán siendo áreas estratégicas”.
La polémica: Merz, Lindner y Milei
Sebastián Fest, corresponsal del Diario El Mundo de Madrid, introdujo un tema controversial: la declaración de Friedrich Merz sobre Javier Milei, en la que afirmó que “está arruinando el país y aplastando a su gente”. Susanne Käss recogió el guante y admitió que la frase fue desafortunada. Pero agregó que la declaración se dio en un contexto en el cual el ex ministro de Finanzas de Olaf Scholz, Christian Lindner, había declarado que Alemania debería “atreverse a tener más Musk y más Milei”, refiriéndose a la reducción de burocracia y reformas económicas radicales.
Käss sostiene que Merz habría hecho su comentario para contradecir a Lindner pero sin una reflexión profunda sobre la situación en la Argentina. “Creo sinceramente que Merz habló sin haber pensado demasiado en lo que decía. No fue una declaración planificada, sino más bien una reacción impulsiva en el marco del debate electoral alemán”.
Un cierre reflexivo: la democracia en riesgo
El embajador Dieter Lamlé cerró el evento con una reflexión sobre el estado de la democracia en Alemania y el mundo. Destaca un punto mencionado por Svenja Blanke: “Hay que hacer una buena política”. Recuerda una frase vista en la televisión alemana: “Última oportunidad para la democracia”, aunque él no lo ve tan pesimista.
El mayor desafío es evitar que los jóvenes se queden atrapados en posturas extremas: “Ayer (en referencia al domingo) el 40% de los jóvenes votaron por opciones extremas (izquierda o derecha). Hay que evitar que se queden ahí, hay que regresarlos al sector democrático. Si la juventud se aleja de la democracia, incluso la mejor política no servirá de nada”.
El evento en la Embajada Alemana dejó en claro que Alemania enfrenta tiempos de incertidumbre. La fragmentación del centro político, la crisis económica, la amenaza de Rusia y el futuro de la relación con EE.UU. son desafíos que el próximo gobierno deberá abordar con urgencia.
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