Buenos Aires (AT) – Baviera, una región emblemática en Alemania, se encuentra en pleno auge de la energía fotovoltaica. Desde la invasión rusa de Ucrania y la posterior crisis energética europea, la instalación de paneles solares ha crecido de manera acelerada, especialmente en los tejados de viviendas y fábricas. La energía solar se ha posicionado como una de las principales alternativas para reducir la dependencia de combustibles fósiles y avanzar hacia la neutralidad climática que Alemania se ha propuesto alcanzar en 2040.
En este contexto, ejemplos como la fábrica de calzado Meindl en Kirchanschöring, cerca de Traunstein, son prueba de cómo la energía solar puede beneficiar a las industrias locales. La planta ha instalado un sistema fotovoltaico en su techo, que genera electricidad para abastecer sus máquinas. Sin embargo, cuando hay excedente de producción, el sistema enfrenta un gran obstáculo: la red eléctrica local no puede absorber toda esa energía adicional, lo que deja parte de la producción sin ser aprovechada. Lukas Meindl, dueño de la fábrica, señala con frustración: “No aprovechamos toda la energía disponible. Eso no es sostenible”.
Pequeñas redes y grandes problemas
Uno de los problemas clave en Baviera radica en la estructura de su red eléctrica, la cual está compuesta por una gran cantidad de minirredes. En el caso de Kirchanschöring, la red local es operada por la pequeña empresa Energieversorgung Schmid, fundada hace más de un siglo y que actualmente sigue siendo manejada por un solo empleado, Wolfgang Schmid. A pesar del compromiso de Schmid, la infraestructura de la red es limitada y no está preparada para absorber el rápido crecimiento de la generación fotovoltaica.
Además de la instalación en la fábrica de Meindl, Schmid tiene en proyecto un parque solar aún mayor. Sin embargo, los costos de construir una línea eléctrica que conecte esta energía con la gran red de Bayernwerk, el mayor operador eléctrico de Baviera, son prohibitivos. Schmid expresa: “Con el volumen de negocios de nuestra empresa, si tengo que invertir EUR 10 millones (US$ 11 millones), no es posible”. Esta situación ejemplifica las dificultades de los operadores más pequeños en la transición hacia un modelo energético renovable y descentralizado.
Los grandes operadores tampoco son inmunes a los problemas
El desafío de integrar la energía solar no es exclusivo de los pequeños operadores. Bayernwerk, que maneja una gran parte de la infraestructura eléctrica de la región, también enfrenta retos importantes. Según la compañía, se necesitarán más de EUR 5.000 millones (US$ 5.488 millones) en inversiones hasta 2026 para poder modernizar la red y absorber de manera eficiente la creciente generación fotovoltaica.
A pesar de los esfuerzos, muchos sistemas fotovoltaicos no pueden conectarse a la red de manera oportuna, lo que frena la expansión de la energía solar. Bernhard Strohmayer, de la Asociación Federal de la Industria de Nuevas Energías (Bundesverband Neue Energiewirtschaft – BNE), comenta que “muchos de los que buscan avanzar en la fotovoltaica se encuentran con la lentitud de los operadores de red”. Esta situación genera frustración entre los inversores y empresas que buscan aprovechar al máximo la energía solar.
El problema del almacenamiento: una solución aún en desarrollo
Una de las posibles soluciones a este dilema es el almacenamiento de energía, una tecnología que permitiría retener el excedente de producción durante las horas de mayor generación solar y liberarlo cuando la demanda sea más alta. La Regionalwerk Chiemgau, una asociación de 31 municipios en Baviera, está desarrollando un proyecto para construir una planta de almacenamiento en Kirchanschöring. Michael Perkmann, director general de la asociación, afirma que tiene esperanzas en que esta solución pueda aliviar parte de la presión sobre la red local.
La clave de este sistema sería combinar el almacenamiento de electricidad con nuevos transformadores controlables, lo que permitiría utilizar mejor la infraestructura existente sin necesidad de costosas inversiones en nuevas líneas eléctricas. Según la BNE, estas tecnologías podrían maximizar el rendimiento de las redes eléctricas locales y permitir un uso más eficiente de la energía fotovoltaica.
El impacto económico de la energía no utilizada
En Baviera, el exceso de energía fotovoltaica no solo representa un desafío técnico, sino también económico. Durante los días soleados, la región genera más electricidad de la que puede consumir o distribuir, lo que provoca que los precios de la electricidad caigan a niveles negativos en ciertos momentos del día. Esto significa que, en lugar de vender la energía, en algunas ocasiones se paga por deshacerse de ella.
Christoph Maurer, experto en energía de la Universidad Friedrich-Alexander de Erlangen, señala que esta situación es subóptima desde un punto de vista económico y genera costos a largo plazo. No obstante, Maurer también destaca que el rápido crecimiento de la energía fotovoltaica es una parte esencial de la transición energética y que, con los ajustes correctos, puede ser gestionada de manera más eficiente en el futuro.
Lecciones para Argentina: un desafío compartido
Aunque el contexto es diferente, el desafío que enfrenta Baviera con la integración de la energía fotovoltaica en su red eléctrica tiene paralelismos claros con la situación en Argentina. En los últimos años, la energía solar ha ganado terreno en varias provincias argentinas, especialmente en regiones como Jujuy, donde se ha inaugurado el parque solar Cauchari, el más grande de Sudamérica. Sin embargo, al igual que en Baviera, Argentina enfrenta el reto de modernizar su infraestructura para maximizar el aprovechamiento de la energía renovable.
En Argentina, el Sistema Argentino de Interconexión (SADI) también requiere importantes inversiones para mejorar su capacidad de absorción de energías renovables, en particular en zonas rurales donde la red es limitada. La experiencia de Baviera ofrece lecciones valiosas para el país sudamericano: la importancia de desarrollar tecnologías de almacenamiento, la necesidad de actualizar la red de distribución y la creación de incentivos para optimizar la generación de electricidad en momentos de alta demanda.
A medida que Argentina avanza hacia un modelo energético más sostenible, los desafíos de Baviera son un recordatorio de que la transición hacia las energías renovables no solo depende de la instalación de paneles solares, sino también de la capacidad para integrar esta energía en una red eléctrica preparada y eficiente.
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