Buenos Aires / Neuquén – (AT). No puedo decir que conocí a Juan Alemann. Nuestros caminos se cruzaron cuando el entonces embajador alemán, Ulrich Sante, nos invitó a colaborar con la edición digital que diera continuidad al AT.
Sin embargo, aun con el poco tiempo que tuvimos contacto pude entender la huella que dejó esta gran periodista, publicista y economista en el universo de los medios argentinos y regionales desde el seno de una familia histórica para la comunidad germano parlante.
La verdad ante todo
Juan Alemann era conocido por su carácter franco, directo y honesto. Desde ese espíritu familiar se entiende cómo el Argentinisches Tageblatt logró atravesar a lo largo de su historia algunas de las etapas más difíciles de la historia que une a nuestros países.
Desde sus inicios, el Argentinisches Tageblatt era conocido por su compromiso con la objetividad y la calidad de su información. Durante la Segunda Guerra Mundial, el diario fue uno de los únicos medios de habla alemana en el mundo que se opusieron abiertamente a las ideas del facismo y totalitarismo, que tantos otros medios en el mundo abrazaron sin cuestionamientos.
Una tribuna contra el totalitarismo
Liderado por Ernesto, el padre de Juan Alemann, el Argentinisches Tageblatt se convirtió por ese compromiso con la verdad en una tribuna que reunió a varios de los intelectuales más renombrados de la su época.
Para el aniversario por los 50 años del AT, en 1939, llegaron felicitaciones de plumas como Stefan Zweig, los hermanos Mann, Lion Feuchtwanger, Albert Einstein, Sigmund Freud, entre muchos otros, como lo recuerda el periodista Sebastian Schoepp.
Hasta el último día Juan Alemann fue ejemplo vigente del lema del diario que reza: “Mit echtem Freisinn und unerschütterlicher Überzeugungstreue die Deutschsprechenden im Lande, den Weg des Fortschritts und der Freiheitsliebe zu führen”.
Con Juan Alemann la Argentina y toda la comunidad germano parlante pierden no solo a un gran periodista, publicista y empresario. Pierden a una persona integra y transparente que supo atravesar los tiempos fiel a sus principios.
Desde estas lineas, mi sentido pésame para toda la familia Alemann y el agradecimiento por el legado dejado.
Juan Carlos Schroeder
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