Buenos Aires-París (AT) – Esteban Buch es un investigador y escritor argentino, además de profesor en la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales (EHESS) de París, que ha dedicado gran parte de su vida a explorar las intersecciones entre la política, la música y el arte. Su obra más conocida, “El pintor de la Suiza argentina”, que supo revelar la presencia de nazis en Bariloche. Entre otros, su obra tuvo un impacto decisivo para la captura y condena de el criminal de guerra nazi Erich Priebke.
Sin embargo, el trabajo de Buch va más allá y puede leerse hoy como una hoja de ruta que supo unir su pasión por la música y la historia – y por las lecciones que como humanos debemos saber sacar siempre de ella. Especialmente en tiempos como los actuales, en los que la realidad es tergiversada tan fácilmente de la mano de la tecnología a manos de populistas de todos los colores y bandos. En una entrevista con Argentinisches Tageblatt, Buch reflexiona sobre su trayectoria, la relevancia de su obra en el contexto actual y los desafíos que ha enfrentado al abordar temas tan delicados y controvertidos.
El interés entre arte y política
A Esteban Buch le interesan las relaciones entre política y música como una consecuencia natural de su fascinación por las conexiones entre arte y política. Como él mismo explica: “Mi interés por las relaciones entre música y política fue una consecuencia de mi interés por las relaciones entre arte y política, exploradas en “El pintor de la Suiza argentina”. Cuando me fui a estudiar a la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales de París en 1991 lo hice con ese primer libro bajo el brazo, y un proyecto de investigación sobre el Himno Nacional argentino, publicado en 1994 en Buenos Aires con el título “O juremos con gloria morir”, ese fue mi primer libro sobre música y política”.
Este enfoque interdisciplinario lo llevó a investigar cómo la música y el arte podían ser vehículos para explorar cuestiones políticas, un interés que ha sido el núcleo de su trabajo desde entonces.
El motor detrás de “El pintor de la Suiza argentina”
La motivación de Buch para escribir “El pintor de la Suiza argentina” fue tanto personal como académica. Su participación en el documental de Carlos Echeverría, “Juan, como si nada hubiera sucedido”, sobre la desaparición de Juan Marcos Herman en Bariloche en 1977, lo marcó profundamente.
Buch recuerda: “Una razón fue mi experiencia como protagonista del documental de Carlos Echeverría, sobre la desaparición de Juan Marcos Herman en Bariloche en 1977. Otra, mi interés por el tema de los nazis en Bariloche, y la oportunidad de acceder al archivo de Toon Maes, el personaje principal. Y mi descubrimiento de la semiótica, que me dio ganas de escribir una investigación a la Rodolfo Walsh que fuera también un ensayo sobre arte”.
Este enfoque permitió a Buch abordar el tema desde una perspectiva única, combinando la rigurosidad académica con una narrativa que invita a la reflexión sobre las consecuencias de la impunidad y el silencio.
El reconocimiento tardío y la importancia de la verdad
Uno de los momentos más importantes en la carrera de Buch fue descubrir que su libro había sido utilizado por el equipo del canal ABC como base para su investigación sobre Erich Priebke, que culminó en la famosa entrevista de 1994.
Sobre esto, Buch comparte: “La alegría ante la confirmación tardía de una antigua sospecha”. Sin embargo, a pesar de este reconocimiento, la serie “Nazi Hunters” de 2010 no le otorgó el crédito completo que merecía. Buch comenta: “La serie fue muy importante en ese plano por los testimonios de Silvia Dalila Herbst y Harry Philips, los miembros del equipo de ABC que contaron allí por primera vez cómo armaron la entrevista con Priebke en Bariloche en 1994 tras leer “El pintor de la Suiza argentina”; pero también fue un reconocimiento parcial, pues el film muestra la tapa del libro sin nombrarme, dejando casi intacta la idea de que Priebke y los otros nazis vivieron tranquilos en Bariloche hasta el día en que llegó la gente de ABC como caída del cielo. Todo eso está analizado en la primera parte de la nueva edición”.
La compleja reacción de la comunidad de Bariloche
La revelación de la presencia nazi en Bariloche y la condena de Priebke generaron una profunda división en la comunidad local. Buch describe la situación con asombro: “La cantidad de gente que se solidarizó con Priebke en 1994 fue impresionante, y tan escandalosa que, hoy, resulta casi inverosímil. La ciudad estaba dividida, tanto por la historia de la comunidad alemana, receptiva a las ideas nazis desde los años treinta, como por la historia de Bariloche, que fue la única ciudad del país cuyo intendente fue propuesto por las cámaras empresariales aliadas con los militares. Pero creo que las cosas mejoraron después de la extradición de Priebke, pues sus amigos dejaron de defenderlo públicamente, y la comunidad se dio cuenta de que su fama de ‘cueva de nazis‘ dañaba su imagen paradisíaca. De modo positivo, creo que todo eso produjo una toma de conciencia en favor de los Derechos Humanos y la democracia”.
