El Tribunal de Justicia de la Unión Europea comenzó el juicio para tratar un caso que redefinir el negocio de las apuestas en Alemania. Durante casi una década, empresas como Tipico, Betano o Bwin operaron sin una licencia nacional.
En ese tiempo, los jugadores apostaron miles de millones en un mercado que estaba prácticamente sin control estatal. Ahora, muchos exigen que sus apuestas se devuelvan. La disputa enfrenta a consumidores que reclaman pérdidas y a compañías que aseguran haber actuado bajo la protección del derecho europeo.
Un mercado sin reglas claras
Entre 2013 y 2021 las autoridades alemanas no entregaron licencias para operar apuestas en línea. Ese vacío legal permitió a las empresas seguir funcionando, aunque sin permisos formales. La situación cambió recién en 2021, cuando se aprobó el nuevo tratado de juegos de azar que reguló de manera más estricta la actividad.

Los jugadores, respaldados por el financiador de litigios Gamesright, sostienen que los contratos firmados en ese período carecen de validez. Reclaman que sus depósitos deben ser devueltos, con intereses. La empresa Tipico, principal demandada, se ampara en el derecho de la Unión Europea y sostiene que, aunque no hubiera concesiones nacionales, sus operaciones eran legales. El tribunal con sede en Luxemburgo deberá resolver si los consumidores tienen derecho a recuperar lo apostado o si las compañías actuaron conforme a la ley.
El caso se transformó en un proceso modelo. Lo que se resuelva impactará en todo el sector de apuestas deportivas en línea. Según los abogados de los jugadores, la magnitud es enorme: cientos de miles de personas, quizá millones, podrían estar alcanzadas por la decisión.
Los argumentos en pugna
Hannes Beuck, uno de los fundadores de Gamesright, explicó que su empresa cumple el rol de apoyo técnico y financiero. Calculan pérdidas, intereses y movimientos de dinero, y acercan a los jugadores a estudios jurídicos especializados. “Somos la primera parada para quienes buscan recuperar lo perdido”, dijo en una entrevista. Para él, la situación es clara: las compañías explotaron un mercado prohibido y deben responder.

En la vereda opuesta se ubica Ronald Reichert, abogado de Tipico. Sostiene que el tribunal europeo ya trató un tema parecido en 2016, en el llamado caso Ince. En aquel entonces, se resolvió que el Estado alemán no podía sancionar a un intermediario porque el sistema de concesiones estaba en contradicción con la normativa europea. Ese antecedente, según Reichert, respalda a las empresas y augura un fallo favorable.
Gamesright rechaza esa visión. Según Beuck, los operadores podrían haber reclamado en la justicia la entrega de permisos, en lugar de actuar sin control. Argumenta que el negocio se expandió a una escala millonaria sin ningún resguardo para menores ni para jugadores en riesgo. “Lo que las compañías defienden es el derecho del más fuerte”, expresó.
La discusión no se limita a lo formal. También surgen cuestiones de fondo, como el límite de depósito mensual de EUR 1.000 para cada cliente. Ese tope, según Gamesright, fue ignorado por muchos proveedores. Aunque este punto no está en el centro del proceso actual, podría abrir la puerta a nuevas demandas en el futuro.
Consecuencias posibles
Los especialistas coinciden en que el fallo del tribunal europeo no cerrará de inmediato todos los conflictos. Aun si Tipico logra una decisión favorable, Beuck anticipa que habrá más juicios por incumplimientos específicos. “Me sorprendería que no sigan nuevas demandas”, señaló.

Reichert, en cambio, considera que las compañías buscan justamente lo contrario: una resolución definitiva que cierre la puerta a más reclamos. A su juicio, la proliferación de demandas financiadas por terceros es una industria en sí misma. “Se montó un negocio alrededor de litigar”, criticó.
El abogado también responsabilizó a las autoridades alemanas. Durante décadas, dijo, las provincias mantuvieron un doble papel: por un lado, defendían monopolios estatales que les generaban ingresos; por otro, cumplían solo cuando los tribunales las obligaban. Recién en 2021, con el nuevo tratado, se avanzó hacia un marco más sólido. Para Reichert, la falta de claridad legal en los años previos es responsabilidad del Estado alemán.
Del otro lado, Gamesright insiste en que el verdadero foco deben ser los consumidores. Beuck sostuvo que antes se necesitaba proteger a los operadores frente al monopolio estatal, pero ahora la prioridad es defender a los jugadores frente a empresas que actuaron sin reglas.
El proceso en Luxemburgo será largo. El tribunal deberá responder a las preguntas enviadas por el Tribunal Federal alemán, que busca una definición vinculante. Nadie espera un veredicto inmediato ni completamente favorable a una sola parte. Lo que decida el tribunal europeo marcará el futuro de las apuestas en línea en Alemania y, de manera indirecta, en toda Europa.



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