Enclavada en el centro de Europa occidental, Austria ha aprendido a desarrollar y explotar el turismo de una forma propia. El cambio de una industria que para entonces estaba dominada por el turismo de invierno, hacia finales de los ´80 y principios de los ´90, el país cambió de foco: comenzó a focalizar sus esfuerzos en genera un modelo de turismos sustentable que tenga a las grandes ciudades y en las áreas rurales en el centro. El principal foco era generar un impulso 360º para romper con la estacionalidad y atraer visitantes de alto valor adquisitivo. Para ello fijó áreas de interés en el cual, el país tenía productos de alta calidad para presentar. Pero, más allá de la industria o producto, el factor común que unía a todos estos rubros era procurar hacerlo en base a un modelo que premie la sustentabilidad, o sea, buscando reducir el impacto ambiental. En los últimos años, se sumó a ello la ambición de llevar el rubro a un concepto de una Economía Circular.
Uno de los ejemplos más conocidos para este cambio de modelo turístico es el vino. Austria es un país productor de distintas cepas: Chardonnay, Riesling, y Sauvignon Blanc se destacan entre las blancas; mientras que Pinot Noir y Zweigelt son los tintos más populares. El país comenzó a incentivar el turismo que se realiza en zonas vitivinícolas para conocer mejor los vinos que se producen en ellas, así como el entorno que los rodea. Hoy, un 4% de los turistas que llegan al país lo hacen por esta razón. Según lo indica la iniciativa Österreich Werbung, el turista vitivinícola gasta un 50% más que el turista promedio. El turismo vitivinícola es así también uno que ayuda a cambiar el perfil del típico visitante que llega al país: un 67% tiene su origen en una gran ciudad, tiene un perfil profesional alto y dispone de ingresos sobre la media.
Siendo Austria uno de los países con mayor extensión boscosa de Europa, otra de las industrias clave para su economía es la maderera. Más de 280.000 personas viven de la silvicultura y, de acuerdo con los datos del portal Advantage Austria, la facturación anual del sector asciende a unos 10.000 millones de euros con una exportación de algo más de 7.000 millones de euros.
Sin embargo, quizás uno de los mayores impactos para el modelo de un turismo sustentable que logró el país es el del turismo cultural. Hoy, el 5% del gasto de todos los visitantes extranjeros que visitan el país transalpino se destina al área cultural, según datos del Ministerio de Economía y Trabajo austríaco. También en la cadena de valor, la cultura se ha convertido en uno de los principales pilares de toda la industria: el 5% de los puestos e trabajo de todo el sector turístico se generan por la demanda cultural. Por caso, entre los visitantes estadounidenses, más del 50% visita al país de Mozart, Klimt y Klee por su oferta cultural, de acuerdo a una reciente encuesta realizada por el ministerio. Los conciertos, teatros y festivales que ofrece Austria se han convertido casi que en una marca propia.
El conjunto de ejemplos cobran aún mayor relevancia si se toma en cuenta que, según datos recabados hasta el 1 de enero de 2022, en Austria residen 8,9 millones de personas y la densidad de población media es de 108 habitantes por km².
De la vinos a la cultura
La constancia para involucrar estos rubros en una oferta de turismo distinta en base a un trabajo hormiga a lo largo de los años dio sus frutos: En 1995, Austria recibió 17,1 millones de turistas internacionales. Para 2019, según datos del sitio Expansión, esta cifra alcanzó los 31,8 millones de personas. Es decir, hubo un incremento del 186%.
Y si bien, entre 2020 y 2021, a raíz de la pandemia de COVID-19, las cifras se redujeron drásticamente, en 2022, según consigna Der Standard, hubo casi 40 millones de turistas provenientes de otros países y casi 137 millones de pernoctaciones.
Para este año, las previsiones son incluso aún mejores. Ni siquiera el marcado aumento de los precios ha disuadido a los invitados. Pero, más allá del auge, decir que el turismo en Austria funciona como un reloj sería incurrir en una exageración.
Necesidades a cubrir
A menos de tres meses de la llegada de la Navidad, la nieve y el arranque formal de la temporada de invierno boreal, los hoteles suelen lidiar con un problema recurrente: la falta de personal suficiente, sobre todo en áreas como la recepción, personal de limpieza y empleados para brindar el servicio de desayuno.
Solamente el 44% de los empleados en el turismo tienen ciudadanía austríaca.Por eso, para aliviar la escasez de mano de obra en el sector, el Ministerio de Asuntos Económicos de Austria aumentó la cantidad de trabajadores temporarios que no son de la Unión Europea (UE) en 898 puestos en junio pasado.
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