Bitácora de la crisis climática – Cap.2: “Fue un pequeño tsunami”

Olas de calor. Inundaciones, avalanchas, lluvias torrenciales y sequías: durante los últimos años, los efectos y consecuencias del cambio climático se hicieron más patentes que nunca. Inundaciones en Brasil, olas de calor extremo en la India, hambruna en África Oriental. Al mismo tiempo, Europa y el norte de África sufren una sequía histórica, los ríos se secan y muchos países declararon el estado de emergencia. Actuar se vuelve una cuestión urgente.

La crisis climática afecta tanto a los países del norte como a los del sur. ¿Cómo estamos experimentando estos cambios y cómo nos estamos adaptando? ¿Qué soluciones existen y qué medidas sensatas hay que tomar para combatir el cambio climático? Con “Bitácora de la crisis climática” queremos documentar en cuatro artículos la crisis climática y sus consecuencias en Brasil, Argentina y Alemania y dar voz a las personas que se ven afectadas personalmente por estas consecuencias.

“Bitácora de la crisis climática” es una colaboración exclusiva entre el Goethe-Institut Buenos Aires y el Argentinisches Tageblatt para analizar nuestro presente, mirando el mañana. En esta entrega: Valle del Ahr, Alemania.

Por Maricel Drazer

Valle del Ahr, Alemania – Un antes y un después, y ya nada fue igual. La noche del 14 al 15 de julio de 2021 tuvo lugar una de las peores catástrofes naturales de la historia de Alemania. Y su impacto llega hasta la actualidad.

Las fuertes lluvias convirtieron los pequeños ríos y arroyos de los estados de Renania-Palatinado y Renania del Norte-Westfalia en furiosos torrentes. En las masas de agua, 185 personas murieron, alrededor de 17.000 personas perdieron todas sus pertenencias y, al menos, 60.000 casas y 28.000 negocios quedaron devastados. En total, los daños ascendieron a EUR 33.000 millones. A continuación, testimonios de los damnificados y el alerta de los científicos: “El calor es el asesino silencioso, en todo el globo”.

“He perdido sencillamente todo”, cuenta Michael Lang en entrevista con la autora de esta nota. “Mi vida cambió completamente”, reconoce este vecino de la región, quien se encontraba a poco más de una semana de inaugurar su ansiada vinoteca en el pintoresco pueblo de Marienthal, cuando las aguas todo lo destruyeron. “Lo que había hecho, decorado y planeado en cada detalle y con tanta dedicación fue destruido en apenas unas horas”, lamenta Lang.

Un pequeño tsunami

“Fue realmente como un pequeño tsunami, que pasó y arrasó con todo”, describe por su parte los hechos la farmacéutica Linda Reeves, cuyo negocio en la ciudad de Bad Neuenahr-Ahrweiler, sobre el valle del río Ahr, también fue destruido por la catástrofe. “No fue como en otros casos, en que el agua va subiendo lentamente, sino que de repente, y sin aviso, el agua cubrió todo”, recuerda.

“El sótano quedó completamente inundado y, en el primer piso, el agua llegó hasta pocos centímetros antes del techo”, cuenta Reeves sobre los daños. “Todo estaba dado vuelta, incluso el mostrador, que era de un material bien pesado”, detalla. “He visto imágenes horribles, como cuatro autos apilados uno encima de otro, paredes de las casas derrumbadas: un escenario de catástrofe”, recuerda. “Era como un estado de postguerra”, sostiene Reeves. “Y esto dicho incluso por nuestros vecinos sirios, que escaparon de la guerra en su país”, remarca.

Pero Reeves también sabe que la peor parte la llevaron quienes ni siquiera pudieron sobrevivir. “Y no son solo quienes perdieron la vida en esas horas. Después se sumaron muchos más, que no pudieron soportar el trauma, y fallecieron de síndrome del corazón roto, de ataques al corazón, de accidentes cerebrovasculares o por suicidios”, puntualiza.

A pesar de todo

“El estado de shock inicial me duró solo un día”, rememora la farmacetucia, a poco más de tres años de los hechos. “Luego me puse a actuar, ya que los vecinos, que habían perdido todo, me llamaban para pedirme sus remedios”, cuenta. Tras casi un año en instalaciones improvisadas, pudo volver a atender en su farmacia.

El gastrónomo Michael Lang, en tanto, reconvirtió su vinoteca en un museo de la inundación, donde pueden verse de cerca los vestigios de la tragedia. “No soy un hombre que ante la adversidad esconde su cabeza en la arena”, asegura.

Las causas

La gran pregunta es, con todo, el porqué de lo ocurrido. Los expertos prevén que los fenómenos meteorológicos extremos serán más frecuentes debido al cambio climático.

“Solo una reducción global significativa de las emisiones de CO2 podrá, al menos, amortiguar el desarrollo futuro de precipitaciones catastróficas”, sostiene el reconocido astrofísico Harald Lesch, entrevistado en exclusiva para esta nota. “Pero los beneficiarios de los combustibles fósiles están impidiendo que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero se reduzcan de la forma más rápida y eficaz posible”, critica el también filósofo de la naturaleza.

De no tomarse las medidas necesarias de forma urgente, el panorama es sombrío: “La biodiversidad del planeta sufrirá enormemente los rápidos cambios climáticos, y especialmente nosotros, los humanos”, pronostica el experto. “El calor es el asesino silencioso, en todo el globo”, alerta. En el valle del Ahr lo saben por experiencia propia.