Villa Gesell fue el broche de oro de la gira oficial del embajador de Alemania en Argentina, Dieter Lamlé, por el sur de la provincia de Buenos Aires. Tras recorrer las colonias de alemanes del Volga en el partido de Olavarría y la ciudad de Tandil, la comitiva diplomática llegó el domingo al balneario fundado por Carlos Idaho Gesell para celebrar los 200 años de amistad germano-argentina en el lugar que mejor simboliza el espíritu pionero de aquella inmigración.
El Argentinisches Tageblatt estuvo presente en cada etapa de esta visita histórica, que combinó protocolo diplomático con un profundo reconocimiento al legado de las familias alemanas que forjaron estas tierras.

Recepción en la Sociedad Alemana
La jornada comenzó pasado el mediodía en la sede de la Sociedad Alemana de Villa Gesell, ubicada en el Camino de los Pioneros 1997. Regina Bakay, presidenta de la institución, acompañada por la Comisión Directiva, recibió al embajador Lamlé y a su comitiva con un almuerzo de empanadas que inauguró una tarde cargada de simbolismo.
La Sociedad Alemana de Villa Gesell, pilar fundamental de la vida comunitaria germanoparlante en la ciudad balnearia, organizó junto a la embajada una agenda que buscó honrar tanto la memoria histórica como las expresiones culturales contemporáneas del vínculo bilateral. Bakay destacó la importancia de la visita en un contexto de celebración por el bicentenario de las relaciones diplomáticas entre ambos países.

La exposición de las familias pioneras
A las 14 horas, la delegación se trasladó al Museo y Centro Cultural Chalet de Don Carlos, la segunda vivienda del fundador de la ciudad, ubicada en las calles 202 y Alameda, en Pinar del Norte. Allí, Cecilia Bosisio, directora del Museo y Archivo Histórico Municipal, guió al embajador por la exposición fotográfica “Familias pioneras de habla alemana en Villa Gesell”, organizada conjuntamente por la Sociedad Alemana y el museo local.
La muestra rescata las historias de las familias germanas que se establecieron en Villa Gesell desde sus orígenes, cuando Carlos Gesell inició en la década de 1930 la titánica tarea de forestar y urbanizar lo que entonces eran médanos salvajes azotados por el viento. Las fotografías documentan no solo la transformación del paisaje, sino también la vida cotidiana de aquellos inmigrantes que apostaron por el sueño de un pionero visionario.
Lamlé recorrió con especial atención cada panel de la exposición, deteniéndose en imágenes que muestran las primeras construcciones, las familias trabajando en la forestación y los inicios de lo que hoy es uno de los balnearios más emblemáticos de la costa atlántica argentina.

Un ceibo como símbolo de raíces compartidas
El momento más emotivo de la visita llegó cuando la comitiva se dirigió al Bosque Fundacional para plantar un ceibo, el árbol nacional argentino. El intendente de Villa Gesell, Gustavo Barrera, acompañó al embajador en este acto protocolar que contó con la presencia de Emiliano Felice, secretario de Turismo, Cultura, Educación y Deportes del municipio, así como funcionarios y representantes de instituciones locales.
La elección del ceibo no fue casual: con sus raíces profundas y su floración intensa, el árbol simboliza tanto el arraigo como el crecimiento conjunto de la relación entre Alemania y Argentina. La ceremonia se desarrolló en los jardines que circundan el Chalet de Don Carlos, en un espacio que conserva la esencia del proyecto original de Gesell: la convivencia armoniosa entre el bosque plantado y el entorno natural.
Vecinos de Villa Gesell, muchos de ellos descendientes de aquellas familias pioneras de habla alemana, se acercaron al evento para ser testigos de este acto que enlaza pasado y presente. La programación musical abierta a la comunidad, organizada por la Sociedad Alemana, aportó un marco festivo al encuentro.

