Buenos Aires (AT) – Este último fin de semana, Gazprom, el gigante energético estatal ruso, detuvo definitivamente sus entregas de gas a Austria, una decisión que pone fin a una relación comercial de más de cinco décadas. El conflicto, originado en una disputa legal con la estatal OMV de Austria, se veía venir desde la invasión rusa a Ucrania en 2022. Sin embargo, el anuncio tomó por sorpresa debido a su inmediatez.
Pese a los temores iniciales, el canciller Karl Nehammer aseguró a la población que Austria está preparada para este escenario: “Nadie pasará frío este invierno. Hemos hecho nuestros deberes”. Sin embargo, el corte plantea serios interrogantes sobre el impacto económico y la sostenibilidad de las nuevas fuentes energéticas.
Causas del corte: un litigio con implicancias geopolíticas
El origen del corte se remonta a un fallo de un tribunal internacional que otorgó a la estatal OMV una indemnización de EUR 230 millones (US$ 243,5 millones) por incumplimientos en las entregas de gas. La OMV respondió suspendiendo pagos a Gazprom, quien en represalia decidió interrumpir el suministro.
La ministra de Medio Ambiente, Leonore Gewessler, fue contundente: “Este es un recordatorio de que Rusia ya no es un socio confiable. Esta ruptura también representa una liberación; ahora Austria no es más vulnerable a las presiones rusas.”
El conflicto también refleja un cambio en las prioridades energéticas de Austria, que busca diversificar sus fuentes y reducir su dependencia de combustibles fósiles.
Una relación de más de medio siglo
La relación energética entre Austria y Rusia comenzó en 1968 con un acuerdo histórico que convirtió a Austria en el primer país occidental en importar gas soviético durante la Guerra Fría. A continuación, los hitos más destacados:
- 1968: Firma del primer contrato de importación entre la OMV y la Unión Soviética, seguido por la construcción de infraestructuras clave como la Trans-Austria-Gasleitung (TAG).
- 1980: Austria fortalece su posición como hub energético con la puesta en marcha de la West-Austria-Gasleitung (WAG), conectando el gas ruso con Alemania.
- 1998: Austria celebra la recepción del 100 mil millonésimo metro cúbico de gas ruso.
- 2018: La OMV amplía el contrato con Gazprom hasta 2040, subrayando su dependencia de estas importaciones.
- 2022: La invasión rusa a Ucrania cambia el panorama energético europeo, marcando el inicio del fin de la relación energética entre Austria y Rusia.
Este vínculo, en sus inicios un símbolo de cooperación Este-Oeste, se transformó con el tiempo en un ejemplo de vulnerabilidad ante los cambios geopolíticos.
Reservas de gas suficientes, pero con matices
El canciller Nehammer aseguró que los depósitos de gas del país están llenos al 93 %, lo que equivale a más de 94 teravatios-hora (TWh), suficiente para cubrir más de un año de consumo nacional. Sin embargo, parte de estas reservas están destinadas a otros países como Alemania y Eslovaquia.
La agencia reguladora E-Control confirmó que, a pesar del cese, Austria puede garantizar el suministro durante al menos dos inviernos, pero advirtió sobre un posible aumento en los costos. Según el experto Walter Boltz, “técnicamente no habrá escasez, pero los precios serán más altos debido a la falta de previsión”.
Impacto económico: precios al alza y ajustes inevitables
El anuncio del cese provocó un incremento inmediato en el mercado europeo de gas, donde los precios subieron un 10 %, alcanzando los EUR 47 (US$ 49,80) por megavatio-hora, el nivel más alto en un año.
La OMV aseguró que su estrategia de diversificación permitirá cumplir con los contratos actuales mediante importaciones de gas natural licuado (LNG) desde Noruega, Alemania e Italia. Sin embargo, los costos asociados a esta transición podrían trasladarse a los consumidores.
La cuestión del contrato con Gazprom, que vence en 2040, también genera incertidumbre. Si bien la interrupción podría ser motivo para rescindir el acuerdo, la OMV aún no ha definido su posición.
Hacia una transición energética sostenible
La crisis actual subraya la importancia de avanzar hacia fuentes renovables y una mayor autosuficiencia energética. Austria ya ha dado pasos significativos, como el desarrollo de infraestructuras para importar LNG y la expansión de sus redes de energía renovable.
El gobierno considera que esta situación valida su estrategia de independencia energética. “Este es un momento crucial para reforzar nuestra transición hacia fuentes más limpias y sostenibles”, afirmó la ministra Gewessler.
El fin del suministro de gas ruso marca no solo una ruptura en la relación histórica entre Austria y Rusia, sino también un punto de inflexión hacia un futuro más sostenible e independiente. Mientras el país enfrenta los desafíos de esta transición, el compromiso con la diversificación y las energías renovables ofrece un modelo para otras naciones que buscan adaptarse a un panorama energético en constante cambio.
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