Buenos Aires / Múnich – Las obras de restauración del mundialmente famoso palacio alemán de Neuschwanstein, iniciadas en 1994, están cerca de concluir, informaron autoridades del sureño estado federado de Baviera. Los trabajos de renovación costaron al estado federado más grande de Alemania unos EUR 40 millones (US$ 43 millones), la mitad de los cuales se destinó solo a la restauración de los salones reales en los últimos siete años.
El Ministerio de Finanzas bávaro informó que las obras se mantienen prácticamente dentro del presupuesto inicialmente previsto. “Las obras han sido todo un desafío, ya que se llevaron a cabo paralelamente al programa de visitas turísticas”, declaró el ministro de Finanzas de Baviera, Albert Füracker, en la presentación de los resultados en el castillo que parece haber salido de un cuento de hadas y que está ubicado en Schwangau, en la región de Allgäu.
Camino a convertirse en Patrimonio de la Humanidad
El clima alpino y el desgaste causado por la afluencia constante de visitantes hicieron necesarias las primeras grandes obras de renovación del castillo desde su construcción, hace unos 150 años. Unas 850.000 personas visitaron en 2023 el monumento, que fue postulado para ser declarado futuro Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. En temporada alta, de junio a agosto, el complejo recibe una media de más de 6.000 visitantes al día, y hasta 10.000 en las horas punta.
El Ministerio de Finanzas bávaro informó que se renovaron todas las salas de exposición, los gabinetes auxiliares y funcionales, así como la antigua residencia real. Además de la restauración del mobiliario, se prestó especial atención a la protección del suelo y contra la luz solar, así como a las medidas de seguridad estructural en el tejado sobre el salón del trono.
Expertos de seis diferentes oficios restauraron en total más de 2.300 objetos, piezas de madera, ventanas y puertas. Un sistema de ventilación protegerá el palacio de la humedad en el futuro.
La construcción del castillo fue iniciado por el rey de Bavaria, Ludwig II, como refugio privado. Recién en la modernadidad se convirtió en uno de los destinos más importantes de Alemania y de Europa. Entre otros, sirvió también de de inspiración para el cineasta y productor Walt Disney y la película animada de Blancanieves.
(AT / dpa)
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