Comprar un bife en Alemania se volvió una extravagancia. En pocos meses, el precio de la carne vacuna escaló a niveles récord, empujando al tradicional corte hacia el segmento premium del mercado alimentario. Hoy, un kilo de bife de buena calidad puede costar entre EUR 40 y EUR 50 (entre US$ 46,20 y US$ 57,80). Para muchos hogares, se volvió inaccesible.
Los datos lo confirman: según la Asociación de Productores de Ganado y Carne (VEZG) en Oldenburg y registros oficiales de Baviera, los precios mayoristas de carne de novillo superaron los 7 euros por kilo, lo que representa un incremento del 50% respecto al verano europeo de 2023. En góndolas y carnicerías, ese precio se multiplica.
Menos vacas, más problema
La principal causa de esta suba está en el campo. “La caída en la cantidad de ganado explica esta evolución”, afirmó Tim Koch, responsable del área de carne en la Agrarmarkt Informations-Gesellschaft (AMI), con sede en Bonn. Koch explicó que cada año se reduce el stock ganadero entre 2% y 4%, producto del cierre de explotaciones rurales y la falta de sucesores.

En mayo de 2015, Alemania contaba con 12,6 millones de vacunos. En mayo de 2025, la cifra cayó a 10,3 millones, según el Statistisches Bundesamt (Oficina Federal de Estadística). Es una baja del 18% en una década. Y no solo ocurre en Alemania: la oferta también disminuye en otros países europeos.
Enfermedades y plagas agravaron el escenario
A esta tendencia estructural se sumó un factor inesperado: la aparición de la blauzungenkrankheit (enfermedad de la lengua azul), una afección viral transmitida por insectos (gnitzen) que afectó a vacas, ovejas y cabras desde el otoño europeo de 2023.
Entre mayo de 2024 y abril de 2025, el Instituto Friedrich-Loeffler registró 17.854 casos. Si bien ya pasó el pico de contagios, los efectos se hicieron sentir. Una vocera del organismo explicó que la vacunación y la inmunidad natural ayudaron a frenar la propagación, pero los daños ya estaban hechos.
No hay señal de recuperación
Aunque los casos de lengua azul disminuyeron, el precio de la carne no aflojó. “No hay indicios de un cambio de tendencia en la ganadería vacuna”, reconoció una vocera del Bundesverband Rind und Fleisch (Asociación Federal de Ganado Vacuno y Carne). Incluso con precios altos, muchos productores optan por abandonar la actividad.

La rentabilidad, además, no es tan clara. El aumento de precios también vino acompañado de un alza en los costos. “Los terneros para engorde cuestan en 2025 mucho más que el año pasado, en algunos momentos hasta el doble”, indicó una representante del Bayerischer Bauernverband (BBV, Asociación de Agricultores de Baviera).
La inestabilidad también juega en contra. El mercado agrícola se caracteriza por sus fluctuaciones. Apenas unos años atrás, los tamberos enfrentaban precios tan bajos que no cubrían los costos.
El acuerdo con Mercosur, ¿una amenaza para los ganaderos europeos?
Frente a esta situación, algunos ganaderos temen que el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, aún sin ratificar, provoque una oleada de importaciones que presione los precios a la baja.
Sin embargo, el propio Bundesverband Rind und Fleisch relativizó ese riesgo: “Las cantidades adicionales de importación se limitaron mucho en las renegociaciones. En el caso de la carne vacuna, se trata solo de un volumen muy pequeño, equivalente a un porcentaje bajo de la producción anual sudamericana”.
¿Y qué significa esto para Argentina?
La situación en Alemania abre una ventana de oportunidad —aunque modesta— para los exportadores argentinos. Si bien el acuerdo Mercosur-UE prevé cuotas limitadas para la carne vacuna, el encarecimiento de la producción europea podría reforzar el atractivo del producto sudamericano por su competitividad en costos.
No obstante, Argentina deberá garantizar estándares de calidad, trazabilidad y sostenibilidad para posicionarse en un mercado exigente. Además, la presión interna por los precios de la carne y las restricciones a la exportación pueden tensionar la ecuación. En cualquier caso, mientras Europa paga hasta 50 euros el kilo por un corte vacuno, en Argentina ese mismo bife sigue siendo, para una porción importante de la población, parte de su menú cotidiano.





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