Buenos Aires / Múnich – La llegada del huracán “Debby“ a la costa de la Florida pone a al sur este de los EE.UU. en máxima alerta. Si bien los huracanes no son un fenómeno nuevo, la creciente intensidad y consiguiente gravedad de los daños causados sí lo son. Así lo reflejan también los últimos datos de la aseguradora Munich Re. En su reciente informe sobre el volumen de siniestros por causadas naturales, la empresa indica que en el primer semestre del año, inundaciones, tormentas y otras catástrofes naturales le costaron la vida a 4.500 personas y generaron perdidas por US$ 120.000 millones.
“Si se observa a lo largo de un periodo de tiempo más largo, las pérdidas globales van claramente en aumento”, dijo el climatólogo jefe de Munich Re, Ernst Rauch. Tanto las grandes inundaciones como la serie de fuertes tormentas en Estados Unidos fueron llamativas en el primer semestre del año.
Duplicación: de Japón a Turquía, de EE.UU. a Alemania
Según Munich Re, de los US$ 120.000 millones de pérdidas económicas totales, US$ 62.000 millones estaban asegurados. El suceso más costoso fue el terremoto de magnitud 7,5 de Año Nuevo en Japón, que causó pérdidas totales estimadas en unos 10.000 millones de dólares. La única “buena” noticia es que los daños de los primeros seis meses de 2024, fueron menores a las del primer semestre de 2023.
En el primer semestre del año pasado, las pérdidas mundiales totales causadas por catástrofes naturales fueron superiores, de US$ 140.000 millones, según Munich Re, mientras que las pérdidas aseguradas fueron ligeramente inferiores, de US$ 60.000 millones.
Un factor clave aquí fue el devastador terremoto en Turquía y Siria en febrero de 2023, que se cobró más de 50.000 vidas. Allí, en la región del terremoto, solo unas pocas personas y empresas están aseguradas contra catástrofes naturales.
Munich Re documenta desde hace décadas las pérdidas mundiales por catástrofes naturales, de gran importancia para el cálculo de las primas de seguros. “La media de diez años de pérdidas económicas es de algo menos de US$ 90.000 millones”, dijo Rauch. “Las sumas de las pérdidas aseguradas muestran la tendencia aún más claramente: los US$ 62.000 millones del primer semestre de este año se comparan con una media de sólo US$ 37.000 millones en diez años. Así que casi estamos asistiendo a una duplicación“, explicó.
Mayor frecuencia y mayor gravedad
Según Munich Re y otras empresas del sector, el hecho de que las pérdidas aumenten de media a largo plazo se debe a la mayor frecuencia y gravedad de las tormentas, un fenómeno que los científicos consideran atribuible al cambio climático.
Rauch citó dos hechos destacados en el primer semestre del año: “No solo tuvimos las inundaciones aquí a nuestras puertas en Baviera y Baden-Württemberg. La característica especial fueron las inundaciones en países donde las grandes inundaciones son atípicas, como los Emiratos Árabes Unidos, especialmente Dubai, pero también regiones vecinas como Omán“. Hay que remontarse 70 años atrás en las estadísticas para encontrar algún suceso comparable. “Algo parecido se observó en Brasil, con lluvias e inundaciones de una magnitud sin precedentes en los últimos 70 u 80 años”.
Los EE.UU. los más “caros”
El científico ve la segunda característica llamativa en las numerosas tormentas severas en Estados Unidos, donde solo desde principios de enero hasta finales de junio se contabilizaron 1250 tornados. “Cuatro de los cinco eventos más caros para los seguros en la primera mitad de 2024 fueron tormentas eléctricas severas en Estados Unidos”.
El curso de la temporada de huracanes en el Atlántico Norte, que no termina hasta otoño, desempeñará un papel importante en la segunda mitad del año. Un elemento de ello son las temperaturas inusualmente altas del agua en el Atlántico Norte. “Las temperaturas récord de la superficie del agua son un factor importante en el desencadenamiento y la fuerza de los ciclones tropicales”, dijo el climatólogo Rauch.
“El segundo factor es el pronosticado por el servicio meteorológico estadounidense NOAA, el inicio de la llamada fase de La Niña”. Ambos factores aumentan la probabilidad de una frecuencia de huracanes superior a la media en el Atlántico Norte. Para las aseguradoras, esta evolución significa mayores costes: “Las catástrofes meteorológicas más frecuentes y más intensas hacen que las compañías de seguros se enfrenten cada vez más al pago de elevados siniestros“, afirma Rauch.
(AT/dpa)
Hacé tu comentario