Buenos Aires (AT) – Los gobiernos europeos planean tomar medidas para apoyar a industria de energía renovable, pero llegarán demasiado tarde para evitar que el fabricante de paneles solares Meyer Burger cierre una fábrica en Alemania para trasladar la producción a Estados Unidos.
La planta en Freiberg, en el este de Alemania, cerró a mediados de marzo con la pérdida de 500 empleos. La empresa suiza, cotizada en bolsa, se unió a una creciente lista de fábricas europeas de energía renovable que están cerrando o trasladándose. En el último año, al menos 10 dijeron que tienen dificultades financieras.
Las conversaciones con el gobierno federal alemán para intentar asegurar un futuro para la fábrica terminaron sin éxito a finales de marzo, dijo un portavoz de la compañía a Reuters. Por su lado, el Ministerio de Economía de Alemania dijo que era consciente de la “situación muy grave” de las empresas alemanas y que estuvo examinando opciones de financiamiento con la industria durante más de un año.
El cierre, que redujo la producción europea de paneles solares en un 10% de un solo golpe, se produce a pesar de un auge en la energía eólica y solar en Europa. Los aumentos en la capacidad de energía renovable, incluidos los paneles solares, se están produciendo a un ritmo récord, según datos de la Agencia Internacional de Energía.
Sin embargo, los fabricantes con sede en Europa que suministran esos paneles están siendo aplastados por la competencia de China y Estados Unidos, donde los gobiernos brindan más apoyo a sus productores.
La situación plantea un dilema para los gobiernos europeos interesados en combatir el cambio climático: ofrecer más apoyo para garantizar que la producción local pueda seguir siendo competitiva, o permitir el flujo sin restricciones de importaciones para mantener el ritmo de instalaciones.
China está expandiendo la producción de energía solar y ahora representa el 80% de la capacidad mundial de fabricación de paneles solares. El costo de producir paneles en el país asiático es de aproximadamente 12 centavos de dólar por vatio de energía generada, en comparación con los 22 centavos de dólar en Europa, según la firma de investigación Wood Mackenzie.
Los subsidios estadounidenses anunciados como parte de la Ley de Reducción de la Inflación de 2022 permiten que algunos fabricantes de energía renovable y desarrolladores de proyectos utilicen créditos fiscales, lo que atrae a empresas tanto de la UE como de otros lugares.
Carta de la Comisión Europea
La Comisión Europea lanzará una carta voluntaria para que los gobiernos y las empresas la firmen en apoyo a las plantas de fabricación de energía solar. La asociación industrial Solar Power Europe coordinará a los firmantes de las empresas. La carta dice que los compradores de paneles solares deberían incluir algo de producción nacional en lo que compran. Sin embargo, la misiva no es vinculante, según Solar Power Europe.
Michael Bloss, miembro del Parlamento Europeo por los Verdes, lanzó una petición a principios de este mes pidiendo acción a nivel europeo para rescatar a los fabricantes de paneles.
En febrero, los responsables de la formulación de políticas europeas adoptaron la Ley de Industria Net-Zero, un conjunto de medidas que incluyen un objetivo de producir el 40% de las necesidades de tecnología limpia de la región para 2030.
El mes anterior, la UE también aprobó casi mil millones de dólares en ayudas estatales alemanas para un productor de baterías sueco, Northvolt, para ayudarlo a establecer una planta de producción en Alemania después de que Northvolt amenazara con llevar su negocio a Estados Unidos. Fue la primera vez que el bloque utilizó una medida excepcional que permite a los países miembros intervenir con ayuda cuando existe el riesgo de que las inversiones abandonen Europa.
Las decisiones sobre el apoyo a industrias o empresas como Meyer Burger dependen de los estados miembros, dijo un portavoz de la Comisión Europea a Reuters. El Ministerio de Economía y Clima de Alemania cree que la ayuda para mantener una empresa como Meyer Burger no sería legal “si hay una falta de perspectivas de mercado desde el punto de vista de la empresa”, dijo un portavoz a Reuters.
Los clientes potenciales, los instaladores de energía renovable que dependen en gran medida de las importaciones chinas baratas, también se opusieron a cualquier nuevo subsidio para paneles locales, argumentando que tales medidas podrían perjudicarlos al hacer que los consumidores pospongan los pedidos mientras esperan que entren en vigor los subsidios.
Según la consultora Rystad Energy, más de un año de existencias de paneles importados a bajo precio están en almacenes europeos esperando instalación. Esa acumulación podría aumentar a medida que la capacidad china continúe expandiéndose. Si todos los planes anunciados por las empresas chinas siguen produciéndose, la industria china podrá fabricar el doble de paneles de los que se espera que se instalen en todo el mundo en 2024.
La compañía Detlef Neuhaus despidió alrededor del 10% de sus empleados el año pasado y dice que su producción local de paneles funciona aproximadamente a un tercio de su capacidad.
Los analistas dicen que no está claro qué tipo de apoyo podría ayudar realmente, porque empresas como Meyer Burger producen una fracción de los volúmenes fabricados por las de China, o los planeados en Estados Unidos.
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