Jerome Boateng, defensor alemán y campeón del mundo en 2014, cierra un ciclo complicado tras su salida de Bayern Munich. Después de jugar más de 360 partidos con el club bávaro y conquistar todos los títulos posibles, su carrera posterior se convirtió en un camino de altibajos y dificultades.
El jugador de 36 años, que recientemente terminó su vínculo con el club austríaco LASK, ahora se prepara para definir su próximo paso, tanto deportivo como personal. La vida de Boateng fuera de los grandes clubes ha estado marcada por lesiones, contratos breves y momentos de incertidumbre, pero su experiencia sigue siendo reconocida por compañeros y dirigentes.
Una trayectoria con altibajos tras Bayern
Boateng dejó Bayern Munich en el verano de 2021. Tras un período sin club, firmó con Lyon en Francia por dos temporadas, aunque su estadía allí fue breve. Luego pasó seis meses en Salernitana, Italia, antes de arribar a LASK en 2024, donde disputó únicamente 14 partidos debido a lesiones. Su paso por Austria terminó esta semana mediante un acuerdo de rescisión mutua. El club destacó la profesionalidad del defensor y su aporte, sobre todo para los jugadores más jóvenes, como mentor y ejemplo dentro del vestuario.

El director deportivo de LASK, Dino Buric, afirmó: “Jerome siempre se comportó de manera profesional. Hizo todo lo posible por ayudar al equipo con su experiencia. Su rol fue especialmente importante para los jóvenes, brindándoles apoyo y motivación”. Por su parte, Boateng comentó: “Agradezco a LASK por la confianza y el tiempo compartido en Linz. Fue enriquecedor trabajar nuevamente en un entorno diferente. Ahora es momento de abrir un nuevo capítulo y pronto anunciaré los desafíos que me esperan, tanto deportivos como personales”.
La salida de LASK cierra un período de adaptación a distintos entornos y refleja las dificultades que enfrentan incluso jugadores de primer nivel cuando abandonan clubes de élite. A sus 36 años, Boateng encara la etapa final de su carrera con la intención de elegir proyectos que le den satisfacción tanto dentro como fuera de la cancha.
Investigaciones fuera del campo
La vida de Boateng también estuvo marcada por situaciones fuera del fútbol. En febrero de 2021, su exnovia Kasia Lenhardt fue encontrada muerta en su departamento en Berlín a los 25 años. Inicialmente, la policía no halló indicios de un crimen violento y trató el caso como un posible suicidio. Sin embargo, tras su fallecimiento, la Fiscalía de Múnich reabrió una investigación previa contra Boateng por presunta agresión intencionada ocurrida en 2019, basándose en nueva información surgida durante las pesquisas. Boateng negó las acusaciones en ambas investigaciones.

En septiembre de 2021, un tribunal de Múnich lo condenó por agredir a su exnovia Sherin Senler en 2018, imponiéndole una multa de EUR 1,8 millones, que luego fue reducida a EUR 1,2 millones en apelación. En junio de 2024, el tribunal cerró el caso con una advertencia condicional, sin antecedentes penales para Boateng. Aunque la muerte de Lenhardt reabrió investigaciones, no se demostró responsabilidad del futbolista en su fallecimiento, y Boateng sigue negando cualquier implicación.
El recuerdo de una semifinal histórica
El nombre de Boateng también quedó marcado en la historia del fútbol por un momento que trascendió las estadísticas. El 6 de mayo de 2015, en la semifinal de la UEFA Champions League entre Barcelona y Bayern Munich, enfrentó a Lionel Messi en una jugada que se volvió legendaria. Hasta ese momento, Lionel Messi no había marcado en rondas eliminatorias y sus ocho goles en la edición 2014/15 provenían de la fase de grupos.
En el Camp Nou, Messi recibió un pase fuera del área y anotó un potente zurdazo para abrir el marcador. Minutos después, tras un pase de Rakitic, Messi encaró a Boateng con la pelota pegada al pie. Con una finta mínima, el argentino dejó al defensor perplejo e impotente, y luego definió con una picada por encima del arquero Neuer para el 2-0.
En los minutos finales, asistió a Neymar para el tercer gol definitivo. La jugada quedó registrada como un ejemplo de su velocidad, técnica y visión de juego. Para muchos, esa acción resume la diferencia entre la genialidad individual y la defensa tradicional, y todavía se recuerda como una de las gambetas más icónicas del fútbol moderno.

Boateng respondió años después con humor cuando se le preguntó por la jugada: “Honestamente, me gustaría ver a cada uno de ustedes defendiendo contra Messi”. Este episodio refleja la magnitud del desafío que representó para él enfrentar a los mejores delanteros del mundo y la tolerancia con la que maneja su propio legado.
Una historia con futuro incierto
Jerome Boateng no solo es recordado por momentos puntuales en la cancha, sino también por su consistencia a lo largo de su carrera. Con Bayern Munich ganó múltiples Bundesligas, copas nacionales e internacionales, incluyendo la UEFA Champions League de 2013. Su aporte a la selección alemana fue clave en la conquista del Mundial 2014, donde se destacó por su capacidad defensiva y su salida limpia desde el fondo.
A pesar de los desafíos posteriores a su salida de clubes grandes, Boateng sigue siendo una figura influyente y respetada. Su experiencia se refleja en el apoyo a jóvenes futbolistas y en la manera en que maneja los momentos difíciles, como las lesiones o los contratos rescindidos. Ahora, con 36 años y próximo a cumplir 37 en septiembre, el defensor alemán se prepara para decidir su futuro y promete anunciar nuevos proyectos que podrían combinar lo deportivo con lo personal.



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