En lo profundo del bosque de Eifel, en Alemania, se alza el castillo de Eltz, una construcción del siglo XII que ha permanecido en manos de la misma familia durante más de ocho siglos y medio. Esta fortaleza, rodeada de una reserva natural y protegida del avance de la modernidad, se ha convertido en un caso único de conservación histórica y patrimonio arquitectónico en Europa.

Una estructura intacta desde el siglo XII
El castillo de la familia Eltz fue construido a principios del siglo XII sobre una formación rocosa en el valle del río Mosela, en un punto estratégico ya ocupado por celtas y romanos. Desde entonces, ha sobrevivido sin sufrir daños de guerras ni remodelaciones agresivas, algo excepcional en el contexto europeo. Su resistencia se debe, por un lado, a su ubicación de difícil acceso, y por otro, a la capacidad diplomática de los Eltz, quienes supieron adaptarse a los cambios políticos de cada época.
La arquitectura del castillo es singular. Se trata de un conjunto de casas señoriales agrupadas en torno a un patio central, que refleja la convivencia de distintas ramas de la familia propietaria. Tiene ocho torreones de hasta 35 metros de altura, fachadas entramadas y techos puntiagudos, lo que llevó al historiador Georg Dehio a definirlo como “el arquetipo del castillo”.

Habitaciones de época y una colección privada inigualable
En su interior, Eltz conserva mobiliario original que abarca desde el período medieval hasta el barroco. Las salas están completamente decoradas con piezas históricas, en un estado de conservación sorprendente. Entre los espacios más destacados se encuentran la Sala de los Caballeros —con una importante colección de armaduras— y la Sala del Tesoro, que contiene más de 500 objetos de orfebrería, cristalería, porcelana, armas y joyas.
Gran parte de estas piezas fueron fabricadas en centros de referencia como Augsburgo y Núremberg, lo que posiciona a esta colección como una de las más relevantes de Europa en manos privadas.
El recorrido guiado incluye también la sala Wambolt, la sala de los Príncipes Lectores, la sala de la Condesa, la sala de las Banderas y varias cámaras nobles. Según información oficial del castillo, se busca que cada visitante “experimente un viaje real por nueve siglos de historia alemana”.

Una fortaleza que también es un santuario natural
El castillo de Eltz no sólo es notable por su arquitectura, sino también por su entorno. Está situado dentro de una reserva natural de más de 300 hectáreas, reconocida como parte de la red ecológica europea Natura 2000. Este bosque protegido alberga especies autóctonas de árboles, zonas húmedas y antiguos “louhhecken”, bosques de roble cuya corteza se utilizaba para obtener tanino.
Los senderos que rodean la fortaleza son un atractivo por sí mismos: permiten vistas panorámicas y recorridos que combinan naturaleza e historia. La familia Eltz ha priorizado la conservación tanto del castillo como del ecosistema circundante, lo que ha mantenido su autenticidad a través del tiempo.

El turismo y los horarios para visitarlo
El castillo está abierto al público todos los días desde el 24 de marzo hasta el 1 de noviembre, de 9:30 a 17:00 horas. La entrada general cuesta EUR 14 (US$ 16). También hay tarifas promocionales para grupos y una entrada familiar de EUR 34 (US$ 40). La visita incluye el acceso al patio central, a la colección de la Sala del Tesoro y una visita guiada por los principales espacios interiores. Debido a la popularidad del sitio, se recomienda adquirir las entradas con antelación.







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