El legado de Don Carlos Gesell
La visita del embajador cobra especial significado cuando se la contextualiza en la historia de Carlos Idaho Gesell, hijo de inmigrantes alemanes que revolucionó la ingeniería forestal argentina con sus innovaciones en fijación de médanos. En 1978, pocos meses antes de su fallecimiento, Don Carlos concedió su última entrevista periodística al Argentinisches Tageblatt, con motivo de la autonomía municipal de Villa Gesell.
En aquella conversación, el fundador de 87 años aún soñaba con mejoras para lo que llamaba “su hija preferida”. “Una creación como esta, una ciudad como esta, construida y creada con tanto amor, simplemente no puede albergar a gente malvada”, afirmó entonces. Su visión era que Villa Gesell “debe mantenerse siempre vital y viable, por el contrario, debe seguir creciendo y prosperando; sus residentes y turistas deben sentirse felices aquí”.
Aquellas palabras resuenan hoy cuando la ciudad que nació de un puñado de médanos y la determinación de un pionero recibe al máximo representante diplomático de la tierra de sus ancestros.

Proyección de futuras colaboraciones
Tras la ceremonia protocolar, Barrera mantuvo una reunión privada con Lamlé para intercambiar perspectivas sobre posibles acciones culturales y de cooperación entre Alemania y Villa Gesell. El encuentro buscó fortalecer los lazos institucionales existentes y explorar nuevas áreas de colaboración, particularmente en materia cultural, educativa y turística.
La presencia de la Sociedad Alemana en esta conversación resultó fundamental, dado su rol histórico como puente entre la comunidad germanoparlante local y las instituciones alemanas.

Jornada de celebración comunitaria
Por la tarde llegó el momento de las presentaciones musicales y de danza en vivo a cargo del grupo “Walter García Danzas”, el “Cuarteto de Cuerdas Don Carlos” y la “Orquesta Municipal de Villa Gesell”, que aportaron el marco artístico a esta celebración de la amistad argentino-alemana.
Luego la comunidad germanoparlante de Villa Gesell se reunió nuevamente en la sede de la Sociedad Alemana de Villa Gesell para compartir un “Kaffee und Kuchen”. El encuentro, de carácter más íntimo que los actos protocolares, permitió un intercambio directo entre el embajador y los miembros de la institución.

A las 21 horas, la jornada llegó a su cierre con una cena que reunió al embajador, la comitiva diplomática, los miembros de la Comisión Directiva de la Sociedad Alemana de Villa Gesell. El encuentro transcurrió en un clima distendido donde las conversaciones fluyeron naturalmente entre alemán y español, reflejo de la identidad de una comunidad que mantiene vivas sus raíces mientras se integra plenamente a la vida argentina.
El cierre de una gira histórica
La visita a Villa Gesell cerró un recorrido que comenzó en las colonias de alemanes del Volga del partido de Olavarría —incluyendo Colonia Hinojo, la primera colonia alemana en Argentina, Colonia San Miguel y Colonia Nievas— y continuó en la ciudad de Tandil. En cada parada, el embajador Lamlé destacó la contribución de los inmigrantes alemanes al desarrollo argentino y reafirmó el compromiso de su país con el fortalecimiento de los vínculos bilaterales.
Villa Gesell, con su particular historia de creación y su vibrante comunidad germanoparlante, resultó el escenario ideal para el broche final de esta gira que celebró dos siglos de amistad entre dos naciones unidas por lazos profundos de historia, cultura y valores compartidos. Como expresó Don Carlos Gesell en 1978, refiriéndose a su creación: “Como todos aman esta ciudad, en ella está toda esperanza, como yo, que la creé, por quien me siento responsable, por cada individuo, así como por la comunidad de Villa Gesell, como miembro de nuestra nación y de nuestro pueblo argentino”. Palabras que hoy, casi medio siglo después, resuenan con especial fuerza ante la visita del representante de la tierra de sus ancestros.
Con la colaboración de Carolina Iglesias, directora de Relaciones Institucionales del Argentinisches Tageblatt.

Hacé tu comentario