Sandra Bradley es una de las principales referentes del strongwoman de Alemania, y de Europa en general. Con 36 años, la atleta consolidó una carrera marcada por títulos nacionales, un campeonato continental y varios récords personales.
Su nombre se volvió conocido más allá del ambiente del deporte de fuerza luego de lograr un hito histórico en Islandia, donde se convirtió en la primera mujer en levantar el Fullsterkur Stone, una piedra de 154 kilogramos considerada legendaria en ese país.
Una hazaña sin precedentes en Islandia
El 3 de julio de 2024, Bradley alcanzó una meta que había perseguido durante años. En la playa de Djúpalónssandur, en el oeste de Islandia, consiguió levantar el Fullsterkur Stone, la piedra más pesada del conjunto tradicional de Dritvík. El bloque, de forma irregular y superficie lisa, pesa 154 kilogramos. La atleta, que en ese momento registraba un peso corporal de 78, logró mover casi el doble de su masa corporal.
El levantamiento consiste en elevar la piedra desde el suelo y apoyarla sobre una superficie ubicada a la altura de las rodillas o las caderas. En 2019, durante su primer intento, no había logrado completar el movimiento, pero decidió regresar cuatro años más tarde con una técnica revisada. Durante dos horas ensayó diferentes formas de agarre hasta encontrar una posición estable. El resultado fue exitoso: por primera vez, una mujer completó el levantamiento del Fullsterkur Stone.

En 2019 ya había protagonizado otro momento histórico junto a la estadounidense Liefia Ingalls, cuando ambas consiguieron levantar la Húsafell Stone, otra roca emblemática del folclore islandés vinculada a las antiguas pruebas de fuerza. Estos antecedentes colocaron a Bradley entre las competidoras más respetadas del circuito internacional.
Las piedras islandesas se clasifican en cuatro niveles según su peso: Amlóði (23 kg), Hálfdrættingur (54 kg), Hálfsterkur (100 kg) y Fullsterkur (154 kg). Tradicionalmente, solo los hombres intentaban superarlas. El hecho de que una atleta femenina completara el desafío modificó la percepción sobre los límites físicos del strongwoman. Bradley describió el momento como “una prueba de técnica, resistencia y paciencia” más que un acto de fuerza bruta.
Trayectoria deportiva y proceso personal
Bradley comenzó a entrenar en 2013, cuando descubrió el strongman como alternativa para recuperar su salud y mejorar su relación con el cuerpo. En su adolescencia había sufrido anorexia y atravesado largos períodos de tratamiento médico. El entrenamiento con pesas se transformó en un medio para reconstruir su bienestar físico y emocional.
“El deporte de fuerza enseña a salir de la zona de confort y a ser valiente”, explicó en una entrevista reciente. Esa filosofía marcó su evolución. Con el tiempo, desarrolló un plan de preparación constante que combinó sesiones de levantamiento, técnica de carga, movilidad y trabajo mental. Los resultados no tardaron en llegar: fue cuatro veces la mujer más fuerte de Alemania y en 2023 obtuvo el campeonato europeo.
Además de sus títulos, estableció varios récords nacionales en pruebas de transporte de carga y levantamiento de piedras. Su mejor marca conocida supera los 160 kilogramos, más del doble de su propio peso corporal. En sus palabras, el entrenamiento no se limita a la competencia, sino que funciona como una forma de disciplina diaria. “Levantar objetos pesados me enseñó a enfrentar las dificultades de manera diferente”, explicó.

Su entorno reconoce que mantiene una rutina exigente, con sesiones de entrenamiento varias veces por semana y un enfoque técnico meticuloso. En los circuitos europeos, se la considera una de las deportistas más consistentes de su generación.
Desafíos, críticas y proyectos futuros
El recorrido de Bradley no estuvo exento de obstáculos. En los primeros años, enfrentó críticas y comentarios agresivos en redes sociales, principalmente centrados en su aspecto físico. Según reconoció, esos ataques la afectaron al inicio, pero con el tiempo aprendió a relativizarlos. “Al principio dolía. Hoy no me afecta. La mayoría de quienes critican no saben nada de este deporte”, afirmó.
Su experiencia en ese terreno la llevó a promover una mirada diferente sobre las mujeres que compiten en disciplinas de fuerza. Bradley insiste en que el rendimiento debería valorarse por los logros y no por la apariencia corporal. “Todavía se juzga mucho más el cuerpo que la capacidad, y eso es algo que necesitamos cambiar”, expresó.

Actualmente trabaja como entrenadora y asesora a otras deportistas que buscan ingresar al circuito. Junto a un grupo de colegas planea crear el Strongwomen Germany e.V., una organización destinada a promover la participación femenina en el deporte de fuerza y ofrecer apoyo técnico y logístico a nuevas competidoras.
Su calendario incluye un próximo torneo en Japón, previsto para febrero, donde participará en pruebas de levantamiento de piedras y transporte de peso. Allí espera superar su marca personal de 160 kilogramos.



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