Buenos Aires (AT) – En un operativo policial meticuloso que dejó al descubierto una presunta célula yihadista, las autoridades austríacas frustraron un plan de ataque terrorista que tenía como blanco la festividad de Año Nuevo en Viena. Aunque la amenaza no se materializó, las revelaciones sobre los detenidos revelan una trama compleja y apuntan a un presunto cerebro detrás.
El tradicional Silvesterpfad en Viena, que atrajo a alrededor de 800.000 personas, se llevó a cabo bajo una inusual vigilancia policial este año debido a una amenaza de terrorismo. Tres individuos fueron detenidos previamente en un centro de refugiados en Ottakring, mientras planificaban un ataque contra la icónica Catedral de San Esteban, una de las ocho ubicaciones clave del evento.
Aunque las festividades transcurrieron sin incidentes, la investigación se encuentra en una fase crítica, ya que las autoridades no pueden descartar la posibilidad de que la red sea más extensa de lo que se pensaba. La eliminación meticulosa de datos en los teléfonos celulares de los sospechosos indica la seriedad y profesionalismo de esta presunta célula terrorista.
¿Quién es Mukhammadrajab B.?
Un actor central en este escenario es Mukhammadrajab B., un tayiko de 30 años que parece ser el presunto cerebro detrás de los planes. Residente en Alemania, B. viajó a Viena a principios de diciembre para establecer contactos con posibles cómplices en el centro de refugiados. Además de la Catedral de San Esteban, se reveló que B. vigiló minuciosamente el Prater de Viena y la Catedral de Colonia como posibles objetivos terroristas.
La conexión de B. con eventos en Alemania, en específico un plan para atacar la Catedral de Colonia, subraya la magnitud de su presunta participación en el “Estado Islámico Provincia de Khorasan” (ISKP), una rama activa de la milicia terrorista yihadista en Asia Central, incluido Afganistán.
Los acontecimientos en Alemania, que resultaron en cinco detenciones, incluida la de B., revelaron una complejidad adicional. Aunque tres de los sospechosos fueron liberados, la falta de datos en los teléfonos móviles, en apariencia eliminados, complica aún más el proceso judicial.
Se sospecha que la célula ingresó a Europa en la primavera de 2022, aprovechando el caos generado por el conflicto ruso en Ucrania y Polonia. La utilización de historias ficticias de tortura y prisión para obtener estatus de residencia plantea serias preguntas sobre la eficacia de los mecanismos de seguridad y control migratorio.
A pesar de la aparente sofisticación de la célula yihadista, las autoridades enfrentan la ardua tarea de consolidar las pruebas y determinar cómo se habría llevado a cabo concretamente el supuesto ataque coordinado. Mientras Viena, Colonia y Madrid emergen como posibles objetivos, la incertidumbre persiste en torno a la magnitud total de la amenaza yihadista en suelo europeo. Este incidente sin dudas sirve como un recordatorio crítico de la necesidad continua de vigilancia y cooperación internacional en la lucha contra el terrorismo.
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