Buenos Aires (AT) – La desigualdad en la distribución de la riqueza no es solo una preocupación en Alemania, sino también en Suiza, donde la brecha salarial entre los empleados mejor y peor remunerados se amplió enormemente en los últimos años.
Este fenómeno, que refleja una concentración extrema de la riqueza en manos de unos pocos, subraya la persistencia de disparidades económicas profundas en algunos de los países más prósperos del mundo. A continuación, se analiza cómo se manifiesta esta desigualdad en Alemania y Suiza, así como sus implicaciones sociales y económicas.
La desigualdad en Alemania: una realidad abrumadora
En Alemania, la desigualdad en la distribución de la riqueza es un tema que genera asombro cuando se observan las cifras. La magnitud de la riqueza acumulada por el 0,1% más rico de la población es difícil de comprender, similar a la vastedad del universo y sus inmensas escalas. Para ilustrar esta complejidad, estos gráficos ofrecen una visión más clara de esta desigualdad.
!function(){“use strict”;window.addEventListener(“message”,(function(a){if(void 0!==a.data[“datawrapper-height”]){var e=document.querySelectorAll(“iframe”);for(var t in a.data[“datawrapper-height”])for(var r=0;r<e.length;r++)if(e[r].contentWindow===a.source){var i=a.data["datawrapper-height"][t]+"px";e[r].style.height=i}}}))}();El gráfico muestra la riqueza del ciudadano alemán promedio, que se sitúa alrededor de los EUR 20.000 . Esta cifra se vuelve prácticamente imperceptible cuando se compara con la del 0,1% más rico del país. El gráfico ilustra la distribución general de la riqueza en Alemania, destacando la abrumadora diferencia entre la mayoría de la población y la élite económica. Sin embargo, no captura completamente la magnitud de la riqueza de los más acaudalados ni su potencial influencia en la sociedad.
Además, y a pesar de la pandemia, muchos de las empresas más ricas de Alemania incrementaron su riqueza significativamente en los últimos años, beneficiándose de la revalorización de los mercados. Un ejemplo destacado es Klaus-Michael Kühne, propietario de una gran compañía naviera, cuya riqueza se multiplicó 2,9 veces entre 2019 y 2022. Los hermanos Andreas y Thomas Strüngmann, inversores en las industrias farmacéutica y biotecnológica, también vieron un incremento similar de 2,7 veces en sus fortunas.
Este crecimiento, que continúa en 2024, refleja la creciente brecha entre los más ricos y el resto de la población. Incluso los multimillonarios con fortunas más modestas, situados en la parte inferior del gráfico, están muy lejos de la riqueza acumulada por el 0,1% más rico.
Suiza: un país próspero con desigualdad salarial en aumento
Como ya se informó en este medio, Suiza tampoco es ajena a la desigualdad económica. Según un informe publicado recientemente por el sindicato suizo Unia, la brecha salarial entre los altos directivos y los empleados con los salarios más bajos alcanzó un promedio de 143 veces en 2023, lo que representa un aumento respecto a las 139 veces reportadas en 2022. Este fenómeno, aunque no es nuevo, subraya la persistente desigualdad en uno de los países más prósperos del mundo.
El informe de Unia destaca a UBS, el banco más grande de Suiza, como la empresa con la mayor diferencia salarial entre sus ejecutivos y empleados. Mientras el salario de un alto directivo puede alcanzar cifras exorbitantes, los trabajadores con los salarios más bajos ven sus ingresos estancados, sin un aumento proporcional que les permita afrontar el creciente costo de vida. UBS, cuyo director ejecutivo Sergio Ermotti recibió una compensación de 14,4 millones de francos suizos en 2023, se encuentra en el centro de la controversia por esta disparidad, aunque el banco no emitió comentarios sobre el informe.
Comparaciones internacionales
A nivel internacional, Suiza no es la única nación donde la brecha salarial es un tema de preocupación. En el Reino Unido, el director ejecutivo promedio del FTSE 100 ganó 120 veces más que el salario medio nacional en 2022, según datos del High Pay Centre, un grupo de expertos que monitorea las remuneraciones en el sector corporativo. Aunque la cifra británica es menor que la suiza, ambas reflejan una tendencia preocupante: el aumento desmesurado de los salarios en la cúspide corporativa, en comparación con los sueldos estancados de la mayoría de los empleados.
En Suiza, la brecha salarial actual es la más amplia desde 2019, cuando los salarios de los directores ejecutivos superaban 148 veces a los de los empleados peor pagados. Este aumento se produce a pesar de las continuas advertencias sobre los peligros de la desigualdad económica y el impacto negativo que puede tener en la cohesión social.
La disparidad salarial en Suiza tiene profundas implicaciones no solo en la economía, sino también en la estructura social del país. Mientras los altos ejecutivos disfrutan de mayores ingresos y bonificaciones, la capacidad de gasto de los trabajadores de ingresos bajos y medios se ve reducida, en parte debido al estancamiento de los salarios reales frente a la inflación.
El informe de Unia también resalta la variabilidad en la remuneración de los CEOs dentro de la misma industria. Por ejemplo, Vas Narasimhan, CEO de Novartis, encabezó la lista de altos ejecutivos mejor pagados en Suiza con 16,2 millones de francos suizos, casi el doble de lo que ganó el año anterior. Por otro lado, Severin Schwan, CEO de Roche, vio su salario disminuir de 15,1 millones de francos suizos a 10,6 millones.
Soluciones para reducir la desigualdad
Ante la realidad de una desigualdad económica tan marcada, tanto en Alemania como en Suiza, surge la pregunta sobre cómo podría reducirse este fenómeno. Una solución propuesta es la redistribución de la riqueza. En este contexto, resulta paradójico que algunos políticos se opongan vehementemente a medidas de asistencia social, como el “Bürgergeld” alemán, argumentando que su reducción ayudaría a “ahorrar dinero”, “fortalecer los incentivos laborales”, y prevenir la explotación.
El financiamiento necesario para mejorar el bienestar social podría provenir de gravar a las personas más ricas. Sin embargo, aquellos que poseen estas fortunas, muchas veces heredadas, pueden usar su influencia para moldear la opinión pública a su favor. Propuestas como un impuesto a la herencia más fuerte o un impuesto a la riqueza son presentadas por los ricos como una carga injusta que podría afectar a los ciudadanos comunes.
A través de la financiación de think tanks, el lobby y las donaciones a partidos políticos que favorecen a los más acaudalados, estos grupos estratégicamente amplifican las voces que temen el impacto de estos impuestos, desviando la atención de su verdadera finalidad: reducir la desigualdad. La manipulación de la opinión pública es un obstáculo significativo para abordar la desigualdad de manera efectiva, subrayando la necesidad de un debate más informado sobre el papel crucial que los impuestos sobre la herencia y la riqueza podrían desempeñar en la creación de una sociedad más equitativa.
En última instancia, tanto Alemania como Suiza enfrentan el desafío de equilibrar el crecimiento económico con la equidad social. Mientras los más ricos continúan acumulando fortunas desproporcionadas, la mayoría de la población ve cómo sus ingresos se estancan o disminuyen en términos reales.
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