Buenos Aires (AT) – El histórico Hotel de Inmigrantes de Buenos Aires fue el escenario de una ceremonia en conmemoración de los 200 años de la inmigración alemana en Argentina. La celebración reunió a figuras destacadas, entre ellas el embajador de Alemania en Argentina, Dieter Lamlé; el Ministro Presidente del Estado Federado de Baja Sajonia, Stephan Weil; y la ministra de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Gabriela Ricardes, quien asistió en representación del jefe de gobierno Jorge Macri. Además, un público numeroso colmó el lugar, con invitados de toda índole, representantes de la comunidad alemanas y embajadores como Hans-Ruedi Bortis, representante de Suiza.
El evento contó con una presentación musical a cargo del bandoneonista Joaquín Benítez, oriundo de Oberá, Misiones, que interpretó piezas de Bach y cerró la jornada con versiones de “Volver” y una hermosa versión de “Adiós Nonino”. La elección del bandoneón no fue casual: este instrumento, hoy inseparable del tango, tiene sus orígenes en Alemania. Diseñado en el siglo XIX por Heinrich Band, el bandoneón llegó a Argentina con los inmigrantes alemanes y encontró su lugar en la música porteña, donde se convirtió en el sonido característico del tango.
El hecho más llamativo de la jornada quizás haya sido la presentación de actores y actrices que encarnaron a inmigrantes alemanes claves en la historia de Argentina. En varias tandas, los artistas se pusieron en la piel de, por ejemplo, Otto Krause, Alberto Prebisch, Teodora Schwartz y Ernesto Tornquist, entre muchos otros. En primera persona, cada uno de estos alemanes relevantes expuso sus logros y aportes al país. El marco del Hotel de Inmigrantes, un lugar lleno de espíritus y fantasmas, hizo que las actuaciones tuvieran todavía más fuerza.
El discurso del embajador

En su discurso, el embajador alemán Dieter Lamlé destacó la profunda conexión entre ambas naciones y el impacto de la comunidad alemana en Argentina. “Esta es una noche muy importante para la Embajada Alemana, ya que lanzamos una iniciativa que durará varios meses, 18 meses en total. Tendremos actividades en todas las provincias, con muchas actividades aquí también”, afirmó.
Lamlé también resaltó el significado del lugar donde se llevó a cabo la ceremonia: “Este es también el motivo por el cual nos encontramos esta noche en este edificio magnífico, el Hotel de Inmigrantes. En sus instalaciones aún respira la historia de miles de personas que llegaron aquí desde Europa. Sus causas eran diversas, pero todos tenían el mismo motivo: buscar una mejor suerte en la vida”.
Además, subrayó el rol de la comunidad alemana en el país y el arraigo de sus tradiciones: “A menudo me encuentro con argentinos que me dicen: ‘Nosotros somos argentinos, no alemanes. No hablamos alemán y no queremos hablar alemán, hablamos español’. Sin embargo, hay una pequeña parte en sus corazones que late por Alemania, y esa parte es la que me interesa, porque ahí es donde encuentro lo que nos conecta”.

Lamlé también hizo un repaso histórico sobre la influencia alemana en Argentina, recordando que “en la primera Constitución Nacional de 1853 se estableció el gobierno federal y se declaró la bienvenida a los extranjeros, quienes podían traer consigo proyectos de desarrollo, mejorar la industria y enseñar ciencias y técnicas”. Mencionó que, con el tiempo, “se establecieron colonias alemanas como Villa General Belgrano y Monte Carlo. También crearon sus propias instituciones como la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, el Club Alemán, el Hospital Alemán y más de 200 escuelas alemanas en todo el país”.
Finalmente, el embajador destacó la importancia de la relación bilateral: “La relación entre Argentina y Alemania siempre estuvo determinada por el intercambio de ideas y encuentros personales. Pero no solo fue el número de inmigrantes lo que fortaleció esta relación, sino también la disposición de Argentina para recibir extranjeros y nuevas ideas, así como la hospitalidad que siempre ha ofrecido”.
Una comunidad con dos siglos de raíces en Argentina
Los primeros inmigrantes alemanes llegaron al país en 1825. Con el paso de los años, formaron comunidades en distintas provincias, destacándose enclaves como Villa General Belgrano en Córdoba y Montecarlo en Misiones.
El legado arquitectónico alemán puede observarse en diversas regiones del país, donde persisten construcciones con techos a dos aguas, entramados de madera y detalles que remiten a la estética de distintas regiones de Alemania. La cervecería artesanal, las panaderías con recetas tradicionales y festivales como la Oktoberfest en Villa General Belgrano son ejemplos de cómo las costumbres traídas por los inmigrantes se han mantenido vivas.

El Ministro Presidente de Baja Sajonia, Stephan Weil, también hizo hincapié en el impacto de esta comunidad en Argentina. “La inmigración alemana ha sido clave en la construcción de este país. Desde el campo hasta la industria, desde la educación hasta la cultura, los descendientes de aquellos primeros inmigrantes siguen contribuyendo al desarrollo de Argentina”, expresó.
Weil recordó las razones que impulsaron a tantos ciudadanos alemanes a dejar su país y agradeció la recepción que encontraron en Argentina. En su discurso, reconoció la importancia del país sudamericano como refugio para quienes escapaban de los conflictos en Europa. “Cada migrante enfrenta el dilema de dejar atrás un hogar para construir otro en un territorio desconocido”, sostuvo.
Cooperación y desafíos en el siglo XXI

La relación entre Argentina y Alemania no se limita al pasado. Ambos países han desarrollado programas de cooperación en ciencia, tecnología, educación y sustentabilidad. La inversión alemana en Argentina ha permitido la modernización de sectores industriales, la implementación de prácticas ecológicas y el desarrollo de proyectos de infraestructura.
Stephan Weil enfatizó la importancia de este vínculo económico: “Alemania y Argentina pueden beneficiarse mutuamente en el comercio y la inversión. Hay muchas oportunidades para seguir profundizando nuestra cooperación”. También hizo referencia a la relevancia del desarrollo sustentable: “Tenemos la responsabilidad de buscar soluciones innovadoras para los desafíos ambientales, y aquí hay un gran potencial para el trabajo conjunto”.
El Hotel de Inmigrantes: un testimonio del pasado y el presente
El lugar elegido para la celebración de los 200 años de inmigración alemana no fue casualidad. El Hotel de Inmigrantes, inaugurado en el siglo XX, albergó a cientos de miles de personas que llegaron a Argentina en busca de nuevas oportunidades. El edificio, convertido hoy en museo, conserva documentos, fotografías y objetos que permiten reconstruir la historia de quienes pasaron por sus instalaciones.

Cada sala del museo exhibe relatos de hombres y mujeres que arribaron con la esperanza de una vida mejor. El proceso de adaptación no fue sencillo, pero la integración de estas comunidades enriqueció el panorama social y cultural del país. La historia de los inmigrantes alemanes es parte de una historia más amplia, donde se cruzan influencias de múltiples países que han dado forma a la identidad argentina.
La conmemoración de estos 200 años no solo recordó el pasado, sino que reafirmó el compromiso de fortalecer los lazos entre ambos países. La cooperación entre culturas ha dejado hace tiempo de ser algo aislado para convertirse en una unidad profunda: Alemania, a través de su gente, es ahora parte indisoluble de Argentina.
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