Buenos Aires / Múnich – El lunes la noticia sacudió la industria automotriz alemana -y del mundo: Volkswagen, el segundo mayor fabricante del mundo considera cerrar plantas en su mercado de origen y para su principal marca – la homónima Volkswagen. Hoy, miércoles, los números del mercado reflejan que la industria en su totalidad está en modo reversa y extremadamente pesimista. El indicador del clima empresarial del sector que encuesta que revela cada mes el Instituto de Investigación Económica (Ifo, por sus siglas en alemán), bajó en agosto 6,2 puntos hasta situarse en -24,7 puntos. Se trata del cuarto descenso consecutivo. “El estado de ánimo en la industria automovilística está cayendo en picada”, afirmó Anita Wölfl, experta del Ifo.
Las expectativas para los próximos seis meses muestran pocas razones para esperanzarse. En este caso, el indicador es de -40,5 puntos, según las proyecciones del instituto con sede en Múnich. “Las empresas de la industria automovilística alemana sufren la falta de nuevos pedidos, sobre todo del extranjero”, declaró Wölfl. “Esto se refleja ahora también en la planificación de personal”.
El caso Volkswagen
Las noticias de la central de Volkswagen en la ciudad de Wolfsburg fueron el espejo anticipado del clima de fin de ciclo. La empresa que es origen de íconos como el “Käfer” o el “Golf” anunció que no descarta el cierre de plantas y los despidos forzosos en Alemania como parte de su programa de reducción de costes en la marca principal del grupo. Para recordar: junto a Volskwagen, conviven dentro del grupo marcas como Skoda, Seat, Cupra. En el segmento premium (“Progressive”), Audi, Bentley, Lamborghini y Ducati mientras que en el segmento “deportivo”Luxury”, lo hace Porsche.
Para el caso de la marca Volkswagen, la dirección de la filia informó que cancelará un acuerdo de larga duración con los trabajadores en el país europeo que excluía los despidos obligatorios hasta finales de 2029. El acuerdo está en vigor desde 1994.
Según la información disponible, los ejecutivos de la compañía que emplea en el mundo más 200.000 personas -120.000 solo en Alemania- creen que la marca debe ser reestructurada integralmente y que los esfuerzos actuales para reducir la plantilla a través de modelos de jubilación anticipada e indemnizaciones por despido voluntario no serán suficientes para cumplir con los objetivos de ahorro.
“¡Conmigo no habrá cierres de fábricas!”
Los dirigentes sindicales de la marca Volkswagen anticiparon que se preparan para librar “una batalla sin cuartel” contra los planes. Daniela Cavallo, que dirige el comité de empresa de Volkswagen, calificó los planes de “ataque al empleo, a los puestos de trabajo y a los convenios colectivos“, en un número especial del periódico del comité de empresa al que tuvo acceso dpa. “Esto pone en cuestión a la propia Volkswagen y, por tanto, al corazón del grupo. Nos defenderemos ferozmente contra esto”, escribió Cavallo en su mensaje a los trabajadores. “¡Conmigo no habrá cierres de fábricas de Volkswagen!”, enfatizó.
La marca principal del grupo de Wolfsburg lleva años luchando contra costos elevados y está muy por detrás de empresas del grupo, las mencionadas Skoda, Seat o Audi, en términos de rentabilidad. Se suponía que un programa de reducción de costes lanzado en 2023 cambiaría esta situación y mejoraría los beneficios en EUR 10.000 millones (US$ 11.068 millones) para 2026. Sin embargo, la actual debilidad de los negocios nuevos agravó aún más la situación.
Para que los beneficios sigan mejorando, los costes deberán reducirse más de lo previsto. Según el periódico Handelsblatt, la marca debería ahorrar hasta EUR 4.000 millones más. “El viento en contra se ha vuelto mucho más fuerte”, declaró el director de Volkswagen, Thomas Schäfer, según el comunicado. “Por tanto, tenemos que redoblar nuestros esfuerzos y crear las condiciones para el éxito a largo plazo”.
Una cuestión de Estado
El caso Volkswagen se convirtió en un tema de Estado. Tras conocerse la noticia, el ministro de Trabajo de Alemania, Hubertus Heil, fue el encargado de tratar de ponerle paños fríos al conflicto sindicato-empresarial que se anticipa. “Es necesario garantizar que los centros de producción, y de hecho todos los centros, estén salvaguardados y que se eviten los despidos forzosos“, declaró el ministro socialdemócrata al canal de televisión ntv. “Hay que negociar ya. Es el momento de la colaboración industrial y social. Esto también tiene una buena tradición en Volkswagen”.
Según Heil, hay problemas empresariales que resolver y también se cometieron errores de gestión. “Pero esta es una empresa fuerte. La apoyaremos políticamente”, dijo Heil. El funcionario anunció que, entre otras cosas, el Gobierno decidirá en el consejo de ministros sobre estímulos a la demanda de electromovilidad. “Podemos apoyar la investigación y el desarrollo”, dijo el ministro. Agregó que también es posible apoyar a la industria mediante políticas de mercado laboral.
“Pero la pelota está ahora del lado de la empresa”, aclaró Heil, instando al consejo de administración, los comités de empresa y los sindicatos a encontrar soluciones sensatas para asegurar todos los centros de producción. Según Heil, no se trata solo de los empleados de Volkswagen, sino también de las cadenas de suministro. “Alemania debe seguir siendo un país fuerte en el sector automotor. Hacemos todo lo posible para que esto sea posible, pero los empresarios y directivos deben hacer su trabajo.”
(AT / dpa)
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