Buenos Aires (AT) – En el Valle de Jaidhaus, ubicado en Molln, Alta Austria, se dio inicio a la primera etapa de perforación para la exploración de yacimientos de gas por parte de la compañía energética ADX, en proximidades del Parque Nacional Kalkalpen. Esta acción, aunque emprendida con ciertas objeciones, responde a la necesidad del país de diversificar sus fuentes energéticas, considerando que Austria se encuentra hoy en día con un nivel de dependencia del gas ruso del 98%.
Los detractores de esta iniciativa lograron postergar el inicio de la perforación por varios meses. Sin embargo, ahora se prevé que la misma continúe sin interrupciones durante un lapso de seis semanas, con un equipo de unas diez personas trabajando las 24 horas del día.
La dependencia de Austria del gas ruso está niveles críticos: aumentó en los últimos dos años, lo que ha motivado al gobierno vienés a considerar la posibilidad de rescindir anticipadamente el contrato con Moscú, aunque para eso es imperativo encontrar fuentes alternativas confiables.
El propósito de esta perforación es explorar las formaciones geológicas y evaluar el potencial de flujo de gas a una profundidad de 1.900 metros. Con 1.500 sensores monitoreando la instalación, se recopilan datos de forma continua. A pesar de esto, cabe destacar que aún en caso de análisis que sugieran altas reservas de gas, persiste un riesgo inherente en el descubrimiento efectivo del mismo, ya que se trata de un pozo exploratorio.
El equipo pasó rigurosas pruebas de seguridad e inspecciones para asegurarse de su idoneidad para el trabajo. La autorización para llevar a cabo las perforaciones y pruebas se extiende hasta finales de marzo. Mientras tanto, los opositores a esta actividad mantienen sus manifestaciones frente al Centro del Parque Nacional Kalkalpen en Molln.
Gas: las medidas preventivas de Austria
El Ministerio de Acción Climática de Austria, encabezado por Leonore Gewessler, realizó una serie de cálculos para determinar cuánto tiempo podría el país mantenerse con suministro de gas en caso de un cierre de la canilla rusa. Esta evaluación toma en consideración diversas variables, como la cantidad de gas proveniente de Rusia, las alternativas de compra en otros lugares, la capacidad de extracción de gas de las instalaciones de almacenamiento, así como la disposición de la economía y los hogares para ahorrar gas o cambiar a fuentes de energía alternativas.
El precio del gas, que probablemente aumentaría en tal situación, y el riesgo de una recesión económica también influyen de manera notable. Además, la estación del año es un factor relevante, ya que el consumo de gas en invierno supera por mucho al de verano.
En caso de un cese total del suministro de gas por parte de Rusia, se declararía el nivel de emergencia más alto. Esto otorgaría al gobierno, en colaboración con el Comité Principal del Consejo Nacional y la Junta Asesora de Control de Energía, poderes amplios para implementar medidas de control energético, incluso intervenciones en el mercado del gas. El objetivo primordial en esta etapa es garantizar el suministro de gas a hogares y servicios esenciales como hospitales, residencias de ancianos y guarderías.
Durante la emergencia, los grandes consumidores están obligados a participar en el sistema comercial FlexMOL, compartiendo su disponibilidad de gas y los precios a los que lo ofrecen. Se intenta mantener la asignación de gas de acuerdo con criterios de mercado tanto como sea posible.
Mientras, se insta a las empresas y los hogares a ahorrar energía y a reemplazar el gas natural con otras fuentes de energía siempre que sea posible, incluso si esto significa relajar los límites de contaminación. Las plantas de energía y las empresas que proveen calor a los hogares tienen prioridad en la asignación de gas, al igual que las empresas que producen bienes esenciales.
Sin embargo, las restricciones podrían aplicarse a grandes empresas no críticas para el sistema que consumen grandes cantidades de gas. Los hogares no serán afectados por cortes de gas, aunque se les pedirá que ahorren en caso de interrupciones.
En caso de escasez, se estableció un sistema de comercio de gas, el mencionado FlexMOL, donde las empresas pueden ofrecer y adquirir excedentes de gas. Esto se hace con la intención de equilibrar la oferta y la demanda, y evitar intervenciones gubernamentales en el mercado del gas en la medida de lo posible. Si estas medidas fallan, el Ministerio de Clima podría intervenir directamente asignando gas a empresas específicas.
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