Buenos Aires (AT) – El fin del régimen de Bashar al Assad en Siria ha generado una ola de reacciones tanto en la comunidad internacional como entre los sirios dentro y fuera del país. Tras décadas de dictadura, líderes alemanes subrayan la necesidad de trabajar hacia una transición política que respete la diversidad étnica y religiosa del país y asegure la paz y estabilidad en la región.
El canciller alemán, Olaf Scholz, celebró públicamente la caída del régimen de Bashar al Assad, al que calificó como responsable de “la opresión brutal de su pueblo”. En sus declaraciones, Scholz enfatizó la importancia de restablecer la ley y el orden en Siria, asegurando protección para todas las minorías del país. “El pueblo sirio ha experimentado un sufrimiento terrible. El fin del dominio de Assad sobre Siria es, por tanto, una buena noticia”, afirmó el líder alemán.
Asimismo, el canciller advirtió que Alemania evaluará a los futuros gobernantes sirios bajo criterios estrictos: garantizar la dignidad y autodeterminación de los ciudadanos, proteger la soberanía nacional frente a influencias extranjeras y fomentar relaciones pacíficas con los países vecinos. Para Scholz, aún es posible alcanzar una solución política que ponga fin al prolongado conflicto.
Llamado a proteger a las minorías
Annalena Baerbock, ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, también destacó la importancia de garantizar los derechos de las minorías religiosas y étnicas en Siria tras el colapso del régimen. “El país no debe caer ahora en manos de otros radicales, independientemente de cómo se presenten”, señaló Baerbock, en referencia a los grupos extremistas que operan en la región.
La ministra enumeró como prioritario la “protección integral” de comunidades como los kurdos, alauíes, cristianos y otras minorías. Además, subrayó la necesidad de un proceso político que fomente un equilibrio entre los diferentes grupos que conforman la sociedad siria. La familia Assad, que gobernó Siria desde los años setenta, pertenece precisamente a la minoría alauita.
Para Baerbock, la comunidad internacional tiene un papel crucial en este momento. Alemania, aseguró, está en estrecha consulta con la ONU, la Unión Europea y actores regionales para contribuir a la estabilización del país. “El fin de Assad significa para millones de sirios la primera gran bocanada de aire tras una eternidad de atrocidades cometidas por el régimen”, expresó la ministra, recordando que cientos de miles de sirios han muerto desde el inicio del conflicto en 2011 y millones han sido desplazados.
Celebraciones en Alemania: una Siria libre
El anuncio de la caída del régimen de Assad fue motivo de celebración en diversas ciudades alemanas, donde la comunidad siria y simpatizantes se congregaron para expresar su alegría. Según la policía, alrededor de 5.000 personas participaron en Berlín en manifestaciones llenas de cánticos, abrazos y banderas con lemas como “Siria libre”. En Wuppertal, más de 800 personas se reunieron en una atmósfera similar, mientras que otras 350 se concentraron en Bonn bajo el lema “Liberación del dictador de Siria”.
Las celebraciones también se extendieron a otras ciudades como Dortmund, donde 1.200 personas marcharon pacíficamente el fin de semana. Los asistentes expresaron esperanza por un futuro mejor y el fin de una era marcada por la violencia y la opresión.
Contexto del conflicto y los retos por delante
El grupo fundamentalista islámico Haiat Tahrir al-Sham (HTS) informó sobre la huida de Assad de Damasco, luego de que fuerzas rebeldes tomaran el control de varias provincias sin enfrentar resistencia significativa por parte de las fuerzas gubernamentales. Esta retirada marca un cambio drástico en el panorama político y militar de Siria, pero también plantea interrogantes sobre la estabilidad futura del país.
La caída del régimen no implica automáticamente la paz. Como advirtió Baerbock, “la situación es compleja y la preocupación ahora es que otros extremistas puedan llevar más sufrimiento a Siria”. Franziska Brantner, presidenta del partido Los Verdes, también subrayó la necesidad de que las partes en conflicto encuentren “un camino hacia la paz”, destacando el rol central que debe desempeñar la Unión Europea en este proceso.
Por su parte, Svenja Schulze, ministra de Desarrollo de Alemania, describió este momento como un “día de esperanza cautelosa” y abogó por un enfoque que garantice igualdad de derechos para todas las etnias y religiones, sin lugar para revanchas.
Bashar al Assad estaría ya en Moscú
El domingo, tras el sorprendente avance rebelde que tomó Damasco y puso fin al gobierno de la familia Assad, el presidente sirio Bashar al Assad huyó, junto a su familia, a Moscú. Según medios rusos, el Kremlin otorgó asilo a Assad y su familia en la capital rusa. Aunque esta información no ha sido verificada por The Associated Press, se ha contactado al Kremlin para obtener comentarios.
Además, las agencias rusas Tass y RIA informaron que Moscú recibió garantías de los insurgentes sirios sobre la seguridad de las bases militares y puestos diplomáticos rusos en Siria.
La repentina caída del gobierno de Assad ha generado incertidumbre sobre el futuro del país y la región. En respuesta a la situación, Rusia solicitó una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU para discutir la crisis en Siria.
La perspectiva internacional
El impacto de la caída de Assad también podría influir en la situación de los refugiados sirios en Europa. Según una portavoz del Ministerio del Interior alemán, aún es temprano para evaluar las implicaciones de este cambio en las políticas migratorias o en el retorno de refugiados a Siria. No obstante, los gobiernos europeos están atentos a los acontecimientos y se espera que la comunidad internacional intensifique su apoyo para evitar un vacío de poder que podría desestabilizar aún más la región.
El colapso del régimen de Bashar al Assad representa un punto de inflexión para Siria. Sin embargo, el camino hacia la reconstrucción y la reconciliación será largo y complicado. La comunidad internacional, liderada por países como Alemania, tiene la oportunidad de desempeñar un papel crucial en la construcción de una Siria más justa y pacífica, donde la dignidad, la diversidad y los derechos humanos sean respetados.
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