Falta de imaginación: Por qué Israel no supo reaccionar ante Hamás

Una de las principales preguntas que quedan del ataque del grupo terrorista Hamás durante el último fin de semana perpetrado contra Israel es cómo pudo generarse. Israel es considerado uno de los países más preparados para defenderse. Tiene un ejército de más de 170.000 soldados, que se complementa con una fuerza de otros 500.000 reservistas, según los números disponibles en 2021. El Estado invierte más de US$ 20.500 millones en sus Fuerza Armadas, lo que convierte al pequeño país de 9,5 millones de habitantes en el 15 país que más invierte en mundo en gasto militar, según datos de SIPRI, un instituto de investigación especializado en Defensa. Israel destinó el 12% de su gasto público total a defensa en 2020 y lo que equivale a unos US$ 2.508 per cápita. Gran parte de esa inversión de destina a inteligencia, poder aéreo y tecnología. De hecho, gran parte de la rica tradición de innovación que convirtió a Israel en uno de los países más disruptivos en el mundo tiene su origen en las necesidades de las FFAA y allí en su división de tecnología, como lo describen los autores Saul Singer y Dan Senor en su libro “Start-Up Nation“. Queda entonces la pregunta: ¿cómo pudo un país tan preparado ser víctima de semejante agresión?

La respuesta, según los analistas es que el Estado estuvo tan concentrado en mantenerse a la vanguardia que se hizo vulnerable a las estrategias más tradicional o análogas. “El ejército fracasó completamente como fuerza de reacción rápida”, cita hoy la BBC a un israelí, que señala cómo algunas de las comunidades atacadas tuvieron que recurrir a sus propias fuerzas de protección civil mientras esperaban la llegada de los militares. Y si bien las razones concretas de este fallo aún tardarán en conocerse, lo que queda en evidencia es que fue la mezcla del efecto sorpresa con la velocidad que lograron abrumar a unas defensas irregulares y no preparadas.

En su origen, la principal razón es que justamente la inteligencia israelí no logró infiltrar lo suficiente al grupo Hamás. El especialista en Seguridad de la BBC, Gordon Corera, comenta que la inteligencia israelí, no solo no pudo estar al tanto de la planificación del atentado por parte de Hamás, sino que tampoco de su existencia.

Un “fracaso de la imaginación“

Una primera parte del plan consistió en que un programa de engaño a largo plazo que Hamás habría logrado implementar, dando la impresión de era incapaz o no estaba dispuesto a lanzar un atentado ambicioso. Además, parece haberse esforzado al máximo para mantener alejadas las comunicaciones electrónicas, logrando así mantener bajo siete llaves la seguridad operativa del atentado.

La otra parte fue la escala y la rapidez con la cual los terroristas actuaron: en momento del ataque se lanzaron miles de cohetes de cobertura. A ello se sumaron ataques con drones contra el equipo de vigilancia que Israel utiliza en la valla fronteriza con la franja de Gaza. A continuación, explosivos pesados y vehículos crearon hasta 80 brechas en la valla de seguridad. A ellas se sumaron alas delta motorizadas y motocicletas, mientras entre 800 y 1.000 hombres armados salían de Gaza para atacar múltiples lugares.

La estrategia de “enjambre” habría provocado el caos en los centros de mando y control de Israel. Estos se encontraban en un estado de calma en la mañana de sábado que es fiesta religiosa. Por su parte, en los últimos meses, las fuerzas de seguridad y defensa israelíes se habían centrado más en la actividad en Cisjordania que en Gaza.

Ante este estado de desinteligencia no puede sorprender que el ataque haya sido comparados por propios y extraños con los del 11-S en EEUU. Ya en 2001, el ataque perpetrado contra las Torres Gemelas fue calificado como de “fracaso de la imaginación”. El mismo fallo parece haber sido el origen de la nueva guerra que al cierre de este artículo se había cobrado 1587 víctimas entre Israelíes y habitantes de la Franja de Gaza, según datos de Reuters.