Una reedición con un propósito claro
La reciente reedición de “El pintor de la Suiza argentina” es más que un simple relanzamiento; es un llamado a la acción en un contexto global donde las ideologías extremistas están resurgiendo. Buch explica las razones detrás de esta decisión: “Con el tiempo “El pintor de la Suiza argentina” pasó de ser un libro sobre el pintor Toon Maes a ser un libro sobre el SS Erich Priebke, y eso al cabo de décadas de silencio se está reconociendo ahora en Italia y en otros lados. Me pareció importante que la gente pudiera leerlo, hay pocos libros que hayan tenido ese impacto, la condena de un criminal de guerra nazi, y a la vez habla de otras cosas, como el pacto de silencio y el arte de Maes como estrategia negacionista. Hoy, el problema de la impunidad de los nazis vuelve en la Argentina con la voluntad del gobierno de Milei de liberar a los genocidas argentinos, por lo que reeditarlo es también decir algo sobre el presente”.
La nueva edición no solo incluye el texto original, sino también nuevos elementos que aportan una mayor comprensión del contexto histórico y su relevancia en la actualidad. Buch detalla: “Una primera parte de cien páginas que se llama “Historia de un libro sobre los nazis de Bariloche”, que alterna el relato sobre el rol de mi libro en el caso Priebke con reflexiones sobre su origen y su contenido. Allí cuento la historia de mi familia, sobre todo la de mi tío abuelo Siegfried Buch, deportado desde Francia a Auschwitz. La nueva edición incluye también la entrevista inédita que le hice a Priebke en septiembre de 1989, en la que me contó su participación en la masacre de Roma. Eso, además del texto original exacto de 1991″.
El legado y la influencia en las nuevas generaciones
Esteban Buch sigue comprometido con la investigación y la transmisión de la verdad histórica, y espera que su trabajo continúe inspirando a las nuevas generaciones de periodistas e investigadores. Reflejando sobre un encuentro reciente con estudiantes de la UBA, Buch expresa: “En junio, por invitación de Yaki Setton, tuve un encuentro con estudiantes de Comunicación de la UBA que habían leído el libro, y quedé muy impresionado por sus comentarios y sus preguntas. Son jóvenes que no han vivido la presencia de nazis en Argentina, pero son conscientes de la importancia que eso tuvo, y defienden el principio de justicia y el respeto de los Derechos Humanos como garantías de la democracia argentina. No olvidemos que “Nunca más” se dijo primero en alemán, “Nie wieder”, para rechazar a los nazis y sus crímenes”.
Además, Buch reflexiona sobre los desafíos que ha enfrentado a lo largo de su carrera: “De muchos modos, sobre todo al estudiar cómo las ciencias sociales tratan esas cuestiones. La historia de la memoria es una rama muy importante de la historia, y a su vez la memoria incluye a la historia entre sus objetos e instrumentos. En cuanto a la justicia, es un imperativo ético y político necesario y esencial, frente a los cambios que se dan a la vez en la historia y la memoria“.
Finalmente, Buch ofrece una poderosa reflexión sobre la importancia de aprender de la historia: “Creo que la decisión de la justicia italiana de condenar a Priebke a cadena perpetua en 1998, 54 años después de su crimen, podría recordarle a los argentinos que una de las bases de la democracia es la necesaria condena definitiva de los genocidas, algo que resume para mí la imagen de la muerte de (Jorge Rafael) Videla en prisión. A nivel global, eso vale más que nunca ante el avance de las ultraderechas, como en Francia, en Alemania, en Bélgica, en Estados Unidos… y un largo etcétera”.
Mirando hacia el futuro
A pesar de los logros alcanzados, Buch no se detiene. Tiene planes para continuar sus investigaciones y escribir sobre temas relacionados con la historia y la política. En sus propias palabras: “Algunas de mis investigaciones actuales prolongan ciertos temas de aquel primer libro. Acabo de escribir un artículo sobre la ópera Fidelio de Beethoven durante la ocupación nazi de Francia, que intenta pensar la relación entre la historia y la memoria”.
Con su profundo compromiso con la verdad y la justicia, Buch sigue siendo una voz crucial en el panorama académico y cultural, recordándonos la importancia de enfrentar el pasado para construir un futuro democrático.
Cuando lo juzgaron a Priebke en Italia, el playdoyer del Staatsanwalt Italiano (abogado del estado) fue un acento poético a la libertad y la justicia. Mi señora y yo no lo olvidaremos nunca pues nos preocupa la dirección que toma la democracia actual en el mundo. También fue una demostración además del derecho romano, como un excelente abogado necesitó de la imaginación para penetrar en una personalidad tan retorcida. El tema me motivó a realizar éste comentario.