Buenos Aires (AT) – Alemania se afirma como uno de los destinos preferidos por turistas que eligen la bicicleta como medio de transporte y forma de viajar. Su red ciclística nacional abarca más de 320 rutas y unos 100.000 kilómetros, distribuidos en trazados que cruzan paisajes rurales, ciudades con peso histórico y áreas naturales protegidas. Este desarrollo no es casual. El país cuenta con políticas públicas activas para fomentar el ciclismo tanto urbano como turístico, y una infraestructura que facilita el desplazamiento y el alojamiento de ciclistas locales y extranjeros.
Además de los caminos señalizados, existen casi 6.000 establecimientos adheridos a la red Bed+Bike, una iniciativa del Allgemeiner Deutscher Fahrrad-Club (ADFC) que garantiza hospedajes adaptados a las necesidades de quienes viajan en bicicleta. Desde hoteles y pensiones hasta casas de vacaciones y campings, los alojamientos ofrecen espacios seguros para guardar bicicletas, herramientas básicas de reparación y flexibilidad en el horario de llegada y salida. La mayoría también brinda información específica sobre rutas cercanas.
El transporte público también acompaña. Muchos trenes permiten subir la bicicleta sin cargo o con un costo muy bajo. Este beneficio amplía las posibilidades para quienes combinan tramos pedaleados con trayectos en ferrocarril, ideal para familias, personas mayores o ciclistas con necesidades especiales.
Rutas temáticas para todos los gustos

La variedad de circuitos disponibles en Alemania permite elegir recorridos según el interés personal. Algunas rutas combinan naturaleza, patrimonio arquitectónico y propuestas gastronómicas, como la Ruta del Vino de Baden, ubicada al suroeste del país. Este camino atraviesa más de 300 viñedos y pueblos vinícolas tradicionales, con paradas como el Museo Romano de Heitersheim, donde se puede aprender sobre la historia vitivinícola de la región. Es una opción atractiva tanto para familias como para amantes del vino y la buena comida.
Otra propuesta destacada es la Ruta de los 100 Castillos y Palacios, que recorre paisajes de parques, praderas y caminos rurales en el estado de Renania del Norte-Westfalia. En ese trayecto, el ciclista se encuentra con fortalezas medievales, residencias aristocráticas y ruinas restauradas. Cada parada remite a los siglos del Sacro Imperio, con historias de caballeros, barones y príncipes. La experiencia permite viajar en el tiempo sin abandonar el movimiento.
Para quienes prefieren una carga histórica reciente, existe el Sendero del Muro de Berlín, que sigue el antiguo trazado de la frontera entre Berlín Occidental y la República Democrática Alemana. La ruta pasa por torres de vigilancia, memoriales y museos, al mismo tiempo que atraviesa la ciudad contemporánea. Es un recorrido urbano y reflexivo, que permite comprender una parte central del siglo XX europeo desde el asiento de una bicicleta.
También hay circuitos a lo largo de los principales ríos del país, como el Weser, el Rin, el Danubio y el Mosela. Estas rutas destacan por su paisaje, pero también por su mantenimiento, la señalización clara y la existencia de servicios y puntos de descanso. Son caminos aptos para ciclistas de todos los niveles, desde principiantes hasta viajeros experimentados.
Una red continental con eje en Alemania

El país participa activamente en la red EuroVelo, una iniciativa coordinada por la Federación Europea de Ciclistas (ECF, por sus siglas en inglés), con sede en Bruselas. Esta federación agrupa a más de 70 organizaciones en más de 40 países y promueve el ciclismo como forma de transporte sustentable y saludable. En Alemania, diez rutas EuroVelo están integradas al sistema nacional Radnetz Deutschland, que conecta todas las regiones mediante 14 corredores de larga distancia.
Una de las rutas más simbólicas es la Ruta de la Unidad Alemana, que une la antigua capital federal Bonn con la actual sede de gobierno en Berlín, a lo largo de 1.100 kilómetros. Esta vía fue inaugurada en el 25° aniversario de la reunificación alemana, y su trazado fue pensado como una forma de integrar espacios, culturas e historias.
Otro eje destacado es la EuroVelo 15 – Ruta del Rin, que recorre el curso del famoso río desde Suiza hasta los Países Bajos. También está la EuroVelo 6, que va desde el Atlántico hasta el Mar Negro, siguiendo el Danubio; y la EuroVelo 13 – Sendero del Telón de Acero, que sigue la antigua frontera de la Guerra Fría desde el mar Báltico hasta la frontera checa. Esta última ruta es la única con la designación de Itinerario Cultural Certificado por el Consejo de Europa. Su recorrido total supera los 10.000 kilómetros y atraviesa 20 países, incluyendo 14 sitios Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO.
Para quienes buscan planificar con precisión, el sitio web de la Oficina Nacional de Turismo de Alemania ofrece mapas, enlaces a rutas populares, opciones por regiones y filtros para distintos niveles de dificultad. Allí también se puede acceder al localizador de alojamientos Bed+Bike y a recomendaciones específicas para quienes viajan con niños o en grupos.
Viajar en bicicleta como elección de vida

Más allá del atractivo turístico, Alemania presenta al ciclismo como una política de movilidad. No se trata solo de rutas para el verano ni de aventuras ocasionales. En muchas regiones, la bicicleta es parte de la vida cotidiana y cuenta con apoyo institucional. La inversión en infraestructura, la señalización de caminos y la capacitación de prestadores de servicios muestran un modelo que prioriza la sostenibilidad, la accesibilidad y el respeto por el entorno.
Además, el enfoque no excluye a nadie. Hay tramos aptos para personas con movilidad reducida, caminos para bicicletas eléctricas y circuitos adaptados para etapas cortas, ideales para quienes se inician o viajan con niños pequeños. La diversidad de paisajes, desde la costa del Báltico hasta los Alpes bávaros, permite elegir entre zonas llanas, rutas de montaña o combinaciones intermedias.
El turismo en bicicleta se consolida así como una forma de conocer un país sin apuro, con un vínculo más directo con el entorno. Alemania, con su red densa, sus servicios adaptados y su apuesta por el transporte sustentable, se presenta como uno de los lugares más completos para quienes buscan pedalear con sentido. Los costos también resultan accesibles. Muchas rutas permiten planificar viajes económicos, y los alojamientos Bed+Bike incluyen opciones por menos de EUR 40 la noche, incluso en temporada alta.
En tiempos donde la velocidad parece imponerse, pedalear por Alemania invita a redescubrir otra manera de viajar. Con pausa, con atención, con historia. Y con la seguridad de que hay un camino para cada quien.
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