Buenos Aires (AT) – “Hemos tomado nota de lo que está ocurriendo en El Salvador. Los electores parecen haberse decidido por el presidente Bukele“, asi se expresó Katrin Deschauer, portavoz del Ministerio de Exteriores alemán, acerca de las elecciones celebradas el pasado domingo en El Salvador.
“También hemos tomado nota de que durante su mandato mejoró la seguridad pero empeoró la situación de los derechos humanos. Hay que instar al presidente Bukele a preocuparse por garantizar el respeto a los derechos humanos en su lucha contra la criminalidad”, agregó Deschauer.
El portavoz del Gobierno alemán, Steffen Hebestreit, al ser consultado sobre si el canciller Olaf Scholz felicitará a Nayib Bukele, dijo que “por regla general siempre se felicita a los jefes de Estado o de Gobierno”.
Controversia sobre la reelección de Bukele
Bukele ha logrado una victoria contundente, obteniendo el 85% de los votos. Su partido, Nuevas Ideas, está encaminado a asegurar prácticamente todos los 60 escaños de la reducida legislatura nacional, en contraste con los 56 de 84 de la legislatura anterior.
Los defensores del Estado de derecho han señalado la inconstitucionalidad de la candidatura de Bukele para un segundo mandato consecutivo. Sin embargo, en 2021 logró que el Tribunal Supremo dictaminara que podía postularse nuevamente si solicitaba una licencia de seis meses, lo cual hizo, al menos formalmente. Insiste en que los votantes deberían tener la oportunidad de decidir si desean que continúe en el cargo. Al anunciar su candidatura para un segundo mandato, preguntó: “¿Por qué descartar un camino que está funcionando?”
Popularidad de Bukele y enfoque en seguridad
La popularidad de Bukele se debe en gran medida a su enfoque firme contra el crimen. Antes de asumir el cargo en 2019, los salvadoreños vivían aterrorizados por las maras, las pandillas, que extorsionaban a las empresas locales impunemente y libraban mortales guerras territoriales entre sí.
Inicialmente, Bukele intentó negociar con las pandillas, pero luego adoptó una estrategia de mano dura, permitiendo que la policía detuviera a cualquier individuo sospechoso de tener vínculos con estas organizaciones. Esta medida ha resultado en el encarcelamiento de más de 74.000 personas, lo que representa más del 8% de la población masculina joven. Aunque pocos han sido llevados a juicio hasta ahora, existe la posibilidad de que se realicen juicios “colectivos” en el futuro, donde cientos de sospechosos sean juzgados simultáneamente.
Con un gran número de pandilleros tras las rejas o escondidos, los vecindarios previamente peligrosos han experimentado una notable mejoría en seguridad. La tasa nacional de homicidios ha disminuido drásticamente, pasando de 51 por cada 100.000 en 2018 a tres el año pasado. Los negocios, antes obligados a pagar por protección, lo cual constituía una carga considerable para sus medios de vida, ya no tienen esa preocupación. La población común puede transitar por las calles sin temor.
Bukele ha contribuido a cambiar la percepción internacional de su país, con una población de 6,3 millones de habitantes, presentándolo como un destino a la vanguardia del futuro. En 2021, El Salvador se convirtió en el primer país en legalizar el bitcoin.
Los críticos de Bukele expresan sus dudas
Sin embargo, los críticos expresan preocupación por el afán de poder de Bukele y su falta de respeto por los mecanismos de control y equilibrio. Desde el inicio de su mandato, ha otorgado beneficios tanto a la policía como al ejército para asegurar su lealtad. Además, está duplicando el tamaño del ejército, pasando de 20.000 a 40.000 efectivos. En 2020, desplegó tropas en la legislatura para presionar a los legisladores a aprobar fondos para su plan de seguridad.
Un año después, su partido logró obtener una supermayoría en la asamblea, aumentando su influencia sobre los tribunales. Destituyó al fiscal general y a los jueces del Tribunal Constitucional, y forzó la jubilación de un tercio de los jueces ordinarios del país, permitiéndole reemplazarlos por personas afines. Su círculo íntimo está compuesto por sus hermanos.
Antes de las elecciones, modificó las reglas para favorecer a su propio partido y facilitar el voto de los salvadoreños en el extranjero. Los votos de la diáspora, que suman 740.000 de los 6,2 millones de votantes registrados, se dirigen todos a San Salvador, donde hay un mayor número de escaños en juego.
Según los críticos, la transparencia y la rendición de cuentas son deficientes bajo el mandato de Bukele. Un antiguo fiscal general que estaba investigando a miembros del gobierno por malversación de fondos durante la pandemia fue destituido antes de completar su labor, entre otras cosas. Algunos temen que si un régimen puede detener a personas indefinidamente sin presentar cargos, en el futuro los funcionarios puedan exigir sobornos para evitarlo.
Mientras tanto, se está debatiendo la posibilidad de un tercer mandato para Bukele. Él ha afirmado que la ley “actualmente” no lo permite, pero también agregó que cada generación tiene el derecho de definir sus propias leyes.
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